18/12/19

Puigdemont dijo «Yo no quiero ir 30 años a prisión, no quiero marchar de España, no quiero declarar una república que no tenga ningún contenido, no estamos preparados». Al día siguiente, cuando les comunica que no convoca elecciones y declarará la independencia, le dijeron que los diputados ya habían ido a su casa...

"Presentó en Girona su libro «Cataluña año cero», donde reconstruye la decisiva reunión del Gobierno catalán, horas antes de la quiebra de la declaración de independencia. En esta entrevista habla de aquellos momentos, pero también del proceso, del juicio y de la sentencia del proceso

(...) ¿Qué pretende, este libro?

Reconstruir todos los diálogos que tuvieron lugar la noche del 25 al 26 de octubre de 2017. Los independentistas deberían reflexionar sobre lo que pasó esas horas, porque hay la primera visión crítica de todo ello, y la hizo el mismo Puigdemont, cuando dice «Yo no quiero ir 30 años a prisión, no quiero marchar de España, no quiero declarar una república que no tenga ningún contenido, no estamos preparados». Estaba haciendo una llamada a no fabular. Lo que dijo en aquella reunión no cayó bien, especialmente a ERC.

Quién lo diría.

Los seguidores de Puigdemont deberían reflexionar sobre las razones por las que Puigdemont prefería convocar elecciones en lugar de declarar la independencia. La razón no era sólo evitar el 155, sino que él creía que para declararla tenía que haber al menos 4 millones de personas a favor.

Y se echó igual adelante.

Aún ahora mucha gente afirma que se hizo lo que se tenía que hacer. No se pronuncian sobre el balance de lo que se hizo.

¿ Y el balance cuál ha sido, en su opinión?

Catastrófico. Movilizaron 2 millones de personas y por ejemplo, a la hora de la verdad, quien custodiaba el pen drive de la declaración, con 41 decretos dentro, se fue a casa. Es todo un reflejo del desistimiento que había. Pero bueno, es que Puigdemont ya lo había dicho: "No estamos preparados».

¿Un auténtico estadista no debería ser capaz de dirigirse al pueblo y decir claramente que lo que piden no puede ser?

Claro, por supuesto. Esta es la otra cara de Puigdemont, la incapacidad de plantarse delante de ERC y sus 155 monedas de plata y dijo: «Yo no pienso empeorar la situación». Esto es lo que había dicho en la reunión, que declarando la independencia, todo sería peor.

 ¿Por qué no lo hizo?

No se atrevió. No quería ser tratado como un traidor a la causa. La gente en la calle ya le llamaba traidor. Lo que me parece apasionante es como su partido hermano, ERC, le da la espalda totalmente. Algunos consejeros le dijeron que si convocaba elecciones, salían del gobierno. ¡A menos cuarto de las dos de la madrugada!

¿Y cómo acabó?

Al día siguiente, cuando les comunica que no convoca elecciones y declarará la independencia, le dijeron que los diputados ya habían ido a su casa, y que como es que había cambiado de opinión. Me recuerda las peleas de familia para repartirse la pasta cuando hay un difunto.

 Hace pocos días Lobo Antunes decía en una entrevista que Puigdemont es un cobarde. ¿Lo cree así, usted?

Es un tema político, no creo que sea cuestión de valentía personal. En Puigdemont fue claro, dijo que no quería pasar 30 años en prisión. Supongo que, como cualquier persona normal, tuvo miedo. Pero no me atrevo a decir que es cobarde, puede ser perfectamente una táctica política.

¿Comparte la opinión de Manuela Carmena y otra gente, que el proceso fue creado desde la administración catalana?

No, en absoluto. El origen son las movilizaciones de carácter social que hubo anteriormente, y el asedio al Parlamento de junio de 2011. Piense que Gobierno y Parlamento -el Parlamento! - recurrieron la absolución de los 19 acusados ​​de aquellos hechos. Lo que hizo después Artur Mas fue poner en la agenda el soberanismo, para salvarse. Como dijo en Santi Vila, si no sustituyendo la agenda de recortes sociales por una de soberanista, acababan con ellos. Van canalizar ese movimiento hacia el independentismo.

 No es que de golpe los convergentes se volvieran independentistas, vaya.

Está claro que no. La necesidad tiene cara de hereje. Aquel partido nacionalista burgués, capitalista, se vio al frente de un movimiento que parecía la revolución francesa.

Volvamos a la declaración de independencia. Parece claro que no tenían nada preparado.

Era una aventura, son un grupo de aventureros! Habían hecho como si. Es la política del como si. Es como un teatro japonés, donde los personajes van cambiando de máscaras.

Pero la gente los sigue votando.

Tienen la tolerancia de la población, es cierto. Esto merece un estudio de psicoanálisis contemporáneo.

 Pues nadie como un argentino. Explique, explique.

Vivimos unos tiempos en que todos los ideales se han pulverizado. El independentismo es un factor identitario al que agarrarse. Mire, yo soy de familia judía y fui a la escuela judía, pero nunca fui sionista, que viene a ser una especie de independentismo. Por eso, cuando veo CiU, y también algunos de ERC, fascinados con el sionismo -en Pujol admiraba Israel, el mismo Puigdemont con algunos tuits-, con todo lo del pueblo elegido, etc., veo paralelismos. El catalanismo se identifica con Israel. ¿Pero qué es Israel? Es que ustedes tienen aquí una serie de mitos que son increíbles. ¿Qué haría una Cataluña independiente? ¿De qué viviría? ¿Sería un paraíso fiscal?

No dé ideas.

Hace un año, durante la huelga de médicos, alguien del Gobierno dijo que los problemas de la sanidad se solucionarían si Catalunya fuera independiente. Esto no se puede hacer, no se puede decir a la gente que ya se solucionarán los problemas sociales cuando seamos independientes.

¿Qué piensa del juicio?

La instrucción del juicio fue un desastre, se han desprestigiado notablemente en Europa. Y no sólo la instrucción. La misma euroorden que enviaron a Bélgica, era un desastre, Bélgica no la rechazó, sólo dijo: reformularla. O Alemania, que dijo en España que entregaba a Puigdemont por malversación, y España no quiso. ¿Como no? Si es un delito, tú lo tienes que perseguir.

¿La sentencia le sorprendió?

Dos semanas después de comenzar el juicio, el Tribunal Supremo ya sabía que no les podía condenar por rebelión. Todos los miembros del tribunal estaban de acuerdo en esto. El juicio oral no puede reparar los defectos de la instrucción. Los abogados dicen que fue un juicio justo. Lo llaman juicio justo porque Marchena, que es muy hábil, hizo un juicio a su medida, para ser televisado en todo el mundo. Más que un juicio fue una serie de Netflix, donde tienen mucho éxito los temas judiciales."               (Entrevista a Ernesto Ekaizaer, Albert Soler, Diari de Girona, 08/12/19)

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