14/6/16

5 batallones de Aguirre de pasaron a Franco, entregándole la orilla izquierda del Cadagua; lo mismo pasó en Portugalete y en muchos otros sitios

"José Antonio Aguirre y Lecube, líder del PNV, fue desde octubre de 1936 el primer lendakari del gobierno vasco. En la guerra civil defendió muy mal Bilbao, que casi entregó a las tropas nacionales y provocó que sus amigos nacionalistas le llamaran “Napoleonchu”; soñaba con reclutar a 20.000 vascos residentes en Francia, pero éstos se apuntaron en masa al ejército de Franco y contribuyeron a romper los frentes de Aragón y Cataluña en 1938 y 1939. 

En el mismo Bilbao 5 batallones de Aguirre de pasaron a Franco, entregándole la orilla izquierda del Cadagua; lo mismo pasó en Portugalete y en muchos otros sitios. En fin, que gracias a la incompetencia del nacionalismo cayó el frente del norte; Aguirre era un crack.

Durante la guerra Aguirre no dudó en traicionar a la República. Su gobierno buscó contactos con los nazis a través de Suiza para establecer relaciones secretas con el III Reich, pues el racismo nazi era afín al de Sabino Arana, fundador del PNV.

 Una muestra de esta xenofobia se lee en el número de 29 de abril de 1937 de la revista Euzkadi, órgano del PNV liderado por Aguirre: “podéis desplegar por nuestros valles y montañas toda esa inmunda amalgama de mahometanos negros, protestantes rubios, legionarios sifilíticos y españoles degenerados.

Además Aguirre intentó firmar una paz separada con Franco, y viéndose perdido pactó en Santoña con los fascistas italianos para evacuar su ejército al margen de quienes habían luchado as su lado en Santander, y huir a Francia; también a traición trataría de convencer a los ingleses para que montasen un protectorado en el País Vasco.

Acabada la guerra, Aguirre se trasladó a Bélgica. Allí el cónsul de Panamá, franquista, le facilita un pasaporte panameño. El plan de Aguirre era huir a través de un país neutral, y para eso decidió refugiarse en el corazón de Alemania: Berlín. Allí se da la vida padre en el hotel Victoria, entre almuerzos y cenas pantagruélicas en medio del hambre canina que pasaban los berlineses

En su libro De Guernica a Nueva York pasando por Berlín el líder nacionalista revela que el primer envío importante de armas que recibió durante la guerra civil procedía de la Hamburgo nazi. Y nos relata su inigualable coraje durante su estancia en el Berlín nazi: el 27 de marzo de 1941 fue a la Wilhelmstrasse, ante la cancillería el Reich, para presenciar la reunión de Hitler con el ministro de Exteriores japonés.

 Había una multitud en la calle aclamando a Hitler y a Matsuoka en el balcón, y Aguirre cuenta que un hombre de las SS le dio 2 banderitas, una con la esvástica y otra con el sol japonés; él las cogió y gritó también. Un valent, escolti.

Tras su huida a los EEUU a través de Suecia, Aguirre fue un agente a sueldo del FBI con el número NY-507-S. Pero no había nada que hacer: la ONU se retractó de su bloqueo a España en 1949, y le abrió sus puertas en 1950; los EEUU cerraron acuerdos estratégicos con Franco en 1953, el Vaticano firmó el concordato ese mismo año, y Francia cerró Radio Euzkadi en 1954. 

Aguirre convocó ese año un Congreso Mundial Vasco, donde una de sus jóvenes estrellas –Federico Kurtwig- propuso la utilización de la violencia; de ahí saldrían los 1.000 asesinatos de la ETA “por Euskalherría”.

La mano derecha de Aguirre, Francisco Javier Landáburu, escribió a su colega Unceta en 1958, inspirado por los inicios de la conquista espacial: “estamos perdidos en el espacio como un robot americano”.

Com el prusés, escolti.

Dolça i aguirresca Catalunya…"                       (Dolça Catalunya, 08/06/16)

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