2/2/17

Israel ayudaría a 'controlar' a la población árabe catalana tras la independencia

"(...) Lo único que puede hacerte independiente en caso de conflicto con el Gobierno central es identificar alguna de las grietas del conflicto geoestratégico mundial y colarse luego en el lado de los ganadores. Todo lo demás importa bastante menos. (...)

El caso de Kosovo es especialmente interesante: aunque es un país de mayoría musulmana, aceptó convertirse en una gran base de EEUU en el corazón de Europa como precio a pagar por la independencia. La comparación con el nacionalismo kurdo –de tradición infinitamente más importante y arraigada, pero que hizo una apuesta geoestratégica con los perdedores de la guerra fría– es demoledora.

Pese a que los nacionalistas kurdos hace décadas que luchan contra un Estado autoritario que los masacra, sus posibilidades de conseguir la independencia eran remotas porque Turquía era el gran aliado de Occidente para el mundo musulmán. (...)

Si la independencia de Catalunya fuera en serio y con un horizonte cercano, esta sería la pregunta que querrían contestar sus promotores: ¿Qué grietas geoestratégica existen? ¿Qué están dispuestos a hacer para colarse en ellas? (...)

El pasado septiembre, Terradellas desveló sus cartas en una importante conferencia en la Universidad de Barcelona revestida de gran solemnidad, con el Aula Magna a rebosar y la presentación del expresidente Artur Mas y de Agustí Colomines, uno de los intelectuales de cabecera del "proceso".
Terradellas enmarcó el debate en un marco de choque de civilizaciones, con Occidente enfrascado en varios pulsos geoestratégicos simultáneos con el islam, Rusia y China. 

Y en este cuadro, Catalunya tenía alguna opción si jugaba sus cartas como muro de contención occidental en el sur de Europa, codo a codo con Israel, el país que más en serio sigue el proceso catalán, muy bien conectado con el nacionalismo.

Este escenario no es hoy en absoluto quimérico pese a que España es ya un bastión de Occidente porque tras la victoria de Donald Trump ha aparecido una grieta interna en este campo, con tensiones entre EEUU y el Reino Unido post-Brexit, de un lado, y la Unión Europea, del otro. 

Siguiendo el manual clásico de cómo conseguir la independencia, pues, los nacionalistas catalanes tendrían alguna posibilidad si las tensiones en el bloque van a más y se convierten en fuerza de choque de Trump (siempre pegado a Israel) en el continente.

 En este contexto choca mucho menos el vídeo de Artur Mas saludando los nuevos vientos que soplan en EEUU que tanta perplejidad causó. (...)

Evidentemente, este plato puede parecer demasiado indigesto para los electores catalanes y muy en particular para la izquierda, que justo ahora está desplazando a los exconvergentes de la dirección del proceso. Pero al menos es realista. 

En cambio, nadie en el campo de la izquierda independentista explica con qué palancas geoestratégicas cuentan para conseguir apoyos al referéndum y a la independencia. ¿Con los países bolivarianos? ¿Con Irán? ¿Con China? ¿Con Rusia? ¿Con el caos derivado de la eventual ruptura o implosión de la eurozona? Es un misterio.

Es lógico que, con la excepción de Terradellas y de su insólito destape, todos guarden silencio ante un aspecto tan peliagudo como controvertido y prefieran que nada desvíe el foco del “Madrid malo”. Prometer la independencia de la mano de Trump, de China o de la implosión del euro no parecen la mejor forma de conseguir ensanchar el apoyo popular al “proceso”. 

Pero al mismo tiempo revela que el auténtico objetivo del “referéndum sí o sí” no es en realidad hacerlo, sino más bien conseguir que lo prohíban con la esperanza de ganar con ello nuevos adeptos para la causa."                  (Pere Rusiñol, eldiario.es, 29/01/17)

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