·"(...) Se han ido poniendo los pilares de una ficción que, como toda
ficción, acaban creyéndose sus creadores y sustituyendo toda la realidad
por la misma. Pero, como no hay nada gratuito, debemos buscar los
orígenes y causas de tamaña actuación para que sea capaz de engendrar
viscerales, vacuas y multitudinarias adhesiones, y los intereses que hay
detrás de ello.
Simplemente, señalemos unos inicios del proceso que estamos viviendo
actualmente: en el año 2006 en Catalunya no había ninguna exigencia de
masas para la reforma del Estatut ya que , en general, había un amplio
acuerdo o aceptación del mismo como instrumento válido para el ejercicio
de las actividades económicas, sociales y políticas.
Los que
propusieron la reforma no buscaban la mejora de las condiciones de vida
y de trabajo del pueblo al que tanto citan para hacer lo que les da la
gana, ni un mejor funcionamiento político, ni en Catalunya ni en el
conjunto de España, sino que les movía exclusivamente sus afanes de
protagonismo político, compitiendo entre sí.
En este caso concreto, el deseo del PSC de competir por el gobierno
con CIU en el campo del nacionalismo y no en el de las políticas
sociales diferentes, que sería lo lógico en una opción socialdemócrata.
Un deseo avalado por el PSOE, por el presidente Zapatero y su gobierno,
y acompañado en Catalunya por ERC y los de Iniciativa y EUiA como
fieles subalternos. Y convirtieron un Estatut de 50 artículos que
funcionaba aceptablemente, en una especie de Constitución retórica de
250.
Las peripecias en torno a su aprobación, reprobación y matizada
modificación por parte del Tribunal Constitucional me las ahorro ya que
no son el elemento que inicia la situación que estamos viviendo
actualmente, aunque se citen y manipulen como excusa.
Esa situación se inicia con virulencia cuando en el marco de la
crisis financiera que comienza en 2007, el gobierno de CiU, que ha
sustituido al Tripartito del PSC, ERC, ICV-EUiA, toma una serie de
drásticas medidas de privatización de empresas y sectores públicos y de
recortes sociales y laborales de carácter neoliberal, que son ejemplo
para hacer lo mismo en toda España, argumentando que las adopta porque
el Estado no les da los recursos que necesita y les corresponde.
De ahí
nace el “España nos roba”, engañando al respetable que se deja engañar, y el proceso de movilizaciones por la independencia, camuflado detrás del “Dret a decidir”, vergonzante forma de hablar de un inexistente en España “Derecho de autodeterminación”.
Y cuando Catalunya, España, Europa y el mundo, necesitan más que nunca la presencia organizada de una izquierda que ponga orden en la política, que abandere la defensa de los derechos de la mayoría de la sociedad, los trabajadores y las trabajadoras que venden su fuerza de trabajo en el mercado y que crean toda la riqueza económica y social, esta izquierda se difumina, acepta los programas conservadores, abraza, tolera o es cómplice de los nacionalismos, de raíz conservadora o reaccionaria como siempre. Y así estamos.
Ahora se trata de restituir la verdad, acabar con las demagogias y
recuperar la política como forma civilizada de convivencia en la cual
cada cual pueda defender lo que considere oportuno sin menoscabar la
libertad de los otros para hacer lo mismo. (...)" (Francisco Frutos Gras. Ex Secretario general del PCE, Crónica Popular, 17/11/17)
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