17/5/19

¿La decadencia de Barcelona es debido al proceso o el proceso acelerará la decadencia de Barcelona? El proceso acelera la decadencia de Barcelona porque el independentismo no se fía de Barcelona, siempre la ha visto como el lugar donde habitaba el enemigo...

"José María Martí Font no se acuerda, pero cuando yo era un becario de La Vanguardia en Estasburgo -estamos hablando de finales de los 80- él se dejaba caer de vez en cuando por temas del Parlamento Europeo o del Consejo de Europa. Era corresponsal de El País en Bonn y Alemania aún estaba dividida. Ahora acaba de sacar un libro “Barcelona-Madrid: decadencia y auge” en el que se atreve a analizar el declive de la capital catalana.
 
- El suyo es el primer libro que leo en los últimos años que dice que Barcelona está en decadencia. 

(...) en el 87 es la concesión de los Juegos Olímpicos en Barcelona. Entonces es cuando comienza la gran transformación y Barcelona se convierte en la ciudad de fama mundial que ahora tiene. Pero las semillas de esta decadencia, teorizo en este libro, se plantan muy poco después, cuando Jordi Pujol desmonta la Corporación Metropolitana de Barcelona, que es la gran máquina que hubiera permitido a la ciudad convertirse en una metrópoli.

 Ahora, Barcelona es a la gran Barcelona lo que el Eixample es a Barcelona. Ahora no hay una gran máquina que permita gestionar una aglomeración urbana de cinco millones de ciudadanos.

- Yo le dije a Jordi Pujol, durante una visita oficial que hizo a Estrasburgo: “presidente, esto de eliminar la Corporación Metropolitana de Barcelona creo, modestamente, que es un error”. Y, evidentemente, no se lo tomó bien.

No, porque no es una decisión tomada por su enemistad o rivalidad con Pasqual Maragall, que lo tenía delante.

- Pasqual Maragall se ve que también quería crear una bandera y un himno para el Área Metropolitana. Yo no lo sabía, pero lo leí hace años precisamente en un editorial de La Vanguardia.

Es muy posible. Esto tiene unas razones mucho más políticas que personales, porque confronta la gran Barcelona, como gran ciudad del Mediterráneo, y el proyecto pujolista de la Catalunya ciudad, en el cual se supone que toda Catalunya es una ciudad y Barcelona es un problema de macrocefalia. 

Pujol crea los consejos comarcales para acabar con esta gran Barcelona que siempre, desde el siglo VIII, se ha contrapuesto a la Catalunya Vieja, a la Catalunya carolingia frente a la Catalunya de hombres libres. Cuando algún alocado dice que los catalanes somos hombres libres, y los castellanos son feudales me fascina. Es exactamente lo contrario, excepto en Barcelona. Somos un modelo carolingio feudal, mientras que Castilla no lo es.

- Es evidente que cuando Pau Vila crea los consejos comarcales en el año 36 es una Catalunya muy diferente respecto a la Catalunya de ahora. Yo no he sabido encontrar nunca, por ejemplo, la frontera entre el Barcelonés -que ahora finalmente han suprimido- y el Baix Llobregat.

Tiene un efecto demoledor. Los consejos comarcales son inoperantes en el área metropolitana. Al desaparecer la Corpo -como se la conocía- el poder se lo reparten los ayuntamientos de las ciudades de la periferia. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Hospitalet de Llobregat empezó a actuar por su cuenta y ya no quiere dejar ese poder. 

 Ahora que ya vuelve a existir el Área Metropolitana de Barcelona no hay manera de que recupere la funcionalidad, más allá de temas como el agua o desechos. Haciendo eso Jordi Pujol creó una dinámica que ahora impide que Barcelona pueda coordinadar su área metropolitana con autoridad. Ada Colau, cuando tomó posesión, dijo que debía crearse una gran Barcelona con un alcalde elegido por sufragio ciudadano, pero luego nada más se supo.

-Usted tiene una teoría que hubiéramos estado mejor siendo ‘cola de león que cabeza de ratón’ es decir, que nos hubiera ido mejor a los catalanes participar en el Estado que no planteando la independencia.

