"El conflicto en Catalunya es inevitable. Sólo es cuestión de tiempo
saber si será de baja intensidad, habrá una ulsterización, una tabarnización
o incluso si llegamos a las manos. Espero que no: Catalunya no está en
los Balcanes. Pero cuando se calientan los ánimos nunca se sabe.
Ya no recordamos, tras la aplicación del 155, a Joan Tardà
reconociendo que no había una “mayoría de catalanes” suficiente. A Anna
Simó dicendo que “la vía unilateral es imposible”. A Sergi Sebrià
admitiendo que “no estaban preparados”. ¡E incluso a Puigdemont
afirmando que “otra solución distinta a la independencia es posible”!
¿Entonces por qué vuelven a empezar? Bueno, por una parte porque las
decisiones judiciales en Alemania, en Bélgica y previsiblemente en
Escocia les han dado ánimos. Sospecho que con todos los dirigentes del
proceso en la cárcel sería distinto. La cárcel ablanda a cualquiera.
Por otra, porque la aplicación del 155 -que no se había aplicado antes nunca- fue light.
TV3 y Catalunya Ràdio, recuperados del primer susto, mantuvieron
siempre encendida la flama. De hecho no hay ninguna diferencia en los
medios de comunicación de la Generalitat entre antes y después.
Pero, sobre todo, para no tener que admitir el fracaso del proceso.
De hecho, de las pocas que lo reconoció explícitamente fue la
exconsejera Clara Ponsatí: “estábamos jugando al póker e íbamos de
farol”. Las declaraciones pasaron relativamente desapercibidas en
Catalunya. El FAQS no le dedicó un programa, por ejemplo. El Tot és mou pasó de puntillas. Habría sido como admitir que el famoso proceso tenía los pies de barro.
Por eso ahora vuelven a empezar. Hay personas que legítimamente creen
que la independencia es lo mejor para Catalunya. Pero si persisten en
que imponerla a todo el resto, incluso a los que no la quieren, el
enfrentamiento será inevitable. Con suerte, como decía, puede ser sólo
de baja intensidad.
Eso sí: puede durar años. Quizá hasta generaciones.
Un conflicto enquistado es el peor conflicto.
El sector soberanista vuelve a hablar en nombre de toda Catalunya
-sólo hay que oir a Torra, Artadi o Eduard Pujol- y están convencidos de
que interpretan como nadie las necesidades presentes y futuras del
país. Todo pasa por la independencia aunque es evidente que el proceso
ha acabado siendo una reivindicación para que los presos salgan a la
calle.
El sector unionista, por otra parte, debe estar hasta los cojones. De
los lazos amarillos y de TV3. Lo estoy yo y eso que de joven milité,
como Puigdemont, en CDC y en la JNC. Para mí es inconcebible el pollo que han montado los míos sin tener una holgada mayoría social. En resumen: un suicidio colectivo.
Además, ahora los unionistas ni se callarán ni se quedarán de brazos
cruzados en caso de un segundo intento. Y tendrán tambén a favor toda la
fuerza del Estado, que no dejará pasar ni una. Pobre Catalunya." (Xavier Rius, dorectpr de e-notícies, 16/07/18)
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