"(...) Bueno. Ayer por la tarde tenía que haber sucedido lo siguiente. No se lo
pierdan. En mitad de la sesiónZzzz se tenía que haber levantado alguien
de Junts pel Sí o la CUP. Tenía que haber pedido introducir un punto
nuevo en el orden del día.
Otro grupo --Junts pel Sí o CUP-- tenía que
haber secundado la propuesta. La Mesa hubiera admitido ese cambio de
orden. El sentido de esta ceremonia, por cierto, es que quedara claro
que la Mesa no proponía ese cambio en el orden, para que posteriormente
el TC no la empurara. (...)
El cambio en el orden hubiera consistido en la incorporación de una
votación de una resolución de ratificación del Informe de la Comissió de
Procés Constituent. Hubiera habido una presentación de la propuesta,
una breve discusión y una votación secreta --otra vez, para evitar que
el TC caneara a los diputados partidarios del sí--.
Todo hubiera quedado
épico. Si bien no se trataría de una propuesta épica. No es una ley, no
transforma nada. Es una resolución. Una resolución es un objeto
intermedio entre la propuesta no de ley y la canción I love you for
sentimental reasons.
Vamos, nada. Esa nada tenía varias funciones. A)
Darle vidilla al Procés, que no la tiene. Calentar a la parroquia en
verano, de manera que llegara a septiembre como una moto. (...)
La otra función era, B), dar argumentos a la CUP, y
presión, para que se estire en la moción de confianza a Puigdemont --es
decir, para que vote los presupuestos--, también en septiembre/el mes
del Procés. Esta legislatura, en fin, primero iba a ser la última
autonómica. Luego, iba a dejar a Catalunya en "las puertas de un
Estado".
Finalmente, esa legislatura plis-plas, que tenía que durar 18
meses, se está consumiendo en su propio trámite: votación de un Presi,
votación de Presupuestos, votación moción de confianza. Para superar
cada uno de esos jalones, Junts pel Sí ha sacado de la sacristía el
Procés, esa cosa no pensada --esa es la sensación-- para crear un nuevo
Estado, pero sí, por lo visto, para gobernar en una situación de fin de
Régimen.
Ayer, lo dicho, estaba todo dispuesto. Los protagonistas de
la cosa iban por los pasillos con la cara en modo histórico. Se
reunían. Hacían corros. Se dejaban fotografiar haciendo historia. Pero,
al final, no hicieron nada de lo que estaba previsto.
Es importante
saber por qué. Por dos razones.
La primera --la más importante, creo--
es que CDC, o como se llame esta mañana a primera hora, estaba
negociando en Madrid tener grupo en el Congreso, donde, por cierto, y
con un par, ha pactado con el PP, en lo que puede ser un indicativo del
valor real del Procés. No convenía, vamos, que el negociado Procés les
tocara las expectativas. Económicas. Dos millones para el grupo.
La
segunda razón es que la semana pasada llegó al Parlament una advertencia
del TC, conforme si hacían lo que tenían pensado ayer, incluso si se
hacían los locos y simulaban que no era una propuesta de la Mesa, les
harían lo que el invierno a los cerezos.
Es decir, tomen nota:
suspensión de la Mesa, una multa de hasta 30.000 euros diarios a los
chicos y chicas de la Mesa hasta que cambien de opinión, y pasar la cosa
a Fiscalía, para que iniciara causa penal.
Con la última reforma del
TC, Erdogan style, el TC, recuerden, es poli y mili, por lo que puede
ponernos una cabeza de caballo en la cama, directamente y sin pasar por
la casilla de salida. Sin duda, el nuevo rol del TC como portero de
discoteca del Régimen hizo enfriar los ánimos a los promotores de la
cosa. Que esperaron unas horas y pidieron informes a los letrados.
