""Vayan de entrada algunas consideraciones de la lectura general del documento. La editorial de La Vanguardia del lunes le acusa de “tufillo etnicista” y no es injustificado. (...)
la situació actual de la llengua catalana…és extremament crítica (…)camí de convertir-se en una mena de dialecte del castellà.
la situació actual de la llengua catalana…és extremament crítica (…)camí de convertir-se en una mena de dialecte del castellà.
Formulaciones apocalípticas que son, con toda evidencia, demagógicas.
La lengua catalana puede tener problemas, ¿pero está en situación
crítica? ¿se está convirtiendo en un dialéctico del castellano?
Con
todos los respectos esas exageraciones bordean la sandez. Aunque sí que
es cierto que los medios de comunicación de masas públicos habrían de
procurar que sus presentadores, en particular de los informativos,
atropellasen menos la lengua propia.
Tampoc no és la llengua predominant entre les generacions de la dita «immersió»: en les zones més poblades la coneixen però l’usen mínimament.
¿Y eso se resuelve imponiendo un monolingüismo básico? ¿Mediante
decisiones de autoridad o por políticas de consenso? Quizás se tendrán
que revisar las formas de aplicación de la política de inmersión.
Denunciem la ideologia política de l’anomenat «bilingüisme», que s’ha anat inoculant des de les esferes de poder a tota la població catalana d’ençà del 1978
¿El “bilingüismo” es una ideología?
¿se reduce a una ideología? ¿la misma? ¿cuál? Es decir que esa parte de
la población que es bilingüe, o se considera bilingüe, son un colectivo
cobaya que contamina al conjunto de la comunidad. Una vez más, lo peor
es el tono de la argumentación.
un dels grans problemes d’estat de la nova república, potser el més important, serà el problema lingüístic, perquè afecta la base mateixa de la cohesió social
articular la llengua catalana com a eix integrador de la nostra ciutadania en un marc d’assumpció pública del multilingüisme com a riquesa individual i social
No sé si será el principal problema. Es mucho suponer y quizás esa
afirmación sea un ejemplo de soberbia profesional. La cohesión social se
fractura por muchas razones y no solo por la lengua.
Pero en fin, esa
postulación del catalán como “eje integrador”, como único eje integrador
tal y como ha de deducirse del texto general, no parece que case bien
con el multilingüismo que dice respetarse; a menos que ese
multilungüismo sea “subordinado” y, por tanto, en la línea de como
argumentan los autores del manifiesto, con menores derechos.
Más bien,
una imposición forzosa, constituyente de l nueva república como se
pretende, de ese eje integrador parece el camino más directo para la
ruptura de la sociedad catalana en dos comunidades, la integrada y la no
integrada; una de las dos dominada por la otra, y en la república
independiente la dominada será la no integrada.
¿Nos hemos de sumar a
eso también? Y, por cierto, abanderar el multilingüismo y denostar el
bilingüismo es una ofensa a la inteligencia y a la población
castellanopensante y capaz de hablar las dos lenguas; con todos los
respetos para el pastún, el amazhig, el árabe, el wólof y otras lenguas
africanas, el peso y uso social del castellano no es comparable a ellas,
no es una pieza igual de un supuesto mosaico lingüístico, aunque pueda
llegar a serlo con el tiempo, si nos empeñamos en no cerrar fronteras…
lingüísticas también." (Acotaciones a 'Koiné, José Luis Martín Ramos , en Rebelión, 05/04/16)
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