"Vale la pena recordar la escena con Mònica Terribas. Cuando Jordi Évole, en el Salvados dedicado al proceso, le
pusó su editorial del 27 de septiembre del 2017: "Bona tarda, ciudadanos
y ciudadanas de la República Catalana”.
Luego le preguntó:
- ¿Tú, con lo que ahora están diciendo en el juicio, sientes que te engañaron?
- ¿Pero yo he venido a decir si me engañaron o no?
Se hizo un silencio,
- ¿Por qué no?, insistió Évole.
Vaya, la enfant terrible del proceso se molestó por la pregunta.
A continuación todavía se justificó diciendo que los procesados “se están jugando la vida en ese tribunal”.
No, Mònica, eso no es verdad. No los van a fusilar en caso de sentencia condenatoria. Si esto fuera el Supremo y no una columna de opinión diría aquello de
“no hay más preguntas, señoría” porque esta última frase demuestra el
perfil ideológico y profesional de Mònica Terribas.
Y sí, Mònica, nos engañaron.
Ya ves, ahora resulta que todo fue simbólico. Peor todavía: no es que nos engañasen. Es que tú también nos has
engañado. Y además premeditada, consciente, voluntariamente. Has mentido
a la audiencia.
Todo el mundo sabía que, con el 47% de los votos, no se podía proclamar la independencia.
El 47,5% en las elecciones del 2017.
El 47,8% en las del 2015.
Pero es que podemos retroceder hasta las elecciones del 2012:
CiU-ERC-CUP obtuvieron entonces el 47,8%.
O las del 2010:
CiU-ERC-Solidaritat: 48,7%.
Aunque entonces CiU todavía no ha había iniciado el giro soberanista.
En realidad, podemos retroceder hasta el referéndum del Estatut.
¡Imagínate: el 2006!
Porque, sí, votaron a favor 1,9 millones de personas. Pero hubo una abstención de más del 51%.
A más de la mitad del censo electoral el nuevo Estatut le importaba un comino. En resumen: estos dos millones de independentistas se han mantenido estables en los últimos años. No disminuyen, pero tampoco crecen. No hay manera de ensanchar la
denominada base social. Y veremos el 28-A aunque en este caso son
generales.
De hecho, en la consulta del 9-N, a favor del sí-sí votaron 1,8 millones. Yo incluido. Y en el referéndum del 1-0 -sin censo y con porrazos- unos dos millones otra vez. Por eso digo que nos habéis engañado. Por supuesto no has sido la única.
Recuerdo un día Francesc-Marc Álvaro,
otro de los gurús del proceso aunque ahora va frenando, que afirmó que
hay que “explicar las cosas tal como son y no como nos gustarían que
fueran” (1).
¡A buenas horas mangas verdes!
Aunque quizá el que le echó más morro fue Toni Soler (2).
En un artículo en el Ara, titulado precisamente La mentira global,
decía: “La gran acusación que recae sobre el independentismo es que ha
mentido. Aceptamos que los dirigentes independentistas falsearon la
realidad y prometieron lo que era, por decirlo suave, improbable”.
Pero los exculpaba de esta manera: “En la política catalana de los
últimos 40 años, ¿alguien ha dicho la verdad?”. Luego retrocedía hasta
Pujol. Por eso, un día habría que ir haciendo la lista de los palmeros del proceso. No para hacer listas negras.
Las listas negras ya las habéis hecho vosotros. Lo contó el colega Miquel Giménez hace años.
A tus tertulias, por ejemplo, viene incluso un representante de La Directa, que oficiosamente es la revista de la CUP. En cambio e-notícies -con 400.000 lectores de media, según OJD- no ha venido nunca. Y llevamos 19 años en la red.
Que conste que no lo digo por el tertuliano en cuestión, Jesús
Rodríguez, que siempre me ha parecido un excelente reportero. De esos
con olfato. Si yo fuera director de La Vanguardia lo ficharía como periodista de
investigación. Siempre, claro, que dejara las ideas políticas en casa.
Habéis silenciado sistemáticamente a los disidentes, a los críticos, a los escépticos.
Habéis ayudado a construir un relato fake. El de un pueblo en marcha.
