1/2/17

Haría bien la izquierda española en usar “Madrid” para hablar de Madrid; “España” para hablar de España, y “Estado español” para hablar del Estado español. Los nacionalistas siguen con lo suyo: Madrid = Estado español = Pseudopaís de fachas, zafios y burros

"(...) IF YOU FEEL BARCELONA F.C., YOU FEEL CATALUNYA. ¡Qué cosas que se escriben y se airean hasta que hay protestas! If you feel Real Madrid F.C you feel Madrid and Spain. ¿Se imaginan que se diría aquí, en .Cat? 

Afortunadamente se escriben otras cosas. Esta, por ejemplo, es del historiador José Luis Martín Ramos. De una comunicación personal, a propósito del uso, del extendido e inadmisible uso de Cataluña y el “Estado español”, sobre la discordancia, son palabras suyas, “lingüística y conceptual, de hablar de Cataluña y del Estado español”. 

El nacionalismo de estado en las sociedades multinacionales niega la condición de nación a quien no está constituido políticamente como estado, negando la realidad compleja de las identidades nacionales; de ello nos quejamos en Cataluña. Para mí con razón. Ahora bien, los nacionalismos sin estado niegan al estado al que pertenecen la condición que para sí consideran como su propia razón de ser y de futuro: la de nación. 

Hemos tenido en Europa un ejemplo trágico: el nacionalismo croata negó la razón de ser de una nación yugoslava, que estaba en proceso de construcción desde la resistencia al fascismo y la ocupación alemana; ya hemos visto cuáles han sido las consecuencias.

 Para el nacionalismo catalán hay nación catalana pero en esa discordancia Cataluña/Estado español no se considera que haya nación española; existe para él Cataluña -como estado: un territorio, una cultura, un pueblo, en la primera mitad del siglo XX se decía también una raza- pero no España, que sólo es un artefacto estatal y como tal un artefacto de opresión (en la versión más reduccionista del estado que pueda hacerse y que no se aplica para el futuro estado catalán, que en la imagen que se nos ofrece no oprimirá a nadie, por definición).

 Que en el nacionalismo se utilice ese doble lenguaje, esa forma diferente (y antagónica), una para sí y otra para el otro no es extraño y es lo habitual. Que los que no son nacionalistas -tan catalanes, españoles, como los demás- también lo utilice es una clara manifestación de subordinación al nacionalismo, a la ideología nacionalista, a su relato a su discurso (y no es excusa que pueda tratarse al propio tiempo de una muestra de pereza intelectual). 

El reconocimiento de la multinacionalidad -algo que yo sostengo sin ninguna duda- no justifica la negación del carácter de España como nación, en particular como nación política como la defendieron los federales. También Yugoslavia era multinacional, pero la izquierda, los no nacionalistas que lucharon y vencieron al fascismo, la consideraron y la construyeron como nación frente a los ustachis o los chetniks 

(Matiz y entre paréntesis: “...la realidad compleja de las identidades nacionales; de ello nos quejamos en Cataluña, para mí con razón”. Aunque aquí, en .Cat, tampoco se tiene en cuenta que la propia identidad nacional también está lejos de ser uniforme. Por lo demás, y como es evidente, el nacionalismo de Estado no es España).

En síntesis y volviendo al texto del gran historiador de la UAB: haría bien la izquierda no secesionista (perdón por el pleonasmo) y la izquierda española en general en usar “Madrid” para hablar de Madrid; “España” para hablar de España, y “Estado español” para hablar del Estado español. Los nacionalistas de aquí siguen con lo suyo: Madrid = Estado español = Pseudopaís de fachas, zafios y burros. 

¿Cómo vamos a reflexionar con pensamiento propio si hablamos como ellos? ¿El lenguaje no empuja al pensamiento en determinada dirección? (Un ejemplo reciente: “Hasta el pasado año, Coop57 ha gestionado un total de 285 préstamos por un valor de 8.442.047 euros. 

De hecho, ya cuentan con un total de 759 entidades socias de servicios -49 de ellas en Aragón- y 3.635 personas socias colaboradoras -440 en Aragón- entre todas las secciones territoriales en el Estado español”. De nuevo el Estado. España es palabra prohibida, incluso entre cooperativistas de izquierda). (...)"                 (Salvador López Arnal ,  Rebelión, 21/01/17)

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