19/11/07

Jordi Pujol, un delator ¡Presumiendo de mártir!

"Las memorias de Jordi Pujol, cuya primera parte (1930-1980) se publica ahora, son las de un padre de la patria: de la patria catalana, cuyo gobierno presidió durante 23 años, (…)

En 1960, recién cumplidos los 30, fue detenido y juzgado en un Consejo de guerra acusado de haber participado en la organización de una protesta (consistente en entonar el Cant de la senyera, de Joan Maragall), en el acto de conmemoración del centenario del nacimiento del poeta, celebrado en el Palau de la Música y al que asistió algún ministro de Franco. (…)

En el libro relata Pujol las torturas a que fue sometido para que reconociera su intervención en la convocatoria. Torturas, Consejo de guerra y varios años de cárcel por unas octavillas invitando a cantar un poema en catalán. (…)

Pujol admite haber dado a sus torturadores el nombre del impresor de las octavillas, y relata el encuentro con él en comisaría. "Le pedí disculpas", dice con sencillez. A lo que el hombre respondió: "ya sabe que lo he hecho por convicción; no se preocupe". (El País, ed. Galicia, Opinión, 16-11-07)

Sufrió una paliza, la normal, la que te daban nada más entrabas en comisaría sospechoso de tener contactos. Si los obreros (comunistas) hubiesen hecho lo mismo, cantado a las primeras de cambio, no tendríamos ni libertad ni estatuto de autonomía. Si hay democracia, está visto que no se debe a los señoritos.

Le arruina la vida a una persona que confió en él, pero ésta le disculpa porque lo hizo ¡Por la Patria catalana! (Lo mismo que los accionistas de Banca Catalana).

Si esto se hubiese sabido en la transición, el voto hubiese sido distinto; ahora...

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