"El candidato de Esquerra a la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall, se
indignó hace días en un debate sobre las elecciones municipales del
26-M cuando otro candidato, Manuel Valls, calificó de “supremacismo” la
actuación de la ex presidenta del Parlament, Núria de Gispert, que
comparó con cerdos a varios dirigentes políticos de la oposición.
Cuando
se hablaba de la extrema derecha, Valls dijo que “la extrema derecha es
la señora De Gispert, que acaba de recibir la Cruz de Sant Jordi (la
concesión se ha anulado posteriormente) después de utilizar palabras
suremacistas [contra Inés Arrimadas]”.
Maragall, muy enfadado, contestó que “el independentismo catalán no es supremacista en absoluto”, olvidando anteriores tuits supremacistas de la propia De Gispert. El candidato de Esquerra también olvidaba que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha escrito que los castellanohablantes son “carroñeros, víboras, hienas. Bestias con forma humana, sin embargo, que destilan odio”, y que tienen un “pequeño bache en su cadena de ADN”.
También olvida el apoyo al independentismo catalán de organizaciones europeas de extrema derecha, como la Liga italiana, dirigida por Matteo Salvini, que algunas veces ha alzado una estelada, o como los ultras de la región belga de Flandes, que protegen al ex presidente Puigdemont y al grupo de Waterloo.
Maragall, muy enfadado, contestó que “el independentismo catalán no es supremacista en absoluto”, olvidando anteriores tuits supremacistas de la propia De Gispert. El candidato de Esquerra también olvidaba que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha escrito que los castellanohablantes son “carroñeros, víboras, hienas. Bestias con forma humana, sin embargo, que destilan odio”, y que tienen un “pequeño bache en su cadena de ADN”.
También olvida el apoyo al independentismo catalán de organizaciones europeas de extrema derecha, como la Liga italiana, dirigida por Matteo Salvini, que algunas veces ha alzado una estelada, o como los ultras de la región belga de Flandes, que protegen al ex presidente Puigdemont y al grupo de Waterloo.
Tampoco tiene en cuenta que las simpatías que el
independentismo catalán tiene en EEUU proceden de sectores ultras
cercanos al Tea Party. Todo esto, ¿no es supremacismo?" (e-notícies, 08/05/19)
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