Uno de los días más brillantes de tu trayectoria profesional ¿sabes cuál es, Mònica?.
Aparte del que te refrescó Jordi Évole y aquel otro en el que te ibas
chivando de los coches de la Guardia Civil con alerta cuatro de
terrorismo, quiero decir.
El día de la investidura de Puigdemont: el 10 de Enero del 2016.
¿Te acuerdas? Estabas haciendo el programa en directo desde el Parlament.
Salió Rajoy para advertir que no se podía vulnerar la Constitución,
que habría una "respuesta" del Estado y que no dejarían pasar ni una.
Tú y el resto de tertulianos coincidisteis en que no ocurría nada, que no había dicho nada nuevo.
En fin, ya ves cómo ha acabado todo: con medio Govern sentado en el banquillo y el otro medio huido.
Por eso decía que hay que hacer la lista de los pelotas. Para que las generaciones futuras sepan quién ha estado echando leña al fuego durante el proceso.
Que, coño, leña. ¡Gasolina! ¡Y durante años!
Sois tan o más responsables que los políticos del batacazo
institucional que ha supuesto la famosa proclamación de la República
catalana y la consecuente aplicación del 155. Me temo que habrá tiempo para hacer balance político, económico,
social e incluso emocional de los daños sufridos pero te voy a hacer
sólo tres preguntas:
- ¿Estamos mejor o peor?
Peor, sin duda.
- ¿Estamos más cerca o más lejos de la independencia?
Más lejos, por supuesto. El Estado ahora siempre estará avizor.
Viendo las declaraciones de algunos testigos en el Supremo -incluidos
mandos de los Mossos- parece que estemos más cerca de perder el
autogobierno que nos queda que de la independencia. En fin, la tercera pregunta es de tipo personal: ¿Comprarías un coche
de segunda mano a Torra, a Puigdemont o a Mas? Yo, no. Pero,
francamente, a ti tampoco.
Por eso, a nivel mediático, aquí hay también unos responsables, ni que sea morales. Me refiero a los directivos de medios de comunicación -públicos y
algunos privados como Rac1-, jefes de informativos, presentadores de
programas y tertulianos.
Los directores de TV3: Vicent Sanchis. Y de Catalunya Ràdio: Saül Gordillo. Vaya comisarios.
Sus superiores jerárquicos, que les han dado cancha: Núria Llorach, Brauli Duart -ahora refugiado en Interior: ¡vaya refugio!.
Los jefes de informativos: David Bassa y Francesc Cano.
Los colaboradores necesarios. Con el presidente del CAC, Roger Loppacher, a la cabeza.
Los presentadores de programas o de informativos: Helena García
Melero, Xavier Graset, Lídia Heredia, Cristina Puig, Laura Rosel, Ricard
Ustrell.
Me dejo algunos como Kilian Sebrià o Roger Escapa porque no les sigo.
Pero, en los medios públicos, no hay nadie que no salga en antena o tenga programa propio que no sea de confianza.
No se salva nadie. Ni los presentadores de los Telenotícies. Yo he
pillado a Toni Cruanyes diciendo un par de mentiras. O a Ramon Pellicer
maquillando la realidad. Su memorable paseo con Artur Mas por Palau el
día de la consulta del 9-N es un ejemplo de lo que no hay que hacer en
periodismo: mezclar información y propaganda.
Sospecho que en TV3 o en Catalunya Ràdio no se salva nadie. Es que ni
los locutores de continuidad del 324. Pero si cuando la Junta Electoral
os da un toque todos cerráis filas al unísono. No he oído una sola voz
discordante. Al menos los de TVE protestan por las ingerencias. Aquí,
no. El comité profesional y el comité de empresa hacen méritos. ¡Hay que
sacar tajada del próximo convenio!
En Catalunya Ràdio, uno que presenta un informativo -le conozco
porque tenemos una pasión común por Dostoievski-, tiene cuatro lazos
amarillos en el perfil de twitter. Me parece muy bien. ¿Pero con qué
neutralidad informará luego de Ciudadanos, del PSC, del PPC o hasta de
los Comunes?
