"(...) El presente articulete les explicará la nueva edición de propaganda
del procés, modulada por el factor Puigde, y que afectará a las
escenografías de la Mesa. Es decir, al futuro del Gobierno de coalición.
Es decir, a la capacidad de recoser una sociedad tras diez años de,
glups, contrarreforma social. ¿Qué es esta propaganda? ¿De dónde sale?
¿En qué consiste? ¿Cuáles son sus ejes? ¿Qué supone? No se lo pierdan.
Será rápido, fácil, y divertido.
7- E inútil.
8- En primer lugar, y sea lo que sea esa propaganda,
es muy libre. Es decir, tiene un margen muy amplio, contradictorio y
plurisignificante. Como siempre, sí. Pero después de varios –todos,
vamos– fracasos políticos es algo importante. Lo que es muy original.
Les paso dos ejemplos de poderío simbólico que se dieron en el acto. El
concepto Perpinyà, el concepto CDR. La conjugación de ambos explica las
posibilidades, descomunales, de esta escuela de propaganda.
9- Al optar por Perpinyà como topos se apostaba por
–sorpresa– la cobardía política. Puigde, parlamentario europeo, podría
haber venido a Esp. De hecho, hubiera sometido con ello a contradicción a
las policías locales y a la Justicia. Al Estado, vamos. No lo hizo. Se
cubrió ese –otro más– raje con el factor Perpinyà.
Es decir, con una
cita del pancatalanismo –una cita, a su vez, del independentismo de
izquierdas y antiestatalista de los 70, revolucionario–. Además, el acto
tenía como nombre artístico “La República al Centre del Món”, siendo
ese aludido Centro del Mundo un homenaje, una cita de Dalí, que un día
se levantó de la cama y definió a Perpinyà como el centro del mundo. Por
otra parte, Dalí era un hombre que se adhirió absolutamente al
franquismo, para el que fabricó piropos durante 40 años.
El procesismo
en este acto ha utilizado, por tanto, referentes de la extrema izquierda
y franquistas. Vamos, que puede usar los referentes que quiera. Los
limpia y pasan a ser suyos. Un chollo único en el Oeste de Europa, que
no en el Este. Es imposible criticar eso desde el procesismo, o incluso
desde Cat, pues te ubicarías fuera del concepto Cat. O, lo que es lo
mismo pero más divertido, el procesismo, esa turmix de elementos incluso fascistas, te puede catalogar como fascista en un plis. Yupi.
10- Dos horas antes del acto, los CDR quedaron con
la consigna de un encuentro llevando en la manita la ‘Bandera del
Tricentenari’. Es decir, el acto, derechista, convocó con cierto éxito a
una autodefinida extrema izquierda –es posible que lo sea, de hecho;
pero siempre y cuando el único eje que diferencia la extrema derecha de
cualquier otro objeto sea el eje nacional correcto; ese es un gran éxito
propagandístico del procés, una derecha nacionalista, autoritaria y
populista europea, no entendida como tal tan solo en un punto; Cat–.
La
bandera aludida es, a su vez, una bandera creada por Torra durante su
paso por una institución cultural de esas que te dan, por aquí abajo,
cuando te quedas sin cacho. La bandera es mayormente negra. No es un
homenaje a la tradición política más dilatada y determinante en la
historia de Cat –la libertaria, el antiestatalismo–, sino a varias
recreaciones y citas realizadas en laboratorio.
Una de ellas, la bandera
del comandito fascista de un tal Badia, en los 20 del XX. Vamos, que el
procesismo puede usar los referentes que quiera. Los limpia y pasan a
ser suyos. Un chollo único en el Oeste de Europa, etc.
11- El acto estaba convocado por el Consell de la República, una entidad en cuyo staff está
JxC, ERC y CUP. Está cargada de futuro. En el futuro, por ejemplo, se
puede quedar con la cosa procesismo, con su propaganda y literatura,
mientras el Govern –siempre que sea JxC, me temo– se dedica al
autonomismo/los negocios, sin arriesgarse a ir a la trena vía Justicia
en huelga japonesa.
No obstante, y este es el crédito de esa nueva
institución privada, la CUP no acudió al acto –bravo–, no así su sector
Poble Lliure –en Europa sería una percepción nítida de roji-pardismo, la
cosa social, aplazada, unida a la cosa nacional a tutiplén y en modo mixed emotions–. ERC estuvo de perfil. Fue al acto y no fue. Vamos, que fueron líderes de medio pelo, mientras los all-stars –Junqueras,
Rovira– fueron en efigie, a través de la emisión de vídeos con
declaraciones al uso. Ese hecho demuestra, glups, la debilidad
comunicativa de ERC. Se prestó a dar voz e imagen a un acto contra su
voz y su imagen.
