"Hace
unos meses era la Fundación Ebert –patrocinada políticamente por la
socialdemocracia y económicamente por grandes magnates de la industria y
las finanzas alemanas– la que presentaba los posibles escenarios del
futuro de la UE, uno de los cuales contempla la ruptura de algunos de
los Estado-nación actuales.
Lo que daría lugar a “una Europa matriz con
Alemania en el centro y un euro restringido a las economías más
sólidas”. (...)
El
informe de la Fundación Ebert precisaba de forma concreta como un claro
ejemplo de ese posible nuevo mapa político europeo los casos de
“Cataluña y la Italia del norte”. Un escenario en el que, afirmaban, “no
son los Estados los que rompen con la unión monetaria, sino las
regiones prósperas las que rompen con los Estados para intentar
incluirse en una zona de integración central”. Se les olvidó añadir que,
por supuesto, bajo hegemonía alemana.
Han pasado apenas unos meses desde que
se hiciera público el informe, y los halcones de Berlín han vuelto a
insistir en exponer su programa de empobrecimiento y fragmentación. Esta
vez por boca de Bernd Lucke, profesor de Economía de la Universidad de
Hamburgo y cofundador del partido euroescéptico alemán Alternative frür
Deutschland (Alternativa para Alemania). (...)
De entrada, una afirmación tajante: “si un día, algo muy poco probable, yo fuese canciller federal, llevaría a Bruselas un programa para que los países del sur de Europa abandonasen el euro de forma no traumática para el sistema y regresasen a sus antiguas monedas. Así podrían abordar la tarea de recuperar competitividad desde una perspectiva más real”. (...)
Lo preocupante del asunto es que mientras lo de Napoleón no dejó de ser nunca un proyecto sobre el papel, la burguesía monopolista alemana ya ha ensayado recientemente, y con éxito, en la antigua Yugoslavia o en Checoslovaquia esta táctica de dividir y fragmentar para dominar y explotar mejor.
La brutal y desvergonzada franqueza con la que está gente habla de empobrecer a la población del sur de Europa o de romper y dividir países como España e Italia no conoce límites.
¿Pero quiénes se han creído ellos que son, sino una burguesía criminal y degenerada que ha llevado por dos veces a Europa a la mayor carnicería que ha conocido jamás la humanidad? ¿Con su trayectoria de barbarie y crueldad, qué lecciones de progreso y bienestar creen que pueden venir a dar?.
Alemania sólo defiende sus intereses y no los de Europa, pero Europa no sé si se percata de esta realidad y se deja llevar." (Baal, 07/09/2013)
De entrada, una afirmación tajante: “si un día, algo muy poco probable, yo fuese canciller federal, llevaría a Bruselas un programa para que los países del sur de Europa abandonasen el euro de forma no traumática para el sistema y regresasen a sus antiguas monedas. Así podrían abordar la tarea de recuperar competitividad desde una perspectiva más real”. (...)
Como
tampoco se limita a exponer medidas económicas, sino que no duda en
saltar a un terreno político tan sensible como la misma integridad
territorial de España y la configuración de nuestro actual Estado: “Hay
muchas formas de hacerlo, varios proyectos diferentes [para los países
que abandonen el euro].
El objetivo es que los que no puedan financiarse tomen distancia para crear así una línea de contención del problema. Y no es necesario pensar en países enteros. Cataluña, País Vasco y el norte de Italia podrían permanecer en el euro, por ejemplo, pero está claro que Grecia o Andalucía no forman parte de esta realidad. Empeñarnos en lo contrario es negar la evidencia. Y cuanto más tardemos en darnos cuenta, más caro nos costará a todos”.
Países enteros no, que son difíciles de dominar y digerir. Mejor
pensemos en países divididos y fragmentados. Cataluña y Euskadi sí,
Andalucía no. El viejo sueño napoleónico de trazar una línea divisoria
en el Ebro para anexionar a Francia los territorios que quedan al norte
reaparece 200 años después, sólo que esta vez en versión germánica.El objetivo es que los que no puedan financiarse tomen distancia para crear así una línea de contención del problema. Y no es necesario pensar en países enteros. Cataluña, País Vasco y el norte de Italia podrían permanecer en el euro, por ejemplo, pero está claro que Grecia o Andalucía no forman parte de esta realidad. Empeñarnos en lo contrario es negar la evidencia. Y cuanto más tardemos en darnos cuenta, más caro nos costará a todos”.
Lo preocupante del asunto es que mientras lo de Napoleón no dejó de ser nunca un proyecto sobre el papel, la burguesía monopolista alemana ya ha ensayado recientemente, y con éxito, en la antigua Yugoslavia o en Checoslovaquia esta táctica de dividir y fragmentar para dominar y explotar mejor.
La brutal y desvergonzada franqueza con la que está gente habla de empobrecer a la población del sur de Europa o de romper y dividir países como España e Italia no conoce límites.
¿Pero quiénes se han creído ellos que son, sino una burguesía criminal y degenerada que ha llevado por dos veces a Europa a la mayor carnicería que ha conocido jamás la humanidad? ¿Con su trayectoria de barbarie y crueldad, qué lecciones de progreso y bienestar creen que pueden venir a dar?.
Alemania sólo defiende sus intereses y no los de Europa, pero Europa no sé si se percata de esta realidad y se deja llevar." (Baal, 07/09/2013)
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