"(...) Usted afirma que ha habido “una operación de confiscación de la palabra, de uniformización de la sociedad catalana”.
La política es conciliar intereses contradictorios. A mí me parece
que en los tres o cuatro últimos años ya no se ha hecho política en
Catalunya sino que se ha inventado eso de la independencia para
justamente no tratar los problemas reales de la sociedad catalana, que
son muy numerosos. No hay que olvidar la intensidad de la crisis del
2008 en España y en Catalunya. El independentismo tuvo que ver con la
coyuntura económica.
Si hubiera habido mucho más dinero y prosperidad,
la cosa no hubiera tomado el rumbo que ha tomado. Es verdad que en la
sociedad catalana se silenció a los que estaban disconformes con el
proyecto independentista. Ha habido un despertar después del 2017. Lo
dijo muy bien el hoy ministro de Exteriores, Josep Borrell. Antes había
un silencio.
Alude al peligro de “deriva racista”. ¿Cree que hay un sentimiento de superioridad? ¿Es algo común a todos los nacionalismos?
Es algo común a todos los nacionalismos. Es verdad que el
nacionalismo tiende a ser racista con el vecino más próximo. Se ve por
ejemplo con el nacionalismo español hacia los portugueses. Se ve en el
nacionalismo francés hacia los españoles. Siempre ha habido un desprecio
francés hacia lo español. Y se nota en algunos discursos un desprecio
de algunos catalanes hacia los españoles.
He citado en el libro el
famoso texto de Jordi Pujol (un artículo de 1958) contra los andaluces.
Yo creo que se ha visto en las elecciones andaluzas del 2018, en las que
una parte del electorado ha contestado a estos discursos tan
lamentables por parte de algunos.
Hace justo un año escribí un artículo
contra el presidente Quim Torra porque, efectivamente, tiene detrás un
historial bastante penoso en sus escritos. Pensar que es presidente de
la Generalitat, de todos los catalanes, me parece peligroso.
Y lo que me
chocó mucho, tras los atentados de Barcelona y Cambrils, fue que la
consejera de Interior da el balance y dice: cuatro catalanes y cuatro
españoles. Y dentro de los españoles, ese señor de 60 años que muere en
las Ramblas de Barcelona y que había llegado con 13 años, pero había
nacido en Málaga. A mí me parece un error tremendo. (...)"
(Entrevista al historiador e hispanista francés Benoît Pellistrandi que acaba de
publicar ‘Le labyrinthe catalan’, un análisis exhaustivo del origen del
actual conflicto. Eusebio Val, La Vanguardia, 06/04/19)
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