Oscar Tusquets y Arcadi Espada
"Cerca de las diez de la noche entró Beatriz de Moura en el
Giardinetto, echó una ojeada, añadiéndole su triste sonrisa de los
últimos siete años, y dijo:
-Una Barcelona que dejó de verse.
Oscar Tusquets celebraba sus 75 cumpleaños. Sostiene que las tres
condiciones de una fiesta son: la lista de invitados, la música y el
alcohol. Tuvo un caluroso éxito con las tres. Le ayudaron su mujer y
novelista Eva Blanch, el retoño Pomés (maracas) y el sólido Ángel,
tratándose de líquidos. Beatriz de Moura aludía a la primera condición.
Estuve repitiendo la frase toda la noche.
-Una Barcelona que dejó de verse.
La interpretación menor es que dejara de ser vista. Y tampoco sería
del todo cierta. Muchos de los invitados siguen teniendo una visibilidad
notable. La interpretación interesante es que unos y otros dejaron de
verse. A causa del ambiente, por supuesto. Este hacinamiento mental de
Barcelona.
Estoy seguro de que entre la inmensa mayoría de los 60 o 70
invitados no se han producido grandes desgarros. Nada de la cosa
violenta que ha roto amigos y familias. No. La inmensa mayoría de los
que se reunieron comparten su oposición al nacionalismo y a lo que ha
sucedido en Cataluña. Pero no todas las catástrofes morales se producen
radicalmente, abruptamente, nítidamente.
El misil lanzado por el
nacionalismo a la convivencia ha producido innumerables efectos
colaterales, retardados, sinuosos. Lo peor no es lo que sucede con los
enemigos, más o menos chiflados. Lo peor es lo que sucede entre los
amigos razonables. Uno lee algo en un periódico que ha dicho otro y
piensa que no ha estado a la altura, que flojea.
Otra vez interpreta mal
un gesto público, una mirada, incluso. La lista de exigencias con los
otros se hace cada vez más abrumadora. A veces llegan, desgastadas en su
verdad por el eco, pero aún más letales, supuestas insidias que se
dijeron una noche, en una cena.
Y luego está la mera supervivencia:
antes que salir al exterior contaminado los hombres prefieren ir
quedándose en la casa; a salvo, creen; cada vez más seguros en sus
certezas, atrancados.
Subieron tres gitanillos con sus guitarras y se arrancaron con Barcelona tiene poder, aquella rumba anacrónica. Oscar y yo, con bastante mérito, le plantamos cara." (Arcadi Espada, El Mundo, 12/06/16)
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