29/7/16

La famosa jornada del 9N sigue siendo vista por una parte de los ciudadanos de izquierda en Cataluña como una jornada democrática... y no como lo que fué, como un día de agitación nacionalista para mayor gloria (luego parcialmente fracasada) del principal hijo político del molt ex honorable

"(...) las fuerzas secesionistas, como reconoció Antonio Baños, entonces portavoz de las CUP, perdieron las elecciones (transformadas por ellas mismas en un plebiscito en torno a la independencia) el 27S.

 Sólo una sesgada y antidemocrática ley electoral, mil veces criticada, les da una más que exigua mayoría parlamentaria, alejada años-luz del 55% de los votos (como mínimo) defendido y definido por David Fernàndez como mayoría cualificada para la ocasión. Así, pues, ningún plan secesionista que se formule, airee, agite o diseñe tiene apoyo democrático popular. 

Es una verdadera estafa política. Teniendo en cuenta las declaraciones apuntadas, que estas estrategias tengan el apoyo de la CUP no tiene parangón en nuestra historia política reciente. Un escándalo que no podemos ni debemos admitir. (...)

Más allá de este preámbulo básico creo que podríamos estar de acuerdo en los puntos siguientes:

1. El lenguaje nacionalista-soberanista-secesionista ha impregnado, lo sigue haciendo, el decir e incluso el pensar no sólo de los partidarios de la independencia-dependiente de Cataluña sino de los (supuestamente) partidarios del federalismo. 
Por ejemplo: solemos hablar del “Estado español” cuando estamos hablando realmente de España. “España” (la de Machado, García Lorca, Cernuda, Rosa Chacel) sigue siendo palabra maldita. 

2. Algunas afirmaciones del argumentario nacionalista-secesionista, falsadas una y otra vez, han quedado en el relato nacionalista, como se suele decir así ahora, como verdades indiscutibles, como axiomas-postulados equivalentes a verdades absolutas, punto de partida que no son objeto de discusión. 
El del robo de los 16 mil millones es un ejemplo de estas verdades indiscutibles. Cataluña como nación milenaria es otro. 
La España contra Cataluña desde 1714 es un tercero (Obsérvese que la expresión, conductora de un congreso o de unas jornadas en diciembre de 2014 con presencia de presidencias y grandes prohombres del país, incluiría la España republicana).

3. A pesar de lo que sabemos, la famosa jornada del 9N sigue siendo vista por una parte de los ciudadanos de izquierda en Cataluña como una jornada democrática donde pudieron ejercer, no en las mejores condiciones se afirma, su derecho de autodeterminación o expresión similar. En absoluto es considerada como un día de agitación nacionalista para mayor gloria (luego parcialmente fracasada) del principal hijo político del molt ex honorable.

4. La valoración del voto Sí-Sí de algunas y algunos representantes de las izquierdas catalanas (que manifestaron, sin necesidad y sin venir a cuento, la concreción y sentido de su voto) está lejos de pasar cualquier tribunal de control crítico. En cualquier otra circunstancia, en cualquier otro tema, el arma afable de la crítica hubiera jugado su papel. 
Aquí apenas ha existido o apenas ha tenido efecto alguno. Se sigue siendo comprensible con tamaño despropósito y, por si fuera poco, se añade que “se entienden las razones” de un voto independentista por aquellos que dicen no serlo. Ni siquiera nacionalistas afirman.

5. Se sigue sosteniendo, sin justificación actualizada para ello, que el 80% de los ciudadanas y ciudadanos catalanes están a favor del “dret a decidir” (tal vez fue así en algún momento.. y habría que verlo). 
A pesar de lo sabido, a pesar de los resultados electorales más recientes, casi nadie se atreve a cuestionar un dato que se ofrece, una vez más, como postulado geométrico indiscutible. La idea de fondo: menos los neofascistas y fascistas españoles o españolistas, menos los odiados botiflers, en Cataluña todo el mundo “com cal” está por el ejercicio de ese derecho.

6. Pero, como se sabe, ese derecho no existe como tal. Es un producto político-intelectual de laboratorios (de la UPF) asociados al independentismo e inspirados en fases y formulaciones del nacionalismo vasco. 
A pesar de ello, Izquierda Unida y Podemos, entre otras fuerzas, han hecho suyo ese lenguaje y esa reivindicación. Por convicción, por mala conciencia, por confusión o por necesidad de llegar a acuerdos con fuerzas y nombres que, hoy por hoy, dominan una parte del panorama institucional catalán.

