"Sin embargo, ¿cuáles son los intereses de los alumnos? ¿Cuáles son
sus necesidades lingüísticas? ¿Qué es más útil para ellos? ¿Qué es más
enriquecedor? ¿Cuál es el deseo de la mayoría de alumnos, el conocer y
saber usar bien una lengua o las dos?
Tal vez ha llegado la hora de
pensar en los alumnos y en lo que es mejor para ellos.
Si analizamos la cuestión objetivamente, parece claro que las
necesidades lingüísticas de los alumnos catalanes pasan por el
aprendizaje sólido y en profundidad de ambas lenguas, el catalán y el
español, además de un aprendizaje adecuado del inglés, cuestión esta de
gran calado, pero que no discutiré ahora.
Para poder realizar un
aprendizaje de ambas lenguas oficiales en condiciones y de manera
equitativa para todos los alumnos, estos deberían poder aprender ambas
lenguas en la escuela (y no una en la escuela y la otra en la calle),
recibiendo asignaturas en ambas, familiarizándose con la terminología
académica de ambas y disponiendo del espacio para realizar trabajos
escritos y presentaciones orales en ambas.
El objetivo prioritario de
las escuelas debería ser el de reflejar la realidad bilingüe de Cataluña
y equipar a los alumnos para desenvolverse adecuadamente en ella. Aquí
debería terminar su función en el campo lingüístico.
El sistema de inmersión que se practica en Cataluña es único en
Europa. Ninguna otra comunidad bilingüe de Europa lo ha implementado.
Todas ellas han optado por uno de estos dos modelos: una doble red de
escuelas, como, por ejemplo, Gales, con una red de escuelas en galés y
otra en inglés, o el modelo de escuela bilingüe o trilingüe, como
Luxemburgo, donde todas las escuelas imparten la educación en las tres
lenguas del país.
Nadie nos quiere explicar por qué en Cataluña se ha
optado por un modelo monolingüe obligatorio para todos los alumnos,
inédito en el resto de Europa. ¿Qué razón pedagógica hay? Nos tememos
que ninguna, que el motivo es de otro orden, el de siempre, político.
No es la escuela monolingüe sino la escuela bilingüe la más acorde
con los estudios académicos internacionales sobre aprendizaje escolar de
lenguas, estudios que ni un bando ni otro citan nunca.
Expertos como
Jim Cummins, Colin Baker o James Tollefson han demostrado en sus
investigaciones que en las comunidades bilingües, la escuela bilingüe, a
diferencia de la escuela en una sola lengua, es un modelo más
integrador, más efectivo cognitivamente, más adecuado desde un punto de
vista afectivo y posiblemente la única manera de proporcionar una alta
competencia en ambas lenguas a la mayoría de alumnos.
Sin embargo, lo que sucede en Cataluña es lo contrario de lo que es
deseable desde un punto de vista educativo: los alumnos se encuentran
actualmente en fuego cruzado, supeditados a unos que les quieren
catalanizar y a otros que les quieren españolizar. Los alumnos catalanes
son claramente los grandes perjudicados por esta suplantación de su
educación
lingüística por ideología partidista. Por esta razón es
necesario seguir insistiendo en que, tanto en Cataluña como en el resto
de España, la educación debería estar únicamente al servicio de los
alumnos y los programas escolares deberían guiarse solamente por
criterios pedagógicos. En el caso que nos ocupa, sería una educación
bilingüe catalán-español la que cumpliría con estos requisitos." ('Alumnos en fuego cruzado', Mercè Vilarrubias , El País, 6 NOV 2012)
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