10/4/19

Director de e-notícies: Puigdemont quería muertos para declarar la independencia... Una víctima mortal -o unas cuantas- hubiera legitimado la DUI de cara a la comunidad internacional. La excusa perfecta. El casus belli. La línea roja. La imagen de España en el exterior ya quedó suficientemente maltrecha con la actuación policial. ¡Sólo faltaban los muertos! Vender al mundo que es un estado opresor y violento...

 Una de las imágenes que circuló por internet durante el proceso

"Cada vez está más claro de que querían muertos.
Sólo hay que ver las declaraciones de los mandos de los Mossos en el Supremo.
El número dos del cuerpo, Ferran López, explicó que si se producía un escenario de violencia Puigdemont “declaraba la independencia”.

- ¿Así lo dijo?, le inquirió el fiscal Zaragoza.
- Así lo recuerdo perfectamente, es difícil de olvidar; corroboró el comisario.

Mientras que Joan Carles Molinero, entonces de facto el número tres de la Policía de la Generalitat, recordó que si se producía "alguna desgracia" el expresidente manifestó que "posiblemente procederé a declarar la independencia".

Todo encaja

Ya lo dijo el historiador Josep Fontana (1931-2018) unos años antes de morir.
En una entrevista en el diario Público en el 2013 afirmó que “una independencia no se logra más que con una guerra de independencia”.
Lamentable y probablemente quizás tenía razón.

En realidad, siempre tuvieron la tentación de la violencia.
El otro día, Joan Tardà, entrevistado en Rac1 todavía decía: "El proceso no tiene retorno, aunque sufriremos fuerza".
¡Es lo que desean!
La idea de que la independencia bien vale una guerra corta.

Como la de Eslovenia.

Ya lo dijo Torra en su viaje a este país: "Los eslovenos decidieron seguir adelante con todas las consecuencias. Hagamos como ellos y estemos dispuestos a todo para vivir libres."
Antes había dicho que "los catalanes hemos perdido el miedo. No nos dan miedo. No hay marcha atrás en el camino a la libertad".

No está mal para alguien que ha acabado retirando las pancartas de "presos políticos" por orden de la Junta Electoral.

Aunque tarde y mal porque el TSJC ya ha admitido una querella que le puede costar el cargo.

Una víctima mortal -o unas cuantas- hubiera legitimado la DUI de cara a la comunidad internacional.
La excusa perfecta. El casus belli. La línea roja.
La imagen de España en el exterior ya quedó suficientemente maltrecha con la actuación policial.
¡Sólo faltaban los muertos!

Vender al mundo que es un estado opresor y violento.
De hecho, los tanques entrando por la Diagonal ya fue un deseo onírico, casi un sueño erótico del independentismo.
¡Hasta circularon memes por internet!

Y cuando Marta Rovira dijo aquello de que "el Gobierno nos amenazó con muertos en las calles” en el fondo le traicionó el subconsicente.
Eran ellos lo que los querían.
Además, ¿se han dado cuenta de que Puigdemont ni tan siquiera ha desmentido a los mandos de los Mossos?
Continúa encerrado en su mundo, en Waterloo, haciendo retuits de camisetas amarillas, de Gonzalo Boye y de Guardiola.

Da miedo hasta preguntarlo: ¿En manos de quiénes hemos estado?
De unos inconscientes, de unos irresponsables, de unos pardillos o de las tres cosas a la vez. No sé qué es peor.

Porque las guerras se saben cómo acaban -por agotamiento o con la derrota del contrario- pero no cómo empiezan.
Los muertos están muy bien cuando no son tus muertos."                      (Xavier Rius, director de e-notícies, 06/04/19)

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