20/11/17

Àngels Barceló: Lo podrían haber pensado antes... y nos hubiéramos ahorrado mucho sufrimiento y mucha energía

(El Roto, El País)

"La periodista de la Cadena Ser Àngels Barceló ha criticado —en su comentario en la Cadena Ser Lo podrían haber pensado antes— que todos los políticos independentistas que dicen ahora que "no había una mayoría suficientemente sólida en Cataluña para la independencia" no lo "pensaran antes". (...)

"Insiste el independentismo en que no había una mayoría suficientemente sólida en Catalunya para la independencia. El último en decirlo ha sido, hoy mismo, el expresident Artur Mas, que ha dicho también que no hay que imponer calendarios ni fechas límites.

Esto que dice ahora Artur Más, y otros destacados dirigentes independentistas, lo podrían haber dicho, bueno algunos lo insinuaron o dijeron, la misma noche electoral en la que se dieron cuenta de que sus votos no alcanzaban el 50 por ciento, y lo podrían haber pensado antes de ir marcando fechas en el calendario autoimpuestas, en una carrera suicida en la que además, no encontraban ningún obstáculo colocado por el gobierno de Mariano Rajoy.

Todo, absolutamente todo, lo podrían haber pensado antes y nos hubiéramos ahorrado mucho sufrimiento y mucha energía.

La de los que creyeron que la independencia era posible y pelearon y siguen peleando por ella de manera legítima, y la de los que intentaban poner en evidencia las contradicciones de los líderes independentistas y las consecuencias de su loca carrera hacia el abismo.

Nos hubiéramos ahorrado los enfrentamientos, las rupturas familiares y amicales. Nos hubiéramos ahorrado discusiones y silencios, miradas desconfiadas y conversaciones desagradables. Nos hubiéramos ahorrado tanto...

¿Y ahora? ¿Ahora como lo recomponemos? ¿Cómo volvemos al punto de partida, como volvemos a hablar, como volvemos a hablarnos? ¿Cómo volvemos a ser los mismos de antes? ¿Sentados en una mesa, hablando de todo lo que hemos aparcado durante este tiempo?

Y todo porque los que ahora hacen autocrítica no pensaron antes en el efecto de su locura sobre todo en nosotros, en los catalanes".            (HuufPost, 17/11/17)


"Estos dos últimos días varios miembros del gobierno destituido de la Generalitat han dicho en voz alta que no estaban preparados para la independencia.

Recalco lo de “en voz alta”, porque creo necesario resaltar lo absurdo que es todo este asunto. Durante dos años, el gobierno de la Generalitat dice haber estado preparándose para la secesión, dotándose de “estructuras de estado” mientras alardeaba de estar desobedeciendo resoluciones judiciales.

Tenían un plan, decían; todo estaba preparado. Todo era cuestión de seguir la hoja de ruta, cuyos componentes se irían desvelando a su debido tiempo (porque la democracia, supongo, es algo que se construye en secreto) hasta alcanzar el referéndum, declaración unilateral de independencia y “hola república”.

Todo esto resultó ser falso. La hoja de ruta era un documento que confiaba toda su estrategia a armar bulla, intentar que el gobierno del PP se pasara de frenada y se produjera una indeterminada combinación de intervención de la Unión Europea, victoria electoral de Podemos e invasión alienígena que unificara el pueblo catalán por la independencia.

Cuando la intervención estatal se produjo, el clamor del pueblo catalán resultó ser por las mismas líneas partidistas de siempre. Una semana después del referéndum soñado, las calles de Barcelona se llenaban de gente en contra de la secesión.

La intervención policial sólo trajo consigo las columnas de opinión de los cuatro anglosajones que ven franquismo en todas partes de siempre; nadie relevante en la Unión Europea hizo ni un atisbo de apoyar la secesión. El estado en España continuó funcionando exactamente como siempre; nadie dejó de pagar impuestos a hacienda, nadie levantó fronteras. Los trenes siguieron circulando a la hora.

Cuando, apenas un par de semanas después, los secesionistas dieron el paso y proclamaron la independencia (a medias, como todo), el silencio fue atronador. Cuando el gobierno intervino la Generalitat, los consellers dejaron de dar órdenes, los funcionarios de recibirlas. La cúpula de los mossos dejó el cargo sin la más mínima protesta. No sucedió nada, porque no había nada preparado, ni previsto, ni planificado. No había plan B.

Muchos han visto las declaraciones de los líderes independentistas, así como la entrevista de Puigdemont diciendo que se conformaría con otra cosa que fuera la secesión (es una retirada, por mucho que los iluminados de El Nacional y Vilaweb nos expliquen que en realidad dice que la independencia es imparable), como una evidencia clara que los líderes del nacionalismo catalán estaban engañando a sus bases.

Todo esto del procés era un ejercicio de pantomima elaborado para pasar el rato, no un programa político serio; a la hora de la verdad, nadie en la Generalitat tenía la más mínima intención de dar el paso.

La verdad, no creo que fuera un engaño. Por mucho que fuera obvio y evidente que una declaración unilateral de independencia con al menos la mitad de la población en contra no llegaría a ninguna parte,  y que estaba claro que el gobierno catalán no tenía nada parecido a una agencia tributaria, seguridad social, judicatura o control del territorio, mi sensación es que los dirigentes nacionalistas creían genuinamente que su causa era justa, el apoyo del pueblo abrumador y la secesión inevitable.

