5/11/14

El 9 de noviembre no se va a celebrar ni un referéndum, ni una consulta... sino un pataleo. Se reconoce la derrota, pero se protesta

"(...) El 9 de noviembre no se va a celebrar ni un referéndum, ni una consulta ni nada definible en términos jurídicos. Sea lo que sea lo que ocurra ese día, jurídicamente es estéril. Eso lo está reconociendo la Generalitat con su conducta. 

Sin decreto de convocatoria, sin censo electoral, con la posibilidad de que voten los menores y los extranjeros... faltan los elementos indispensables para que se pueda hablar de referéndum o consulta. Estamos ante un pataleo, es decir, ante la última y vana actitud de protesta de quienes saben que no disponen de ningún instrumento jurídico para hacer valer lo que entienden que son sus derechos. 

Y una convocatoria a ejercer el derecho al pataleo no puede ser anulada. Nadie puede verse privado del derecho a patalear, a expresar que no está de acuerdo con que no se le reconozca el derecho que él entiende que le debería ser reconocido. 

Es imposible que exista en un ordenamiento jurídico digno de tal nombre la prohibición del derecho al pataleo, ya que su ejercicio parte del reconocimiento de que no se tiene derecho, pero que con eso, justamente, es con lo que no se está de acuerdo. 

Este mínimo derecho no puede faltar en ningún ordenamiento jurídico democrático. Y eso es lo que significa el 9 de noviembre. Se reconoce la derrota, pero se protesta. Es, de alguna manera, otra versión de la Diada.

En esto es en lo que no ha reparado el Gobierno en su ofuscación y, de manera mucho menos comprensible, el Consejo de Estado. Entre ambos pueden poner al Tribunal Constitucional ante un problema sobre el que no debería tener que pronunciarse. Y pueden abrir con ello la puerta al problema potencialmente mucho mayor de desobediencia cívica."           (   ,  El PaísMadrid 31 OCT 2014)

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