Las razones de un independentista catalán para NO votar el 9 de noviembre

"(...) Llego a la que es, para mí al menos, la razón más seria e importante para no participar. Y es que me resulta preocupante la facilidad con que estamos entrando en una vía de banalización de los procesos democráticos. El gobierno central, por vía del TC, ha abortado cualquier posibilidad de consultar a los ciudadanos; es así.  

Pues bien, yo no pienso que la solución correcta ante de esto sea tirar por, poner "pecho y cojones" y responder con un simulacro sin homologación legal de ningún tipo. No: precisamente por la importancia trascendente que tiene hacer una consulta de esta clase debería continuar luchando, con paciencia y con convicción, dentro y fuera de España, hasta poder hacerla o hasta obtener alguna salida satisfactoria para una mayoría (una mayoría amplia, quiero decir: no la tan soñada por algunos, y tan obviamente insuficiente, del cincuenta por ciento más uno).  

No me convence la simulación de algo tan importante como la posibilidad de decidir el futuro de siete millones de personas, como si la legalidad internacional no nos afectara, o como si no supiéramos (como todos sabemos muy bien) que al final sólo será válida una consulta pactada con la UE o con España, o con ambas. 

O es que el hecho de tener una realidad española adversa nos ha de autorizar a saltarnos las leyes, o hacer consultas sin censo, conducidas por voluntarios y en las que se pueda votar durante 15 días? No nos vantàvem, justamente nosotros, de nuestra seriedad y nuestro rigor? La mejor tradición del catalanismo ha comportado una cierta escrupulosidad en estos temas; ha supuesto la voluntad de hacer las cosas bien hechas no sólo para alcanzar el objetivo deseado, sino por el deseo de cumplir con nosotros mismos. 

Me siento decepcionado al ver que se nos invita a tirar por la vía fácil de la confrontación, a cargarnos nuestra capacidad de encontrar salidas medidas para situaciones complejas. La respuesta a un déficit democrático en el Estado no puede ser, de ninguna manera, el establecimiento de un déficit democrático en Cataluña. (...)"      (Joan Curbet Soler, e-notícies)