"Lo que ha ocurrido en 2012 es que la sociedad catalana ha querido votar,
en su conjunto. Y ha reflejado toda su pluralidad. En esta ocasión es
Sauret quien se refiere a este fenómeno, que ha descolocado a los
dirigentes de CiU.
La Catalunya silenciosa vota
Lo explica con convicción, aunque sus encuestas no apreciaran el cambio electoral de fondo. Hay una parte de “la Catalunya silenciosa”, según Sauret, que no aparece en los medios de comunicación, que, incluso, podría estar de acuerdo con la teoría de los nacionalistas de que las condiciones económicas serían mejores en una Catalunya independiente. Pero no les gusta. No quieren la independencia.
Y esa idea está especialmente enraizada en el área metropolitana de Barcelona y la periferia de las grandes ciudades. Normalmente no votaba en las autonómicas, pero esta vez ha decidido, por lo que estaba en juego, acudir a las urnas. Y esos votos adicionales, según Sauret, han beneficiado, y por este orden, a Ciutadans, Iniciativa-Verds y PP.
Error de las encuestas
El error de los sondeos y encuestas, como admite Jordi Sauret, que fue miembro del comité de campaña de Artur Mas en 2006, como asesor demoscópico, es que no previeron el salto en la participación. En la encuesta de La Vanguardia, que otorgaba a CiU una victoria por encima de los 60 diputados, se contó con una participación del 63,69%. Es decir, 5,9 puntos inferior a la que fue finalmente.
El drama del PSC
Caso aparte es el del PSC. No retiene a sus votantes, que se escapan en todas direcciones, sin que se pueda conocer, según Colomé, su verdadero suelo electoral. El caso más grave es el de Barcelona. Hasta el 50% del voto que ha perdido es de la ciudad de Barcelona, donde se ha dejado a 28.575 votantes, de los 51.900 votos menos que en 2010.
Sólo ha ganado en NouBarris, con una población envejecida y todavía fiel, más que al PSC, al PSOE de Felipe González. En Sarria-SantGervasi ha llegado a quedar en sexto lugar, el distrito exquisito de la ex dirección catalanista de toda la vida del PSC, con los Maragall a la cabeza, con sólo unos 2.000 votantes más que la CUP.
Sus votos se van, por un lado, a Ciutadans y a ICV. Por el otro, a CiU y ERC. Un drama que la actual dirección deberá abordar.
Cambios para quedarse
Los especialistas señalan que estos cambios son estructurales. Se han producido para quedarse. En todo caso, el adelanto electoral, y el pulso de Mas habrá servido para que aflore una realidad que estaba latente.
Se acabaron, definitivamente, los años ochenta." (Manel Manchón, Economía Digital, 01/12/2012)
La Catalunya silenciosa vota
Lo explica con convicción, aunque sus encuestas no apreciaran el cambio electoral de fondo. Hay una parte de “la Catalunya silenciosa”, según Sauret, que no aparece en los medios de comunicación, que, incluso, podría estar de acuerdo con la teoría de los nacionalistas de que las condiciones económicas serían mejores en una Catalunya independiente. Pero no les gusta. No quieren la independencia.
Y esa idea está especialmente enraizada en el área metropolitana de Barcelona y la periferia de las grandes ciudades. Normalmente no votaba en las autonómicas, pero esta vez ha decidido, por lo que estaba en juego, acudir a las urnas. Y esos votos adicionales, según Sauret, han beneficiado, y por este orden, a Ciutadans, Iniciativa-Verds y PP.
Error de las encuestas
El error de los sondeos y encuestas, como admite Jordi Sauret, que fue miembro del comité de campaña de Artur Mas en 2006, como asesor demoscópico, es que no previeron el salto en la participación. En la encuesta de La Vanguardia, que otorgaba a CiU una victoria por encima de los 60 diputados, se contó con una participación del 63,69%. Es decir, 5,9 puntos inferior a la que fue finalmente.
El drama del PSC
Caso aparte es el del PSC. No retiene a sus votantes, que se escapan en todas direcciones, sin que se pueda conocer, según Colomé, su verdadero suelo electoral. El caso más grave es el de Barcelona. Hasta el 50% del voto que ha perdido es de la ciudad de Barcelona, donde se ha dejado a 28.575 votantes, de los 51.900 votos menos que en 2010.
Sólo ha ganado en NouBarris, con una población envejecida y todavía fiel, más que al PSC, al PSOE de Felipe González. En Sarria-SantGervasi ha llegado a quedar en sexto lugar, el distrito exquisito de la ex dirección catalanista de toda la vida del PSC, con los Maragall a la cabeza, con sólo unos 2.000 votantes más que la CUP.
Sus votos se van, por un lado, a Ciutadans y a ICV. Por el otro, a CiU y ERC. Un drama que la actual dirección deberá abordar.
Cambios para quedarse
Los especialistas señalan que estos cambios son estructurales. Se han producido para quedarse. En todo caso, el adelanto electoral, y el pulso de Mas habrá servido para que aflore una realidad que estaba latente.
Se acabaron, definitivamente, los años ochenta." (Manel Manchón, Economía Digital, 01/12/2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario