“Las democracias pluralistas habían conocido, en mayor o menor medida, el conflicto derecha/izquierda como contraposición de sistemas (capitalismo/socialismo), algo que hoy parece cosa del pasado. En cambio, en algunas se ha reafirmado el tradicional conflicto centro/periferia que, a veces, tiende a monopolizar el debate político. En
En realidad, hay conflictos que tal vez pueden no tener solución, pero las democracias permiten no sólo la "conllevancia", sino debatir pacíficamente sobre diversas alternativas posibles. Por tanto, a lo mejor el conflicto vasco es irresoluble, pero hoy no es comprensible que una de sus expresiones siga siendo violenta. Además, tampoco se entiende qué problema puede tener un demócrata en condenar la violencia. Se trata de algo consustancial, no es sólo cuestión moral, sino política: los medios violentos pervierten por completo el fin deseado y, de hecho, lo hacen inalcanzable en
La autodeterminación es una de las cuestiones políticas más controvertidas. Es un principio delicado a la hora de concretarlo empíricamente por los problemas que surgen a la hora de definir el sujeto titular (el "pueblo"), el territorio de aplicación y el procedimiento (tipo de consulta, mayorías, garantías, etcétera). De ordinario, todos los nacionalistas periféricos exigen que el Estado se reconozca como plurinacional, pero ellos nunca admiten de buen grado que sus comunidades puedan albergar grupos de ciudadanos con lealtades nacionales duales o bien distintas de las deseadas por ellos. En suma, se reclama la heterogeneidad estatal, pero se afirma la homogeneidad de la propia comunidad nacional, algo empíricamente incierto. (…)
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