7/9/18

La idea de repetir periódicamente por la megafonía de la calle ‘no nos desviemos de nuestro objetivo, la independencia de Cataluña’, debería ser imitada en todo el resto de poblaciones, y a todas horas... No debemos desviarnos del camino, debemos ser un rebaño dócil

“En Vic sí que saben hacer las cosas. La idea de repetir periódicamente por la megafonía de la calle ‘no nos desviemos de nuestro objetivo, la independencia de Cataluña’, debería ser imitada en todo el resto de poblaciones, y a todas horas. La gente es muy despistada, y olvida con mucha alegría y facilidad sus deberes. 

Gracias a la megafonía, aquella señora que iba a la tahona, recuerda que su objetivo no era comprar una baguet, como erróneamente pensaba, sino otro más elevado. Y los niños que iban al colegio creyendo -inocentes ellos- que aprender la tabla del 7 era su obligación, sabrán que no, que es otra. 

Uno está desayunando en un café, dispuesto a iniciar como buenamente pueda la jornada laboral, y gracias a la oportuna megafonía empieza el día de otra manera, con el pecho hinchado y con ganas de ir a buscar una hoz y segar cadenas.

Los catalanes, si no se lo repites a menudo, no recuerdan que viven oprimidos y que se encuentran -como muy bien señaló Presidentorra- en plena crisis humanitaria. Han vuelto de vacaciones, algunos en la torre de la Costa Brava y otros de Punta Cana, y es natural que, aunque sea por unos minutos al día, se les vaya de la cabeza que viven bajo el yugo de un estado imperialista, que en Cataluña hay una terrible represión.

 Siempre es bueno que una voz -y más si es tan espectacular como la de Lluís Soler- les haga memoria, que uno empieza olvidando que debe conseguir la independencia de Cataluña y acaba olvidándose el móvil de última generación en el pisito de putas sudamericanas.

La verdad es que la gente no pone mucha voluntad en convencer a sus conciudadanos de la miseria y la humillación a que nos tiene sometidos el pérfido Estado español. Y claro, así no hay manera de tenerlo presente. 

Excepto a los lacistas, que por contrato tienen la obligación de repetirse a sí mismos, cada día antes de meterse en la cama, que España es mala porque sólo procura el mal a Cataluña, al resto se le puede ir de la cabeza. 

Quizás la solución sería, además de extender a toda Cataluña la iniciativa vicense, obligar a todos a ir por la calle con el rostro compungido, incluso con sentidos llantos cada dos horas, no sé, alguna cosa que nos impida olvidar todo lo desgraciados que somos. No debemos desviarnos del camino, debemos ser un rebaño dócil“.            

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