29/7/16

Cataluña es el único territorio del mundo en el que los ciudadanos no pueden elegir libremente en qué lengua oficial rotulan su comercio

"Las multas lingüísticas han convertido el caso catalán en ciertamente anómalo. Cataluña es el único territorio del mundo en el que los ciudadanos no pueden elegir libremente en qué lengua oficial rotulan su comercio.

 La administración autonómica no permite la libre elección lingüística de los comerciantes e impone multas a quien usa el castellano en vez del catalán, lo cual influye de forma determinante en la rotulación comercial. 

Convivencia Cívica Catalana (CCC)evalúa en un informe los usos lingüísticos de los comercios establecidos en Cataluña así como la influencia de la política de sanciones lingüísticas emprendida por el gobierno catalán. La entidad ha analizado la tipología de las sanciones lingüísticas impuestas por el gobierno catalán en los dos últimos ejercicios, 2014 y 2015.


Por sector, los más afectados por las sanciones lingüísticas son los hosteleros (incluye a los restaurantes), con más de un 40% del total. Les siguen los comerciantes al detalle con un 21%, los transportistas (6%) y las inmobiliarias (5%).

A nivel geográfico, 9 de cada 10 multas lingüísticas se aplican a comercios en localidades de mayoría castellanohablante del ámbito metropolitano de la ciudad de Barcelona. "Queremos subrayar lo insólito de multar a un comerciante que rotula su negocio en castellano en una localidad de mayoría castellanohablante.

 Este tipo de sanciones no solo atenta contra la libertad lingüística de ciudadanos y empresas sino contra la lógica comercial", destaca CCC. 

De acuerdo a los últimos datos del propio gobierno catalán, sólo un 15.8% de comercios en Barcelona rotulan en español. Una cifra sorprendentemente baja si tenemos en cuenta que es la lengua habitual del 60% de barceloneses.

Es obvio que, en condiciones normales, los comerciantes de Barcelona tenderían a rotular su negocio en el idioma de la mayoría de su clientela (la lengua española) e incluso a utilizar en mayor grado esta lengua por ser la que entenderían también clientes del resto de España y otras partes del mundo en Barcelona.

El uso tan limitado del español en la rotulación de los comercios barceloneses, cuatro veces por debajo de su presencia social, resulta completamente anormal. No encuentra ninguna otra explicación que la presión ejercida por el nacionalismo en forma de una política de imposiciones, sanciones y multas lingüísticas a los comerciantes

Barcelona es la única gran ciudad de todo el continente europeo en que la lengua de la mayoría de sus habitantes no es la lengua empleada en la mayoría de los rótulos de sus comercios. Así se desprende de las investigaciones sobre rotulación comercial efectuadas en Europa.

Normalmente los comerciantes utilizan en sus negocios la lengua mayoritaria de su clientela, por una mera lógica comercial. Pero en Barcelona el uso de las lenguas no viene decidido libremente por los comerciantes de acuerdo a las demandas de sus clientes y la lógica empresarial sino impuesto desde la administración por medio de multas y sanciones lingüísticas. Ello ha distorsionado la situación lingüística de tiendas y comercios en la Ciudad Condal. 

Pero si la situación del español en la rotulación comercial de Barcelona resulta llamativa aún lo es más en otras ciudades catalanas. Según los datos del propio gobierno catalán, en Lérida la presencia de la lengua española se reduce a solo un 9% de los rótulos comerciales y en Gerona roza la marginalidad, con solo el 5% de los rótulos de la ciudad, es decir, apenas 1 de cada 20.

Cualquiera que visite Lérida o Gerona puede comprobar que en muchas calles ya es prácticamente imposible encontrar un solo rótulo de comercio escrito en español.

A destacar que casi una cuarta parte de los comerciantes catalanes ya eligen rótulos sin texto o ambivalentes en sus negocios. En otras palabras, escogen una rotulación sin ningún contenido lingüístico, es decir, utilizan imágenes en vez de palabras en el rótulo o indican como máximo el nombre propio del establecimiento o marca de la franquicia. O, si utilizan texto, se decantan por rótulos ambivalentes en castellano y en catalán, es decir, en que la palabra o palabras elegidas para el rótulo sean comunes en ambos idiomas -“moda”, “taller”, “clínica”, etc.-.

Da la impresión que este porcentaje tan elevado, que se está incrementando en los últimos años, es la respuesta de los comerciantes a la presión ejercida por la administración para utilizar el catalán: usar palabras iguales que en castellano o bien no incluir ningún texto en el rótulo del establecimiento más allá de la marca o el propio nombre. 

Los datos oficiales del propio gobierno catalán muestran que el uso de la lengua española en la rotulación de los comercios es ya marginal en numerosas localidades de Cataluña. En algunas grandes ciudades, solo quedan en español apenas un 5% de letreros comerciales. En comarcas del interior de Cataluña, la desaparición del español en los rótulos de los comercios es ya prácticamente total.
No es ningún secreto que el nacionalismo catalán intenta imponer un paisaje lingüístico "diferenciado" del resto de España, de tal forma que los turistas extranjeros y personas del resto de España que visiten Cataluña, tengan la sensación de estar en un "país" diferente. La acción de la administración con sus inspectores y multas lingüísticas acompañada de la presión a los comerciantes por parte de entidades nacionalistas radicales está logrando su objetivo.

Convivencia Cívica Catalana señala que, bajo la excusa de "proteger al catalán", el nacionalismo pretende -y está consiguiendo- excluir el español del paisaje lingüístico comercial. "Nos preguntamos qué tipo de "normalización lingüística" es esta en que la lengua mayoritaria de la sociedad se convierte en residual en los comercios debido a una política de coacciones y multas. ¿Acaso es "normal" que la lengua del 60% de barceloneses apenas esté en los rótulos del 15% de comercios?", indica la entidad.

Convivencia Cívica Catalana constata un incremento de las sanciones por razón de lengua así como de las consultas de comerciantes sobre esta cuestión. En vista de ello ha decidido poner en marcha una campaña en los próximos meses de información y asesoramiento. "Nuestra asociación defiende que los comerciantes utilicen la lengua que libremente deseen en sus tiendas y comercios, sin multas, sanciones ni coacciones"; afirman,

En el marco de esta campaña, Convivencia Cívica Catalana apelará a las instituciones nacionales y europeas a intervenir en Cataluña en favor de la libertad lingüística de los ciudadanos y empresas frente a las políticas de imposición, sanción y multa del nacionalismo catalán.

"Las multas lingüísticas catalanas son insólitas a nivel mundial. Cataluña es el único territorio del mundo en que los ciudadanos no pueden elegir libremente en qué lengua oficial rotulan su comercio. Europa no puede mirar para otro lado mientras en una región de ella se vulneran la libre empresa, derechos constitucionales y libertades fundamentales", indican desde la entidad."          (La Voz Libre, 28/07/16)

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