"La escritora Almudena Grandes ha hecho un interesante repaso histórico —en la Cadena Ser— tras lo dicho por el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont quien ha afirmó en Bruselas que "entre Felipe V y Felipe VI, los catalanes han vivido casi siempre privados de libertad". (...)
Cuarenta años son muchos, pero trescientos son demasiados. Puigdemont
dijo en Bruselas que entre Felipe V y Felipe VI, los catalanes han
vivido casi siempre privados de libertad.
Pues bien, a lo largo del
siglo XIX, la Cataluña central, símbolo y fortín del independentismo
actual, fue uno de los grandes focos de tres rebeliones sucesivas que
desembocaron en otras tantas guerras civiles, y no a favor por cierto de
la libertad, sino en su contra.
Al grito de Dios, Tradición y Rey
absoluto, el corazón de Cataluña luchó por Carlos María Isidro y por sus
descendientes contra los gobiernos liberales de Madrid.
Los curas
trabucaires, sacerdotes armados con trabuco que limpiaban la retaguardia
de progresistas, fueron la versión catalana del "vivan las caenas", un
elemento fundacional del carlismo que desembocó con naturalidad en uno
de los dos ejércitos que se enfrentaron en 1936.
Y no fue precisamente
el republicano, sino el rebelde, que tras su victoria instauró una
sanguinaria dictadura fascista que duró casi cuarenta años." (HuffPost, 10/11/17)
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