"Según a quién preguntemos, existe un fuerte apoyo empresarial en el
porvenir de Cataluña en su 'procés' independentista, mientras que otros
dan más peso a la existencia de un miedo o incertidumbre sobre el
porvenir de Cataluña dentro del marco autonómico español. Y es que según qué datos económicos tomemos como referencia, la conclusión puede ser una u otra.
En referencia a datos que invitan al optimismo y al apoyo empresarial del 'procés', los últimos datos reflejan que en 2016 Cataluña creó cerca de 22.000 empresas, lo que supone un aumento del 16,4% frente al año anterior, siendo, en términos absolutos, la comunidad autónoma que más sociedades registró en 2016.
Por su parte, tenemos otros datos que indicarían cierto miedo o incertidumbre en el desafío independentista... Tal y como publicó Expansión, la deslocalización de empresas de Cataluña se ha incrementado en 2016, con el traslado de 271 empresas
a otras comunidades autónomas. Estas 271 compañías que se trasladaron a
otras comunidades tienen una facturación de 909,7 millones de euros al
año, más del triple que la cifra de negocios de las compañías que se
fueron el año anterior.
En Expansión señalan que esta fuga de empresas se debe
principalmente a a los elevados impuestos, al aumento de la presión
regulatoria y a la incertidumbre por el desafío independentista.
Como vemos, ambos datos parecen llegar a una conclusión opuesta, lo
que puede confundir a cualquier lector... Para analizar si 'el dinero'
de verdad está temeroso ante una futura independencia de la comunidad
autónoma catalana, nos centraremos en los indicadores más relevantes que miden la percepción del riesgo país.
El bono español a diez años no descuenta la pérdida del 19% del PIB español
En la actualidad, los inversores carecen de miedo ante una eventual secesión unilateral de Cataluña. Un indicador económico para evaluar el sentimiento o la confianza de los inversores sería el bono español a 10 años.
Si los inversores creyeran que de un día para otro el 19% del PIB
español se evaporaría sin acuerdo alguno, de manera inmediata y
unilateral, estarían vendiendo los títulos de deuda española ante el aumento del riesgo de impago por los menores recursos gestionados 'ipso facto'. (...)
Si bien es cierto que el BCE está distorsionando el mercado de bonos,
eso no significa que el riesgo relativo de cada país no quede proyectado
en los diferenciales de rentabilidad. Por ejemplo, el menor crecimiento de Italia,
los problemas de morosidad bancaria y una deuda publica que supera en
132% de su PIB han llevado al bono italiano 10 años a cotizar con una
rentabilidad del 2,20%.
Es decir, la deuda a 10 años española cotiza con un diferencial
negativo de 54 puntos básicos frente a la italiana por el menor riesgo. Y
sin lugar a dudas, una secesión unilateral de uno de los motores
económicos de España tiene más peso que un menor crecimiento con
problemas de morosidad bancaria en un país, por lo que el bono español a 10 años debería estar cotizando muy por encima del 5%, si se descontara semejante riesgo.
¿Existen fugas de capitales?
Otro de los indicadores interesantes, sería conocer si se están produciendo fugas de capitales desde Cataluña hacia el resto de España.
Pues en un supuesto de futura independencia, la incertidumbre de un
marco jurídico por elaborar y supervisión bancaria o divisa establecida,
llevaría a que muchos inversores y depositantes movieran su dinero a
entidades con domicilio fiscal fuera la de Cataluña o transformar sus
activos en efectivo.
Si nos situamos en precedentes, en el referéndum del 18 septiembre
2014 en el que se decidió la vinculación de Escocia con el Reino Unido,
se produjeron previamente movimientos de grandes cuentas de patrimonios desde las principales entidades financieras escocesas como Royal Bank of Scotland y Lloyd's Banking Group hacia bancos ingleses. (...)
Rating Cataluña en bono basura a nivel de Kenia
A día de hoy, el rating de Cataluña se encuentra en bono basura, pues las principales agencias de calificación mantienen el siguiente rating:
- Moodys: Ba3 con perspectiva negativa desde el 26 de mayo de 2016.
- Fitch: BB con perspectiva negativa desde el 12 de noviembre de 2015
- S&P: B+ con perspectiva negativa desde el 18 de marzo de 2016.
Los actuales niveles de ratings hacen inviable la financiación a los mercados de la autonomía
y mucho menos de un futuro estado. Para entendamos qué significa este
rating, supone un impago selectivo. No obstante, este impago no llegará a
debido a que la deuda catalana ha sido intervenida mediante el Fondo de
Liquidez Autonómico (FLA).
Las actuales calificaciones de deuda implican una valoración de rating similar a Albania, Kenia o Ruanda pero que carece de importancia por el respaldo del FLA que permite financiar los vencimientos de deuda que se van produciendo.
La perspectiva negativa que se valora y puede ser el escenario más
relevante a tener en cuenta es la existencia de riesgos políticos que impliquen la retirada del apoyo estatal a medio plazo,
especialmente a la luz del referéndum sobre la independencia de
Cataluña prevista en septiembre de 2017 de acuerdo con la agenda del
gobierno autonómico. (...)
El rating como indicador funcionó muy bien con países como Grecia pues la imposibilidad de financiarse en los mercados
llevó, en última instancia, a que Grecia cediera en su posición inicial
en la que se negaba a aplicar las medidas de las 'instituciones', una
posición del 'NO' que incluso fue votada en el referéndum del 5 de julio
de 2015.
¿Por qué no hay miedo?
La realidad es que inversores y depositantes, es decir el dinero, no
le dan importancia alguna al llamado 'procés', por la sencilla razón de la falta de credibilidad del mismo para que éste suponga riesgo
tanto para el futuro de España o Cataluña. En ningún escenario, se
descuenta que para el próximo septiembre, en la que previsiblemente se
realizará otro referéndum tipo 9N, se produzca la secesión unilateral. (...)" (Marc Fortuño, El blog salmón, 31/01/17)
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