"(...) Hablo por informaciones de la prensa. No sé más. Parece que se trata
de una nueva organización de izquierdas en la que se integrarían,
confluirían o cómo se quiera decir, además de activistas independientes,
formaciones políticas como ICV, EUiA, Procés y, tal vez, Podem.
No sé
si esa confluencia implicaría la disolución de esas formaciones o su
transformación en otra cosa. Probablemente sea esto último.
Sea como
fuere, más allá de la existencia de la CUP, si se tuviera éxito, el
espacio político que se aspira a ocupar, todo lo amplio que sea posible,
haría muy difícil la presencia exitosa de Podem-Podemos o de otras
fuerzas políticas de ámbito español (pienso en una renovada Izquierda
Unida) en Catluña.
Lo que ha trascendido hasta el momento es que
esa nueva fuerza en formación, si llega a buen puerto, sería defensora
de los derechos sociales (¿cómo si no?), sería de ámbito catalán y
partidaria del denominado dret a decidir. Dos apuntes sobre esto último:
(...) Si la organización de la polis a la que se aspira tiene algo que ver
con la organización en la que se milita, ese es mi punto de vista,
parece razonable pensar que los que están, estamos, por una República
federal nos dotemos de un instrumento federalista que busque, en
conjunción con compañeras y compañeros de otros territorios, construir
una fuerza común con toda la diversidad que se quiera y con toda la
autonomía que se considere pero sin apelar a una soberanía ilimitada a
la que los demás sólo le deben obediencia. (...)
Por lo demás cuesta mucho entender que un colectivo indignado ante
desahucios, desigualdades o explotaciones tenga sensibilidad (demostrada
sin duda) para combatirlos cuando las personas o colectivos afectados
vivan, pongamos por caso, en Lérida y, en cambio, la pulsión no exista o
disminuya sustantivamente si el atropello es en Fraga o en Sariñena.
¿Tan marcada identidad territorial, nacional o como se quiere llamar
tenemos para establecer esa rarísima línea de demarcación que establece
una disyunción excluyente entre los que viven más allá del Ebro y los
que vivimos más acá?
2.Lo del dret a decidir es aún más
complicado de entender. ¿No habíamos quedado en que ese derecho, con esa
formulación, no existe prácticamente en ninguna constitución? ¿No
habíamos quedado en que la frase es incompleta? Derecho a decidir…¿ qué?
¿No hemos quedado en que de lo que estamos hablando realmente es del
derecho de autodeterminación?
¿No hemos acordado que se trata de
discutir si la Cataluña de 2016, no la de 1960 o 1973, tiene derecho a
ejercer ese derecho? ¿En qué nos amparamos para discutir ese derecho?
¿No hemos quedado en que si así fuera habría que explicar claramente
cuál sería nuestra posición? ¿Somos o no somos secesionistas? ¿Somos o
no somos federalistas? ¿No se ha realizado un plebiscito perdido el 27S?
¿No hemos visto el resultado del 20D? ¿Recordamos resultados de la
jornada de agitación nacionalista-masista del 9N? ¿No estamos viendo, no
hemos visto el relato histórico mitificado que se ha creado y extendido
por todas las arterias de la sociedad catalana? ¿No recordamos el
insulto de la “España que explota a Cataliña”?
¿De verdad que alguien
piensa que puede ejercerse democráticamente ese supuesto derecho en las
condiciones actuales con medios de comunicación como TV3 o Catalunya
Ràdio (no se me olvidan los otros del otro signo por supuesto) al
servicio de la gran causa, el gran tema y el proceso?
¿No se trataría de
conocernos un poco mejor? ¿La izquierda no estaba para unir pueblos,
ciudadanos y comunidades? ¿No debería ubicarse la agenda social, como
decimos ahora, en el primer plano de nuestras preocupaciones? ¿De qué
hablamos cuando hablamos? ¿Quién habla de los temas, historias,
preocupaciones, necesidades de las clases trabajadoras catalanas? (...) " (Salvador López Arnal , Rebelión, 30/01/16)
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