"(...) La lectura atenta de los 11 puntos de la comisión del Proceso
Constituyente no deja lugar a dudas: se anuncia un golpe al sistema
democrático. Pese a su falta de legitimidad, el separatismo está
decidido a ir hasta el final.
El objetivo es forzar la realidad hasta
adaptarla a sus deseos. El camino que va a intentar recorrer está
trazado: aprobación de las leyes de desconexión, que no serían
susceptibles de “control, suspensión o impugnación” por ningún tribunal,
se afirma en el punto 7 de las conclusiones; y de un “mecanismo
unilateral para activar la convocatoria de una asamblea constituyente”.
A
partir de ahí, las decisiones del nuevo poder serían de “obligado
cumplimiento para cualquier persona física o jurídica”, mientras se
elabora y vota la Constitución catalana.
No hay duda de que se trata de
una fantasía absolutista, cuyo intento de materialización supondría un
auténtico salto en el vacío, tal como criticó con dureza el dirigente de
Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela, partidario de impulsar un
debate ciudadano para repensarlo todo, pero contrario a la vía
predeterminada y unilateral de las conclusiones.
La buena nueva es que
la retórica constituyente de los socios de Pablo Iglesias en Cataluña no
está confluyendo con el separatismo, pues ambos grupos han entrado en
línea de colisión en la lucha por la hegemonía. Y ello pese a que el
resultado del 26-J supuso la derrota del referéndum legal propuesta por
En Comú Podem.
Sabemos que en 2017 habrá nuevas elecciones y que
el independentismo, aunque agotado y dividido, está obligado a intentar
imponer de nuevo un relato plebiscitario, ahora en forma de convocatoria
constituyente. Puede que Carles Puigdemont sucumba a la idea de
celebrar entretanto un referéndum unilateral, propuesta que apoya un
importante sector del secesionismo, incluida la ANC.
Podría así
blindarse el apoyo de la CUP en la moción de confianza que debe superar
en septiembre. Sea como sea, sabemos que el choque con la legalidad
constitucional es inevitable. Convendría que PSOE y PP dejaran atrás las
ganas de engañarse para afrontar ya ese escenario con todas sus
consecuencias." (Joaquím Coll, El País, 28/07/16)
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