“… alerta de las consecuencias políticas a medio y largo plazo de una desafección de Catalunya hacia España. Exige una respuesta política "clara, sólida y convincente" a los problemas que sufre Catalunya como el recurso del Estatut al Constitucional, las infraestructuras y las obras del AVE y los ataques anticatalanes. Se muestra preocupado por la "factura electoral" que el parón de Cercanías pueda acarrear a su partido… y ha pedido respuestas al Estado al "cabreo, recelo, escepticismo y pesimismo" que la alimentan. En este sentido … se podría producir un "alejamiento de Catalunya que podría llegar a ser irreversible". (…)
Se ha mostrado convencido de que a España le conviene Catalunya como motor de crecimiento y desarrollo, pero "a Catalunya también le conviene España". (
A Cataluña le conviene, también, la locomotora económica madrileña, claro. Y ¿El pesimismo catalán será el producto del escepticismo cabreado? Este Montilla...
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