La cosa al final ha pasado hoy. Al finalizar el turno de
preguntas de ControlZzzz. La Presi del Parlament ha dicho: "Senyor
Turull, per què em demana la paraula?". Turull, de CDC/JUnts pel Sí, ha
dicho lo que tenía que haber dicho ayer. Anna Gabriel, de la CUP, se ha
unido a la petición. "Són conscients de l'advertència del Tribunal
Constitucional?", Forcadell dixit.
Más que un diálogo épico, les sale un
diálogo teatralizado, como si estuvieron haciendo Els Pastorets, obra
de teatro que se representa cada Navidad en todos los pueblos, tan mala
que es buena, como el Don Juan o como Brácula, con B de Barbate. Se
inicia un turno de palabras, ágil y, hasta cierto punto, novedoso.
Albiol, que parece el representante para Catalunya y Iowa de Derribos
Tribunal Constitucional, gruñe. (...)
Preparados para el día de hoy, en todo caso, los grupos
piden la lectura de artículos concretos del Estatut, de la advertencia
del TC, o del informe de los letrados. Hablan diversos miembros de la
Mesa de C's y PP, para desvincularse del bombardeo indiscriminado del
TC. Forcadell repite varias veces que la propuesta no es de la Mesa,
para que conste. Finalmente, se vota votar la propuesta. Gana con los
votos de JxS y CUP.
Lluís Llach, Presi de la Comissió de Procés Constituent,
toma la palabra y presenta la cosa. Luego presenta a Marta Rovira,
ERC/JxS, para que lea el informe. "Ho faig en plena consciència de las
transcendència d'aquest fet", dice LLach. Es el último momento épico del
día.
Marta Rovira resume el informe. No es mucho. Frases
rituales, un intento de vincular la revolución 15M con este otro
negociado --cuando Mas abrazó el Procés fue, precisamente, para intentar
paliar el 15M local--, explicación de fases --tenemos tres; la primera,
es decir, ésta, es de participación ciudadana, la segunda es el
meollo/copón y la tercera sería la ratificación--.
Se utilizan palabras
que no existen en ningún proceso de autodeterminación, como
"desconexió", "dret a decidir", y que, precisamente, hacen dudar sobre
la efectividad, la función y la naturaleza de éste.
Si quieren, aquí va el informe completo.
No sólo no es, lo dicho mucho, sino que es algo hecho con cierta
rapidez, desconocimiento e improvisación. Un trabajo desgarbado. El do
de pecho de todo es una Assemblea Constituent, que no se especifica si
se vota o no se vota. Es una figura traída de los procesos
constituyentes sudamericanos. Nuestra prensa patria se pasa la vida
buscando venezolanos, y al final estaban todos en CDC.
Esa Assemblea
"dispondrá de plenos poderes. Sus decisiones serán de cumplimiento
obligatorio para el resto de poderes públicos, personas físicas y
jurídicas".
Y, glups, "ninguna de sus decisiones será susceptible de
control, suspensión o impugnación por parte de otro poder, juzgado o
tribunal". Supongo que aludían al Estado español, pero, al no
especificarlo --otra vez rapidez, desconocimiento e improvisación--,
queda dibujado un Estado de excepción democrático, que no reconoce
ningún tribunal internacional. Con todas las letras.
Esta propuesta
llega al New York Times y se acaba el Procés, vamos. Llega a Turquía, y
le hacen una calle al Procés. La idea, no obstante, es que sólo llegue a
Catalunya. Es, lo dicho, un bien de consumo interno, que no está
diseñado para ser aplicado, diría yo.
En la votación C's y PP abandonan la sala. PSC se queda,
pero de cuerpo presente, y CSQEP vota no. Gana la resolución con los
votos de JxS y CUP.
El Parlament, vamos, ha votado otra resolución. Es decir,
nada. Algo menos que nada, una propuesta de Procés Constituent única en
el mundo, débil, literaria, sin ánimo de verse realizada. El Tribunal
Constitucional en breve llenará esa nada de sentido a través de, todo
apunta a ello, represión.
Hay partido. Donde, nuevamente, no había nada." (Guillem Martínez, CTXT, 27/07/16)
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