La república iba a llegar porque todo el mundo que conocían, toda la prensa que leían y todos los líderes sociales con los que se reunían decían que esto estaba ganado, España era un régimen neofranquista fallido, Cataluña una nación oprimida y el mundo iba a amarles.

Cuando resulta que la mitad del país que no les votó el 2015 seguía sin apoyarles, el estado español seguía siendo un estado democrático efectivo respetado internacionalmente y todos esos intelectuales subvencionados por la Generalitat en TV3 no eran representativos del país, simplemente no supieron qué hacer.

Los líderes del independentismo catalán no estaban engañando a nadie; se habían engañado a sí mismos. Se han autoconvencido que ellos responden al clamor popular, cuando la evidencia indica lo contrario.

Se han autoconvencido que protestas absurdas, como tener un referéndum de secesión cada tres años, es algo vagamente aceptable para un presidente del gobierno en cualquier país democrático. Se han autoconvencido que siempre están ganando, que son muy listos y que tienen un plan. Con estas firmes convicciones, han llevado el país al medio de ninguna parte.
...

 Nota al margen:  Algunas voces de ERC habla de la violencia sin límites del estado español autoritario, a pesar que Rajoy fue capaz de imponer el 155 sin que hiciera falta que un guardia civil se rompiera una uña. Estan recurriendo  a citar artículos del Interviu en Twitter sobre policías asaltando el parlament en helicóptero. la represión, la verdad, no tiene este aspecto; esto no es violencia.

Y no, llevar a juicio a políticos que llevaban dos años diciendo en público que estaban saltándose la ley y que aprobaban leyes derogando la constitución no tiene nada  de antidemocrático."    (, Politikon, 14/11/17)


"Los independentistas no se merecen esto (y los demás tampoco).

Los Artur Mas, Joan Tardà, Toni Comín, Marta Pascal, Clara Ponsatí,  Sergi Sabrià y compañía; los que hace 15 días llamaban traidor a Santi Vila por querer renunciar a la DUI y convocar nuevas elecciones; los que llamaban traidor a Puigdemont por plantearse siquiera tal posibilidad;  los que alimentaron el cuento de que la independencia estaba a la vuelta de la esquina; los que llamaban botiflers a los empresarios que se iban de Catalunya; los que nos llamaban españolistas a quienes decíamos que, en las presentes circunstancias, la independencia era un callejón sin salida; los que aseguraban que el 1-0 hubo un referéndum con garantías y un pronunciamiento claro y suficiente  en favor de la independencia; los que el 27-0 proclamaron la república catalana asegurando que había agua en la piscina; los que pasaron años diciendo que Europa estaría encantada de acoger como Estado miembro a una Catalunya independiente, moderna y dinámica; los que aseguraban que las empresas harían lo posible por instalarse en una Catalunya independiente; los que decían que Catalunya, liberada del lastre de comunidades atrasadas viviría un auge económico sin precedentes; los que reclamaron el “voto de tu vida” a la ciudadanía; los que llamaron a la gente a manifestarse una y otra vez para explicarles en enardecidos discursos que, en pocos días, serían independientes… dicen ahora que no, que no hay independencia posible a corto plazo.

Unos lo explican poniendo el énfasis en que no se había preparado bien el operativo hacia la independencia, otros en que no habían calculado bien la contundente  respuesta del Estado y otros en que no había una mayoría social suficientemente amplia en favor de la independencia. (...)

Pero  el asunto es aún peor:  los líderes del “procés” mienten de nuevo a sus partidarios porque ellos – que no tienen un pelo de tontos –  sabían perfectamente, desde el principio, que una sociedad dividida al 50% no era base material suficiente para el éxito del procés; sabían perfectamente que muchos estados europeos no estarían dispuestos a abrir la caja de Pandora de sus propios conflictos territoriales con tal de darle satisfacción al gobierno catalán; sabían perfectamente que, proclamada la DUI, la Generalitat no estaría en condiciones de poner bajo su mando al aparato judicial, a la policía y al ejército (elementos imprescindibles de cualquier proceso independentista) y, por supuesto, sabían perfectamente lo que decían los artículos 1, 2, 8 y 155 de la Constitución sobre la preservación de la unidad territorial de España y los mecanismos para garantizarla.
_ ¿Entonces, por qué no rectificaron antes? Pues porque, en el marco de una mayoría parlamentaria de tres partidos y con una temperatura emocional tan alta en el colectivo independentista, el primer político o partido que hubiera dado un paso hacia la rectificación hubiera sido literalmente devorado por los otros. 

En cambio, ahora es diferente. Ahora hay elecciones y resulta que es lo contrario:  que a una buena parte del electorado independentista, la idea de un “Volver a empezar” la película de “el procés” en los mismos términos que en  2015 y con el mismo resultado previsible ya no le parece una alternativa interesante. Por eso es por lo que, ahora se han permitido decir la verdad: porque ahora da votos y antes no.

_ Bueno, pero por qué no hablas de Rajoy? y de la corrupción del PP y de su desprecio por Catalunya y sus aspiraciones?

Este es un hecho indiscutible que algunos venimos denunciando desde hace seis años. La pena es que,en el marco de un “procés” tan mal llevado,  a lo que apuntan las encuestas es a una posible mayoría absoluta PP y Ciudadanos en el conjunto del Estado. Algo que los independentistas no se merecen… y los demás tampoco"                 (grosske, IU, la izquierda unida y más, 15/11/17)

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