"Después de pasar veinte años en la cárcel por asesinar a tres
personas en Santander, en febrero de 1992, Iñaki Rekarte fue expulsado
de la banda ETA por renegar de la violencia.
Este exetarra se entrevistó
en prisión con la viuda de una víctima del terrorismo y le pidió
perdón. En aquella conversación, cuenta ahora Rekarte, aprendió la
inmensa bondad de una mujer que no tenía odio. Él no se cree capaz de
tener una actitud semejante.
Después de pasar veinte años en la cárcel, Rekarte llega a la
conclusión de que si haces el mal, la vida te lo devuelve. Ahora no
quiere saber nada de la banda terrorista en la que asesinó y que le
acabó expulsando. Una prueba más del carácter mafioso de esa secta, en
la que se entra de uno en uno pero de la que, hasta hace poco, solo se
podía salir en manada.
Dice Rekarte, en una entrevista en la Ser, que la banda, «a ritmo de
caracol», acabará disolviéndose y entregando las armas, porque no tienen
otra y les falta la cobertura política que en su día tuvieron.
Es relevante el testimonio de un etarra que, como tantos de su
generación, entró de joven en la banda, asesinó porque esa era su forma
de vida, pasó años en la cárcel y esta reclusión le sirvió para llegar a
conclusiones respecto de sus crímenes que le alejó de esa forma de
estar en la vida que consiste en arrebatársela al prójimo.
Rekarte pide perdón a las víctimas y se reúne con una mujer a cuyo
marido asesinó la banda terrorista ETA. Pero este gesto no puede diluir
lo más importante: ha habido una organización terrorista que ha
asesinado de manera planificada, sistemática, sostenida en el tiempo,
para conseguir unos determinados objetivos. Hay unas víctimas que son la
consecuencia del terror creado por una banda para lograr sus fines
totalitarios.
Este es el problema. Una organización que se constituye sobre el
asesinato y el miedo para lograr el poder e instaurar su dictadura. Unas
víctimas que no lo han sido porque sí, que han muerto porque una banda
ha decidido asesinarlas de manera calculada. Aquí no ha habido un
problema privado entre el que mataba y el asesinado, aquí ha habido
víctimas del terrorismo porque una organización totalitaria las ha
asesinado para conseguir sus fines.
Bien, la banda terrorista ETA ha sido derrotada por la democracia
española. Mientras esa derrota se iba fraguando, ha habido etarras –unos
pocos, demasiados pocos–, que han sentido la necesidad vital de pedir
perdón a sus víctimas.
Ha habido víctimas, pocas, que han concedido ese
perdón. Ese ejercicio puede ser necesario para el que deja el terror y
aceptado por el que lo ha sufrido, pero no puede tapar el problema
estructural de una banda que asesinó para ganar y que ha sido derrotada." (JOSÉ MARÍA CALLEJA, EL CORREO 07/03/14, en Fundación para la Libertad)
No hay comentarios:
Publicar un comentario