31/1/18

La izquierda radical tiene como aspiración central sentar en la presidencia de la Generalitat a Puigdemont, el candidato de la derecha corrupta. ¿Qué pensaríamos de una izquierda española radical que tuviese como guía de sus actuaciones situar a Rajoy, o a Rivera, como presidente de gobierno?

"(...) Que conste que si por mí fuera, sin que diga que haya olvidar lo que han hecho y sin restar importancia a sus cuentos falsarios y a sus acciones antidemocráticas, no habría políticos profesionales secesionistas catalanes en la cárcel, y los que viven a cuerpo de rey en Bruselas -la pela és la pela, ¿quién les financiará por cierto?- y con viajes al exterior podrían volver sin problemas. A casa, sin relatos de víctimas. 

Eso sí: ¿cuál sería entonces su plan de gobierno? ¿Qué harían? ¿Cuál es su programa? ¿Seguir la senda del caso Palau? ¿Tomar al país en sus manos, como han hecho siempre, pensar en los suyos, colocarles en puestos clave, crear espacios clientelares y acumular, acumular y acumular, y así siguiendo hasta enterrarnos en el mar y alcanzar su victoria y enriquecimiento final?

Qu e un amplio sector del secesionismo supuestamente radical de una no menos supuesta izquierda radical tenga como aspiración política central ubicar en la presidencia de la Generalitat a don Carles Puigdemont, el designado por Mas, el pujolista, el candidato de la derecha conservadora y corrupta de Junts per Catalunya-PdeCat, deja sin habla al más o menos pintado. Mudo. De lo que no se puede hablar, sólo cabe… el grito. ