Dice Xavier Rubert de Ventós:
“Lo único que me atrevería a añadir es que esta crítica a la religión dogmática y doctrinaria debiéramos seguir aplicándola también a los otros dogmatismos -al del Mercado y al del Estado-… Y me limito a las del Estado democrático: aquel que, en nombre de
la Voluntad Popular, sacraliza el ámbito y las fronteras dentro de las cuales esta voluntad tiene derecho a expresarse.”
Habla de Savater para caer simpático y aborrecer (lógicamente) el Totalitarismo de la Religión, que equipara al del Mercado, al del Estado y a la Voluntad Popular, y es que todos están sacralizados. O sea que la Democracia y el Estado (de bienestar) están sacralizados porque se vota dentro de unas fronteras europeas…
“El perfil de los Estados actuales pocas veces resultó dibujado por ninguna Constitución o voluntad popular: Montesquieu nos dejó una teoría del dintorno democrático (separación del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, etcétera) pero no de su contorno.”
Para él, la cuestión no es que se habite en un estado democrático o en una dictadura, la cuestión es el “contorno”.
Lo importante es que cada vez mas gente, más tierras, sean democráticas, existan mas "entornos" democráticos, unidos por formas democráticas, uniéndose para desarrollar el bienestar entre todos, cuantos mas mejor; es que es mas barato. Como en Europa. Al revés que en Yugoslavia.
Se pide la autodeterminación (la piden las colonias), porque sus habitantes no tienen derechos. Si los habitantes tienen los mismos derechos en Cataluña y en Madrid, no hay derecho a la autodeterminación, porque no hay señores y vasallos, sino ciudadanos con los mismos derechos. Y un ciudadano en Madrid es igual a un ciudadano de Barcelona. Y hay un estado de bienestar que distribuye los impuestos.
Por eso sólo las colonias tienen derecho a la autodeterminación, en la doctrina de la ONU. Que es lo que dijo el Tribunal Constitucional de Canadá; Québec no es una colonia (pero lo fue), no debería haber derecho a la autodeterminación, pero como se emperran, que la haya pero con claridad…La politica de la claridad.
¿O es que la lucha por la democracia tiene contornos? Se adapta a los moldes políticos, pero es universal, no es de mi barrio o nación.
En Québec los quebeçoises estaban discriminados, eran ciudadanos de segunda, desde su derrota ante las tropas inglesas. Por eso, aunque en el momento del fallo ya no se diera esa discriminación, el Tribunal Constitucional de Canadá acepta la tesis de la autodeterminación.
A destiempo, pero el sentimiento de discriminación de los quebecoises tenía una base histórica, por eso se acepta el referéndum de autoderminación, aunque Québec no era, desde luego, una colonia; y no porque el territorio de Québec tuviera derechos históricos por hablar otra lengua, sino porque sus ciudadanos estuvieron discriminados.
Por eso una colonia tiene derecho a autodeterminarse, porque sus ciudadanos sufren algún grado de discriminación, no porque su territorio tenga algún derecho especial inherente al territorio, lengua o cultura.
Por eso, si no hay diferencia alguna en los derechos de los ciudadanos de Madrid y Barcelona, no hay derecho a autodeterminación, ni de Madrid, ni de Barcelona. La discriminación es social, entre los pobres y los ricos de Barcelona, entre los pobres y los ricos de Madrid.
Pero si hay derecho a la autodeterminación para el territorio de Cataluña, ergo, también lo hay para el Gran Barcelona, Madrid o para el pequeño Vic.
Y si un charnego de Vic quiere independizar su barrio y unirse a “Madrit” cuando Cataluña sea una nación ya independizada de España ¿Podrá hacer un referéndum de autodeterminación en Vic? En su contorno… ¿Absurdo? El mismo absurdo (bobada según Gellner) que la campaña de las élites catalanas y vascas para independizarse de Europa. ¡Habráse visto chorrada a la manera!
No hay relación Derechos-Territorio, los derechos los portamos las personas, no los entes jurídicos o territoriales. Los ricos... y los pobres. Los listos ... y los tontos...
“Ir desacralizando mitos fundacionales y proponer un referéndum sin violencia como forma de definir este ámbito me parece un fenomenal avance democrático. Y considerar por principio una aberración antidemocrática el que pueblos como el vasco o el catalán puedan decidir sobre su futuro votando "a la canadiense" me parece el mayor abuso que pueda hacerse de las palabras Constitución, Democracia o Libertad.”
Los mitos fundacionales de la Constitución española de 1978 es la lucha contra el fascismo franquista y no Isabel la Católica. Los mitos fundacionales vascos son fascistas, racistas y pre-republicanos (de antes de la Revolución francesa), y también los catalanes. Y los que lucharon contra Franco lo hacían por la libertad y la igualdad.
Ahora el votar “a la canadiense” me parece hipergarantista, o sea absurdo, pero válido (autodeterminación por mayoría absoluta).
“Del sueño en un Estatut de corte bilateral, votado por nuestro Parlament, hemos despertado ante la cruda realidad de tener que seguir mendigando una infraestructura de más, un peaje de menos, una balanza fiscal equitativa, por el amor de Dios. El equilibrio de fuerzas y nuestra capacidad de negociación con España no parecen dar mucho más de sí. Ni tampoco parece que vaya a permitirnos superar el procedimiento humillante, entre pícaro y servil, del peix al cove, el pescado al cesto. Desde perspectivas distintas, tanto Roca como Maragall tropezaron contra este hecho tozudo, contra este meme bien injertado en el hipotálamo de los españoles y con el que Pujol nunca dejó de contar. De ahí que algunos catalanes puedan ir llegando a la conclusión de que, en aras de la cordialidad entre unos y otros, y por el bien de todos, debiéramos invertir así los términos: "No queremos más peix al cove; queremos simplemente el cove". Una variante del conocido dicho mexicano: "Ahora ya no quiero queso; sólo salir de la ratonera". Así de simple; así, por ahora, de imposible.” (XAVIER RUBERT DE VENTÓS: Ya no quiero queso; sólo salir de la ratonera; El País, ed. Galicia, Opinión, 15/09/2007, pp. 13)
En unos meses, del federalismo asimétrico del Nou Estatut (votado por el 48% de los catalanes) a la independencia, que la votará un 30% (¡Pero como son los verdaderos patriotas, su voto vale por dos!).
Y es que el hipotálamo de los españoles se las trae.
“La misma, si no mayor, pérdida de masa crítica puede explicar la radicalización última de los nacionalistas catalanes, lanzados también ellos a tácticas sarkozyanas de ocupación de espacio. Los resultados son ya desalentadores para ellos y puede que lo sean más en el futuro, por lo que no entiendo muy bien esas críticas tremendistas de quienes ven un peligro en lo que más bien huele a crisis. Decía Xavier Rubert de Ventós que las aspiraciones actuales de los nacionalistas catalanes se podrían resumir en que "ahora ya no quiero queso; sólo salir de la ratonera". Bien podría ocurrirles que con el queso se vayan a quedar otros, y que queriendo salir de la ratonera española vayan a caer en otra insignificante.” (LUIS DANIEL IZPIZUA: Ratoneras; El País, 20/09/2007)
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