"(...) asistimos a una aproximación entre el ala izquierda del movimiento
independentista y el ámbito de los Comunes que puede interpretarse como
el inicio de un proceso de satelización de ECP hacia las propuestas de
ERC y CUP.
Un primer síntoma de ello fue la decisión de la alcaldesa de
Barcelona, Ada Colau, de participar en la manifestación independentista
de la ANC. Podría explicarse que Colau, de acuerdo con su
responsabilidad institucional, asista a los actos institucionales del
Onze de Setembre, organizados por la Generalitat, pero no en una
movilización organizada por una entidad nítidamente independentista y
cuya expresidenta, Carme Forcadell, se presentó como cabeza de lista de
Junts pel Sí.
El carácter político de esta determinación se refuerza por
la intención del líder de ECP, Xavier Domènech, de asistir junto con
Colau a la manifestación de la ANC.
Otro síntoma de este proceso de satelización se encuentra en el acto
organizado por ERC, CUP y Podemos el 9 de septiembre en Sant Boi de
Llobregat. Un espacio donde tradicionalmente el catalanismo de
izquierdas celebraba la Diada Nacional, frente a los homenajes a la
estatua de Rafael de Casanovas en Barcelona donde lo hacían los
nacionalistas.
El acto está concebido como un homenaje al recientemente
fallecido Jordi Carbonell, uno de los padres intelectuales del
independentismo de izquierdas y que contará con la asistencia de Oriol
Junqueras, Anna Gabriel y Albano Dante, reciente vencedor de las
primarias de Podemos y que no oculta sus simpatías por la CUP.
El
formato de este encuentro ha desencadenado todo tipo de especulaciones
sobre un hipotético tripartito de izquierdas soberanista frente a la
fórmula de Junts pel Sí que apartaría a la antigua Convergència –ahora
PDC- de la dirección del movimiento independentista y que giraría
nítidamente hacia la izquierda.
De este modo, se buscaría ampliar las
bases del movimiento independentista más allá de las clases medias
catalanohablantes con el concurso del espacio de ECP, particularmente
fuerte en los barrios de la periferia donde habitan los trabajadores,
mayoritariamente de lengua castellana. (...)
En cualquier caso, el formato ideológico del acto de ECP en Sant Boi
donde se quiere “recuperar el mejor espíritu de las clases populares del
nuestro país para articular la base de la nueva Catalunya a construir,
con plena soberanía y justicia social”, revela la penuria ideológica de
la izquierda catalana que tiene que recurrir al constructo ideológico de
la década de 1970 de historiadores como Josep Termes, Albert Balcells o
Borja de Riquer, entonces en el ala nacionalista del PSC, en polémica
contra Jordi Solé Tura.
Un planteamiento ideológico que ha sido
contestado con rigor por Joan-Lluís Marfany en su magnífica obra La cultura del catalanisme
donde, en sintonía con las tesis de Solé Tura sobre el pensamiento de
Enric Prat de la Riba, muestra la “manipulación ideológica” que se
oculta tras el “fantasma del catalanismo popular, izquierdista y
obrerista” que carece de base histórica factual.
El recurso al
“catalanismo popular” por parte de ECP revela una línea de continuidad
de sumisión de la izquierda catalana a los postulados del nacionalismo,
ahora reconvertido al independentismo, que dificulta extraordinariamente
convertirse en una alternativa política a la hegemonía ideológica del
independentismo pues se batirán en un marco ideológico donde ERC y CUP
tendrán siempre las de ganar.
(...) La izquierda catalana debería abandonar los viejos lugares comunes
ideológicos, como el denominado “catalanismo popular” que les sumergen
en un relato histórico, no sólo ficticio, sino políticamente favorable
al independentismo de izquierda. Sería pues necesario que trabajasen en
la elaboración de una propuesta original y propia para la que no faltan
precedentes históricos como el encarnado por Pi y Margall o Andreu Nin." (Antonio Santamaría, El Viejo Topo, 08/09/16)
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