7. Las manifestaciones 11S de estos últimos años en Cataluña se han presentado, usualmente, como movilizaciones a favor del dret a decidir. Pero, como es de toda evidencia, se haya asistido o no a ellas, han sido realmente movilizaciones a favor de la secesión, de la independencia, con la clara participación de las instituciones de gobierno de la Generalitat (sin mandato ciudadano para ello) a pesar de que por TV3 y medios intoxicadores afines se ha hablado insistentemente del protagonismo de la sociedad civil en todo este “proceso”. 
Pensemos, por ejemplo, en la actual ubicación institucional de la que fue “líder” de ese movimiento que tanto emocionó a algunos dirigentes de izquierdas (llantos, reales o teatralizados, incluidos), la política profesional que consideró que los catalanes habíamos sido esclavos, incluso que seguíamos siendo esclavos, de los españoles.
  ¡Y no pasó nada, y no pasa nada! Como se sabe, un sector de las izquierdas estuvo presente en esas movilizaciones. 

8. Pero el movimiento nacionalista catalán, como acaso no podía ser de otro modo, no sólo es, hoy por hoy, un movimiento nacionalista sececionista fuertemente neoliberal y pro UE y euro en su conjunto (la única excepción es la CUP) sino netamente antiespañol. Sin apenas distingos. Todo, en este caso, en el caso español, es uno y lo mismo: bazofia, zafiedad, fascismo y atraso-lejanía de la Modernidad.

9. La mitificación de la historia de Cataluña, pensemos en el propio himno, en “Els Segadors” por ejemplo, es de manual. También la izquierda ha contribuido lo suyo en este punto y los comentarios críticos y documentados, existentes sin duda, son muy minoritarios.

10. La izquierda, las izquierdas si se quiere, en otras circunstancias históricas, nada que ver con las actuales, defendió estatutos de autonomía e incluso del derecho de autodeterminación del pueblo catalán (no solamente del pueblo catalán por supuesto). 
Pero, inmediatamente después, enseñaba sus cartas, su defensa del federalismo, de la unión de todos los pueblos de España (del “Estado español” hemos dicho erróneamente en miles de ocasiones).
Pero esta última arista está casi olvidaba cuando se habla aquí, en Cataluña, por parte de casi todos. ¿Cuántas jornadas sobre federalismo ha organizado la izquierda en estos últimos años?

11. Durante 35 años, más tiempo si lo miramos con perspectiva histórica, se ha trabajado política y culturalmente para crear muros y líneas de separación entre Cataluña y el resto de España (de España, sin el resto e inconsistentemente, en el lenguaje nacionalista). 
Simplificando un poco, pero no mucho: la modernidad, lo avanzado y lo interesante está en Cataluña; lo zafio, atrasado y aburrido en España, que impide que Cataluña se desarrolle plenamente, llegue a su Ítaca y sea de nuevo, así se afirma en el himno, rica i plena.
  • 11.1. ¿A qué plenitud cabe preguntarse? ¿Rica? ¿Qué tipo de riqueza?
12. La inmersión lingüística, que no es tal hablando con propiedad (sólo lo es para las familias no catalanoparlantes, no para la mía por ejemplo), es una de las estrategias centrales del nacionalismo (independentista o no).
 Por detrás de esta supuesta e inocente defensa de la lengua catalana (que, por supuesto, nadie quiere atacar, ¡es también nuestra!), el intento de homogeneizar una sociedad diversa y en absoluto homogénea en su cultura y sus lenguas, para riqueza de todos, y la consideración de que la única propia de Cataluña ha sido, es y será el catalán. Todas las otras lenguas (menos el aranés) son impropias.
  • 12.1. El maltrato (oficial, institucional, no el que se da de hecho en las aulas que, en general, no es tal o no es tan acentuado) al castellano y a sus hablantes es de manual. Y de denuncia. ¿A qué viene montar cirios y más cirios, y liarla mil veces, por dar tres horas de Matemáticas por semana en castellano? ¿De dónde se infiere el ataque al catalán por una medida de este tipo? Los de Aula, donde estudiaron Mas y sus hijos, ¿son anticatalanistas por realizar esa práctica educativa?
13. La visión cultural del nacionalismo suele ser (con excepciones interesantes) fuertemente uniformista: Lluís Llach es cultura catalana. Miguel Poveda no lo es, es cultura impuesta o ajena. Para disolver dudas, véaser TV3 cualquier día del año (fiestas de guardar incluidas).

