24/4/19

John Carlin: Lo del 1 de octubre de 2017 no fue un referéndum. Fue una gran manifestación política, con mucho teatro. No sé por qué la gente insiste en utilizar esa palabra...

"(...) ¿Ve paralelismos entre el Brexit y el referéndum del 1-O y el procés independentista de Cataluña?

Por supuesto que hay paralelismos. Pero me irrita profundamente que (en el caso catalán) se hable de referéndum. Lo del 1 de octubre de 2017 no fue un referéndum. Fue una gran manifestación política, con mucho teatro. No sé por qué la gente insiste en utilizar esa palabra.

Es que los mismos líderes independentistas siempre han dicho que lo fue. Algunos, incluso, insisten en que su resultado fue y sigue siendo válido…

Aquí está buena parte del problema, que lo dicen ellos mismos, y también lo dijo Mariano Rajoy en su momento: lo dicen todos. Pero si desde un comienzo eso se hubiera visto como una manifestación, con teatro callejero, quizá la respuesta hubiera sido más moderada. 

Si los escoceses hubieran hecho algo parecido, sin ningún tipo de acuerdo o apoyo en Londres, el Parlamento y el Gobierno británico se hubieran cagado de la risa de ellos, dejándoles en ridículo. No mandarían a la caballería.

En la consulta independentista del 9 de noviembre de 2014 no hubo grandes problemas. Pero esta vez, el referéndum vino precedido por la aprobación de las llamadas leyes de desconexión en el Parlament el 6 y 7 de septiembre de 2017. El contexto era diferente…

Sí, fue diferente, pero no fue un referéndum. Un referéndum de verdad es lo que hicieron en Escocia o en Quebec, donde todas las partes estaban de acuerdo y el resultado es real, no una ficción. Volviendo a los parecidos con el Brexit, algo que me llama la atención de los independentistas catalanes y los brexiteros es que, como en casi todos los partidos políticos, hay una mezcla de oportunistas, ambiciosos, cínicos y de soñadores. 

Entre los brexiteros hubo un elemento quijotesco, la fantasía de que el sueño se iba a hacer realidad. También ha pasado esto con los independentistas. En cierto modo, los independentistas catalanes se inspiraron en La Mancha, en Don Quijote. Fue quijotesco.

¿Qué piensa de la independencia?

Yo estoy contra la independencia de Cataluña por muchos motivos. Imagínate que hubiera un referéndum y ganara el independentismo: sería un Catexit, salir de la UE. Y volver a la UE no es fácil. Quien lo diga, miente: es mentira, un autoengaño. Yo eso no se lo deseo a Cataluña ni al Reino Unido. Buscar paralelismos es fácil, pero las cosas se cruzan. 

Yo pensaba que el nacionalismo español era un invento de los independentistas, pero es una realidad, como el nacionalismo inglés del Brexit. Si te pones a escarbar, no es tan sencillo. Lo que sí puedo decir con certeza es que en Inglaterra no mandarían a la caballería si pasara algo parecido, ni se hubiera metido a nadie en la cárcel. Y si lo hubieran hecho se montaría un pollo descomunal. Todo el país saldría a la calle para manifestarse. (...)

Visto lo que ha ocurrido, ¿cree que el referéndum es una solución para Cataluña?

Hoy en día lo veo imposible. En un mundo ideal, categóricamente: si se hubiera hecho un referéndum, si la respuesta de Rajoy a la gran manifestación de la Diada del 2012 hubiera sido como en Escocia, hoy no habría problema, porque hubiera ganado el ‘no’ por goleada. Toda esta estupidez, todos estos jueguitos de esta gente, de Puigdemont, jugando al independentismo, porque es lo que han hecho… Ellos juegan y los otros vienen, pero no están jugando, y los meten en la cárcel.

 Y todas estas locuras, este juicio farsa que se está llevando a cabo, cinco meses para resolver si hubo violencia o no en esa supuesta rebelión... es absurdo. Todas estas cosas y el daño que se hace a la economía de España, y toda esta crispación, y el surgimiento de Vox, y Ciudadanos… todos estos líos se hubieran evitado con un referéndum.  (...)"               (Entrevista a John Carlin, Ricard López, Crónica Global, 23/04/19)

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