"(...) ¿Hay un desfase entre la realidad y el sueño?
La búsqueda de la independencia se ha hecho en un mundo ficticio, un
mundo irreal. En el ámbito geopolítico, había esa idea de que no íbamos
a tener defensa porque la OTAN nos daría seguridad.
¡Eso lo decían en
el 2016, cuando Trump ya había sido elegido presidente de Estados
Unidos! Es un desconocimiento de la realidad. Después está lo que yo
llamo el punto ciego, las consecuencias prácticas de la independencia,
por ejemplo qué hacer para repartirse la caja de la Seguridad Social.
También ha habido una idealización fantástica de Catalunya, que tiene
nada que ver con la Catalunya real, de 7 millones de habitantes, con sus
problemas económicos, sociales, culturales. No es una Catalunya
sobrevalorada sino otra Catalunya, totalmente inventada.
¿Hasta qué punto la deformación de la historia es responsable de lo que está ocurriendo?
Sí, es muy grave porque hay una deformación absoluta, total, hasta un
punto caricaturesca, con el Intitut Nova Història, pagado por la
Generalitat. Son fantasías inventadas que tienen una apariencia de
metodología histórica. Y se ve en la universidad catalana, donde hay
enfrentamientos entre historiadores. Muchos profesores dicen que son
militantes.
Como profesor de Historia que soy, me parece terrible. Un
profesor no debe ser militante. Lo puede ser en sus horas libres, pero
no en clase. Lo que debe hacer es explicar la complejidad de las cosas,
la realidad histórica, y no inventarla. Por ejemplo, hay una
contradicción absoluta sobre 1714, una fecha que se presenta como la
conquista de Barcelona por parte de España. Pero se olvida de decir que
la Guerra de Sucesión ha sido una guerra civil dentro de Catalunya..
Si
se dice que 1714 fue una fecha dramática, ¿cómo se explica que el siglo
XVIII haya sido tan favorable a los intereses materiales de Catalunya?
Hay un sueño histórico por parte del independentismo.
Hay que despertar
de ese sueño. Por eso digo que Catalunya tiene que volver a ser lo que
es, porque es suficiente. Tiene una densidad propia. Entiendo
perfectamente que los catalanes estén orgullosos de lo que es Catalunya,
pero de la Catalunya real, no de la Catalunya imaginada. (...)"
(Entrevista al historiador e hispanista francés Benoît Pellistrandi que acaba de
publicar ‘Le labyrinthe catalan’, un análisis exhaustivo del origen del
actual conflicto. Eusebio Val, La Vanguardia, 06/04/19)
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