14. Al nacionalismo catalán, al realmente existente, los lazos familiares, de amistad, de reconocimiento mutuo, con el resto de pueblos españoles les importa un higo. Nada de nada. Digan lo que digan, cuando hablan de esos territorios para ellos comanches en cualquier ágora que no esté por ellos controlada. 
Eso sí, cuando se ponen cultos, añaden que ellos admiran la cultura castellana o española (depende del caso)… pero como cultura externa, como se puede admirar la cultura alemana, la danesa o la chilena. Sin más proximidades ni vinculaciones.

15. Sin ser admitido por el nacionalismo, el catalanismo, la consideración de Cataluña como nación (región en otros momentos: recordemos “La Lliga regionalista”), con identidad propia, con fuerte singularidad, etc, no implica forzosamente ser partidario de ninguna opción política secesionista o afín en este ámbito. 
Se puede ser catalanista y ser partidario de un estatuto de autonomía o incluso de un Estado republicano federal o unitario que cuide y abone la diversidad de culturas y lenguas 
existentes.
  • 15.1. Por supuesto: no se es menos catalán por ello. No se es un botifler
16. No ser catalanista (aunque puede admirarse la cultura catalana o algunos rasgos de esa cultura o culturas, no todos como es evidente y como nos ocurre cuando hablamos en general de la “cultura española” o la “cultura alemana”) no es equivalente a ser facha.
  • 16.1. No ser españolista parece conveniente. Pues tal vez lo mismo a día de hoy, no hace 40 años.
17. Causa perplejidad, por decirlo suavemente, que algunos líderes del movimiento secesionista cambien la grafía de sus apellidos. ¿Por qué? ¿Para mejor integrarse? ¿Dónde? ¿No estábamos por aquello de que “qui perd els orígens, perd identitat”? ¿Se imaginan a Hidalgo o Valls afrancesando sus apellidos o a políticos españoles de origen catalán “españolizando” los suyos?

18. Que las organizaciones políticas que supuestamente defienden el federalismo no tengan aquí, en Cataluña, una estructura federal es otro de los misterios de una cripta que está más que embrujada.

19. Como es de toda evidencia el derecho de autodeterminación del que antes se hablaba no encaja de ninguna manera en el caso de Cataluña que no es una colonia ni una semicolonia, ni lo ha sido nunca propiamente. Nada que ver. 
La exageración y manipulación es de libro básico. Es casi un insulto hablar en estos términos en una de las comunidades (globalmente) más ricas de España. No hay relación centro-periferia en este caso como todo el mundo sabe.

20. La indefinición de los sectores de la izquierda transformadora (a excepción de la CUP, cuya política de pactos resulta inconcebible a este comentarista, al igual que su política de apoyo explícito a ERC en las últimas elecciones) es más que evidente. 
Nadie ha podido saber si “En comú podem” estaba o no estaba por una posición federal. Sin ninguna duda, hay que admitirlo, la posición de la actual dirección del PSC, pienso en Miquel Iceta, ha sido mucho más clara y de interés en este asunto (no hablo de otros temas y no digo siempre).

21. A estas alturas de la jugada, parece que la apuesta convergente por el secesionismo tienen dos nudos: responder, desde una óptica neoliberal conservadora, a las movilizaciones del 15M, a lo que ha significado el 15M como punto de inflexión, y, al mismo tiempo, a reorientar las preocupaciones ciudadanas (Sani Vila lo ha declarado explícitamente) ante las políticas neoliberales de los gobiernos Mas, entre las más duras del país. Recuérdese: apoyada por el PP de Cataluña en sus momentos iniciales.

22. Causa vergüenza tener que señalarlo pero las risas soberbias y descalificaciones ante los votantes del PP (¡cómo pueden votar a un partido tan corrupto!, ¡la España profunda es incorregible!, etc), olvidan, porque quieren olvidarlo, que aquí, en Cataluña, no en la España oscura, escondida y profunda, JxS tuvo un 38 o 39% de los votos en las elecciones del 27S, a pesar de estar dirigida por un partido que se reconoció y reconoce en el principal mangante, manipulador y tergiversador del país: don Jordi Pujol i Soley y su más que tenebroso clan familiar. ¿De qué podemos dar lecciones los electores catalanes, el pueblo catalán, la ciudadanía catalana?

No me extiendo más. (...)"               (Salvador López Arnal  , Rebelión, 23/07/16)

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