24/11/17

La gran traición a la II República cuando en el verano de 1937 unos 30.000 soldados vascos se negaron a combatir fuera del País Vasco y se rindieron a los italianos en Santoña

"(...) el PNV hizo caso omiso del espíritu de conciliación reinante en España durante los años de la transición a la democracia. 

Y, así, mientras las antiguas asociaciones de ex combatientes franquistas pasaban prácticamente a mejor vida y las organizaciones de izquierda renunciaban a resucitar las suyas a fin de no reabrir las viejas heridas, los nacionalistas reorganizaron sus propias milicias y comenzaron a rememorar año tras año -y lo acaban de hacer el pasado sábado en el monte Bizkargi- las escasas hazañas bélicas que protagonizó su ejército de gudaris durante la Guerra Civil.

 Quizá quieran ocultar así su gran traición a la II República cuando en el verano de 1937 unos 30.000 soldados vascos se negaron a combatir fuera del País Vasco y se rindieron a los italianos en Santoña. Este insólito hecho facilitó el derrumbamiento del frente de Santander y Asturias y produjo un golpe mortal a la causa republicana.

Es cierto que, durante el franquismo, los dirigentes nacionalistas mantuvieron vivo el recuerdo de la contienda. Sin embargo, no pudieron evitar que un grupo de jóvenes militantes del partido (“esos chicos descarriados”, los solía llamar el histórico Manuel de Irujo) decidiera en los años 60 pasar a la acción violenta ante la pasividad de sus mayores. Así surgió ETA, que ha escrito una de las páginas más negras de nuestra historia contemporánea.

Tras la aprobación del Estatuto de 1979, transferidas las competencias educativas al Gobierno vasco, vendría el adoctrinamiento de las nuevas generaciones, a las que se enseña desde entonces que en julio de 1936 España invadió Euskadi y acabó con las libertades vascas e, incluso, que separó a Navarra de Euskal Herria.

 Una cantinela constantemente repetida, aunque las cosas no fueran así. Hubo más vascos y navarros en las tropas nacionales que en las republicanas. Muchos de los que militan hoy en las filas abertzales son hijos o nietos de requetés. Lo cierto es que la guerra en el País Vasco como en el resto de España fue una trágica contienda fratricida.  (...)"                (Juan Ignacio del Burgo, El Mundo, 22/04/17)

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