Y el otro día, en TV3, vi a una reportera que hacía una conexión con
un míting de ERC en Vilanova. También, la conozco. La última vez que la
vi por el Parlament llevaba un lazo amarillo en la solapa. Veo, además,
que ahora ha entrado en TV3.
Pero lo peor han sido, como te decía, los palmeros.
Ah, los palmeros.
La lista es larga y extensa.
A tenor del riesgo de dejarme alguno hay que clasificarlos en diversas categorías.
Las estrellas como Pilar Rahola o Sala i Martín. Ni que decir que bien pagadas.
Los mimados de Convergencia: el citado Francesc-Marc Álvaro,
Toni Aira, Jordi Barbeta, Marçal Sentís, Sanchis cuando ejercía, Vicenç
Villatoro.
Los oficialistas: Toni Soler, Antoni Bassas.
Los de la coñeta fácil: Empar Moliner, Jair Domínguez.
Los periodistas: Salvador Cot, Ferran Espada.
Los que han dado mil vueltas que un molino: Miquel Puig.
Los hiperventilados: Agustí Colomines, Enric Vila, Hèctor López Bofill. Algunos como Bernat Dedéu han visto la luz.
Los de Esquerra: Ferran Casas, Eduard Voltas.
Los conversos como Pepe Antich. O Xevi Xirgo, éste empezó en la JSC.
Los historiadores que hacen méritos: Joan B. Culla.
Los de Rac1: Jordi Basté, etc. El exdirector pasó directamente de dirigir la cadena a portavoz de JxCat.
Desde luego, en las tertulias o en el FAQS también hay progres.
Como Milagros Pérez Oliva, Gonzalo Bernardos, Neus Tomàs o Manel
Manchón. Éstos ya os van bien porque siempre acaban criticando al PP.
Y la cuota unionista, Jordi Cañas; o del propio PP aunque sea muy
floja, Alejandro López Fonta. Para que no se diga luego que no no sóis
plurales.
Creo incluso que a Ciudadanos, desde el pollo que montó Albert Rivera, los tratáis mejor. Velando por el futuro, ¿eh?
Por supuesto no es un lista completa ni exhaustiva. Está hecha ojo de buen cubero.
¿Pero tú crees que una mujer con los reflejos de Pilar Rahola no
sabía que nos daríamos un tortazo? ¿O un articulista de la perspicacia
de Francesc-Marc Álvaro? ¿O tú misma con tu trayectoria?
¡Claro que lo sabíais! ¡Lo sabíais todos!
¿Entonces por qué lo habéis hecho? ¿Por dinero? ¿Por ego? ¿Por proyección social?
Un día, ya lo he contado alguna vez, me encontré al entonces
presidente Mas en el lavabo del Parlament antes una sesión de control.
Cuando se hacían por la tarde.
Me lo quedé mirando y le pregunté a bocajarro:
- President, et puc fe una pregunta? ("¿Presidente, te puedo hacer una pregunta?")
En cuanto me dijo que sí disparé a quemarropa:
- Vols dir que anem bé? ("¿Seguro que vamos bien?")
El hombre se enrolló contándome que si la recentralización de España y otras quejas.
De hecho, al cabo de un tiempo publicó un artículo -no sé si en La Vanguardia o en el Ara- con los mismos argumentos.
A mí me pareció un artículo frío. Sin alma. Igual tiene razón Duran cuando dice que es una persona “un pelín distante, sin madera política”. La política hay que llevarla en la sangre.
Pero si esa pregunta se la hubiera hecho Rahola, Álvaro o tú misma en petit comitè -a ti hasta te ofreció la consejería de Cultura- quizá Mas hubiera frenado a tiempo y ahora no estaríamos como estamos.
Lo dicho, Mònica, sois igual o más responsables que los políticos que nos han llevado hasta el desastre.
Vosotros también nos habéis engañado. Premeditada, consciente,
voluntaria y -como dijo Gaziel del 6 de octubre-: “temerariamente”.
El país -Catalunya- se ha ido a la mierda.
(1) La Vanguardia: “Del póker al ajedrez”, 11 de junio del 2018
(2) Ara: “La mentida global”, 13 de octubre del 2018" (Xavier Rius, director de e-notícies, 02/04/19)
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