21/7/14

Societat Civil Catalana: El hecho de que, a corto plazo, lo único seguro es que la secesión nos haría más pobres en cualquiera de los escenarios

"Si alguna cosa no estaba prevista que sucediera en la hoja de ruta del llamado “proceso soberanista” es la aparición de Societat Civil Catalana (SCC).

(...) La hegemonía nacionalista ha cultivado un discurso basado en la ambigüedad, la permanente insatisfacción, el fatalismo, la sensación de fracaso e incluso de agonía. Y ha impuesto una cultura política regresiva, escapista, sentimental y socialmente populista.

El secesionismo es la consecuencia de una filosofía cuyo objetivo ha sido proclamar la tesis del fracaso del modelo autonómico y en gran medida también de la España democrática. Y esto no es solamente mérito suyo, de su habilidad para mezclar verdades con tergiversaciones y mentiras deliberadas. 

También buena parte de la culpa recae en la política española, las instituciones y los grandes partidos que no han encarado con sentido de Estado la solución a ciertos desajustes del modelo autonómico, los cuales, al sumarse a otros de mayor calado, han acabado produciendo una tormenta perfecta en Cataluña. 

Solo las especiales circunstancias económicas, de crisis social e institucional de estos últimos años ha permitido dar verosimilitud a un discurso extraordinariamente contradictorio.

Porque, ¿de verdad es posible creerse la tan difundida tesis del “expolio”, reconvertida ahora en boca del conseller Andreu Mas-Colell en la nueva consigna de que “España nos frena”, y hacer a continuación el panegírico de las actuales fortalezas y el potencial de la economía catalana? 

¿Es posible creerse que sin independencia vamos de cabeza a la ruina, mientras Artur Mas no se cansa de exaltar que Cataluña es altamente competitiva, exportadora de bienes y receptora de importantes inversiones? Una cosa y la otra no pueden ser ciertas al mismo tiempo.  (...)

El hecho de que, a corto plazo, lo único seguro es que la secesión nos haría más pobres en cualquiera de los escenarios. También para afirmar que a los catalanes nos ha ido globalmente bien con el resto de españoles en estos 36 años de democracia y autogobierno, y que juntos somos más fuertes y mejores.

En realidad, no nos limitamos a decidir “mejor juntos”, sino “juntos y mejor”. Porque la primera condición para derrotar el monotema soberanista es hacer más atractivo e inclusivo el proyecto común. Y, finalmente, para poner en valor otros costes de carácter social y sentimental de la secesión que no podemos despreciar.

 Porque votar la división de un país, de una sociedad y de un Estado no es una fiesta, sino algo que si llega a producirse sería traumático. Te obliga a elegir entre identidades. Y esto siempre es malo, como explica muy bien el liberal federalista canadiense Stéphane Dion. Lo demuestra el hecho reciente de que en Québec no deseen pasar por la experiencia dolorosa de un tercer referéndum.  (...)

En definitiva, la posición de SCC se puede sintetizar en cinco puntos. 

Primero, más que estar en contra de una consulta hipotética, nosotros trabajaremos para hacerla socialmente innecesaria. Porque no nos parece que esté justificada en el marco de un sistema democrático y con un amplio autogobierno, ni tampoco que sea socialmente una buena idea. 

Segundo, recordar que Cataluña hizo una aportación sustancial y muy positiva a la cultura política democrática española durante la Transición con la propuesta autonomista como fórmula posible para todos los pueblos de España. Las fuerzas catalanas deberían apostar por su mejora global, en cualquiera de sus vías, en lugar de por su destrucción. 

Tercero, subrayar que los problemas de los catalanes no son sustancialmente diferentes de los del resto de españoles, y que es mucho más inteligente resolverlos todos juntos. 

Cuarto, creemos que de esta crisis territorial e institucional hay una clara oportunidad para repensar la cultura y la identidad española, para hacerla más inclusiva y superar la famosa “conllevancia”, apostando decididamente por la suma.

Y, quinto, desde SCC no apostamos por ninguna propuesta concreta y precisa de lo que periodísticamente se denomina “tercera vía”, pero tampoco estamos en contra de ninguna. Solo nos atrevemos a poner algunas condiciones: que la alternativa sea clara, que disponga de grandes mayorías, respete la Constitución o los caminos para su reforma, y que no se plantee como una estrategia para ganar tiempo, para aplazar nada o para contentar a los soberanistas, sino para resolver demandas y cuestiones concretas. 

Pero para eso es imprescindible un cambio de cultura en la política española que nos devuelva la capacidad de consenso, la voluntad de objetivar los problemas y encarar los retos colectivos con la mirada puesta en el largo plazo. Desde SCC creemos que si de verdad nos lo proponemos, seremos capaces todos juntos de provocar nuevamente que en España suceda lo inesperado."              ( , El País, 9 JUL 2014 )

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