A mí esto de los catalanes no me interesa.

-Pero usted es de Mataró.

Que es la gran Barcelona, aunque cuando nací todavía no lo era, y es la Catalunya nueva.

-Usted en el fondo es un urbanita, un maragallista.

A Maragall también se le fue un poco la olla, como si quisiera hacerse perdonar algo.

-Creo que intentó ocupar el espacio catalanista y desplazar a Convergencia de aquel eje catalanista de toda la vida.

Sí, pero en el intento hizo un pacto con ERC y subió al barco a sonados notables como Carod-Rovira y otros… y les regaló la Corpo, TV3… Ahora vemos una Esquerra que en términos relativos nos tranquiliza porque provaca una cierta distensión. Pensamos: es gente que al menos se atiene al principio de realidad. 

Pero si miramos el liderazgo de ERC tradicional de toda la vida, ya sabemos… Un partido que se llama Esquerra Republicana y que de izquierda tiene muy poco, vagamente socialdemócrata como mucho.

- ¿El declive de Barcelona tiene solución?

Yo lo veo muy difícil ahora mismo. Si hablamos de un declive, hablamos de un declive relativo. Lo que me interesaba analizar en el libro era como Madrid y Barcelona han pasado más de un siglo con una lucha o una especie de pugna por hegemonías muy interesantes, y eso se mantenía. Y todo cambió de repente. Madrid nunca había tenido un peso financiero de capital importante como ahora. 

Esto es algo que ha cambiado con la presencia del IBEX 35, con las privatizaciones que conllevan una gran acumulación de capital. Esto es decisivo para este gran Madrid, y aquí encima nos permitimos el lujo de que se vayan la Caixa y el Banco Sabadell: que se vayan decían… Ya no nos queda nada. Pienso que en Barcelona nadie tiene un proyecto, nadie tiene una idea de qué quiere hacer en Barcelona.

- ¿Ninguno de los alcaldables tiene un proyecto?

Ninguno. Los alcaldables todos se hacen llamar maragallistas. Incluso su hermano se llama maragallista, como si él supiera cómo funciona un ayuntamiento cuando hace veinte años que no pisa un ayuntamiento, hace ver que él sabe mucho de urbanismo.

- ¿El proceso tiene arreglo?

Esto lo vamos a sufrir durante generaciones porque la sociedad se ha dividido, porque existen dos millones de procesistas que no se pueden obviar al igual que ellos intentan obviar que hay más de un 50% de catalanes que no son independentistas. La gente que no es independentista no puede hacer ver que estas persones están todas locas, porque no es verdad y eso es muy difícil. Esta sociedad que vivimos con las redes sociales con todo el ruido que nos rodea es imposible.

- ¿La decadencia de Barcelona es debido al proceso o el proceso acelerará la decadencia de Barcelona?

El proceso acelera la decadencia de Barcelona porque el independentismo no se fía de Barcelona, siempre la ha visto como el lugar donde habitaba el enemigo. Por eso la quieren conquistar para después colgar su cabeza en una pared como si fuera un león o un elefante. No he visto ninguno de los candidatos, ni uno que tenga un proyecto para Barcelona. 

Es que no hay ni siquiera proyectos, primero porque Barcelona ya está hecha y eso es el gran problema del área metropolitana; en el municipio de Barcelona quedan cuatro cosas por hacer: la plaça de las Glòries, la Marina que es algo menor… la ciudad crece de otra manera. Aquí el último gran proyecto que se hizo fue la llegada del mar al Foro, que bajo mi punto de vista no es un proyecto muy ejemplar comparado sobre todo con el gran proyecto de la Barcelona olímpica.

 Los grandes proyectos de Barcelona están en Sant Adrià del Besós, en el Vallès, el Prat de Llobregat, porque esto es Barcelona, porque la gente que vive en Cornellà cuando viene aquí dice que es de Cornellà, pero cuando viaja al extranjero dice que es de Barcelona. (...)"                           

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