Es decir, contra la Mesa. ERC y CUP, vamos, carecen de
posibilidades propagandísticas contra –o diferentes a– JxC. Hay que
evaluar si tienen personalidad, criterio y voluntad para enfrentarse a
ese discurso propagandístico. Desde 2012 no la han tenido. Lo que es un
indicio del futuro.
12- El otro símbolo del acto fue el lacito amarillo.
Es decir, que ERC dio pasos para que ese símbolo gubernamental se lo
quede JxC. De hecho, en breve –bueno, en demasiado tiempo, pero en breve
en términos absolutos–, ERC, los presos condenados pueden estar fuera
de la cárcel, por lo que no necesitarán ese símbolo, sino XXXXXXXX en
sus muelas. ERC, vamos, ha ayudado con todas sus energías a crear un eje
propagandístico de la derecha cat, más fuerte que ellos mismos, y
pagado más caro por ellos mismos. Plas-plas-plas.
13- JxC, en esta nueva partida, va a quedarse con
todo. Esa es su ambición, al menos. Y ya tiene mucho. Veamos cómo lo
gestiona. Veamos cómo vertebró la nueva propaganda, el nuevo segmento
por el que apuesta, a través de los discursos de Comín, Ponsatí y
Puigdemont. Agárrense. (...)
17- Se cambiaron las fechas míticas del pasado
reciente. Eso es un cambio propagandístico importante. Esto es,
desapareció, creo que definitivamente, el 27-O, ese engaño del Govern a
su sociedad a gran escala. Fue substituido por el 1-O, un engaño del
Govern a menor escala. El engaño consistió en no haber tenido la
valentía, constancia, inteligencia y honestidad para haber planificado
un referéndum. Pecado menor que quedó mitigado por la violencia policial
del Gobierno.
Es decir, que el gran elemento propagandístico que viene
es una aportación del Gobierno Rajoy, que ante el procés, pudiendo no
hacer nada, hizo nacionalismo, violencia y absurdo. En su defensa se ha
de decir que el de Rajoy fue el único Gobierno, de los dos disponibles
en la plaza, y esto tiene guasa, que planificó algo. Aunque fuera con el
XXXX. Sin la actitud del Gobierno Rajoy no existirían mitos sobre el
1-O.
Que hubiera sido lo único que podía ser: otra mani. Rajoy ha
facilitado los principales elementos de la propaganda procesista, en
fin. Aquellos con los que la clase política cat ha ocultado su fracaso y
currojimenismo absolutos. Se dice rápido. Y PP, Vox y C’s
siguen dale que te pego. Para satisfacer sus propios mitos y desviar sus
deshonestidades estructurales. Plas-plas-plas. (...)
19- Otra falsedad es defender el referéndum como un
clamor del 80% de la sociedad cat. Sí, lo fue. La pérdida de esa mayoría
social es un gran fracaso del procesismo. Y un indicio de su falta de
empatía. Ese 80% existió antes de que en 2017 el Govern rescindiera de
la condición cat a más de la mitad de la sociedad.
Antes de la
devaluación democrática posterior del procés. Vete a saber cuál es la
opinión ahora. No creo que exista un 80% a favor de nada, en Cat. Por mi
parte, y en tanto que partidario de un referéndum, desconfío de que lo
organice un Govern con contrastado autoritarismo y restricción
democrática. Y que ha enviado a paseo la neutralidad de los medios
públicos. (...)
26- Una juerga. En tanto que fenómeno de clase media,
toda esta sobreactuación revolucionaria, toda esa cultura reaccionaria
escondida tras la propaganda épica, sólo puede irse al garete por un
factor. No, no es el fracaso, o la percepción de la mentira. Que eso ya
pasó. Es el terror más absoluto de la clase media. El terror al
ridículo.
Esa percepción del ridículo no vendrá por la política o el
periodismo, dos objetos ante los que un sistema propagandístico es
impermeable. Vete a saber, por tanto, por donde vendrá. Y si viene. Si
la Mesa es operativa y aporta algo de calor a un Estado congelado, igual
es la Mesa. O no. " (Guillem Martínez, CTXT, 04/03/20)
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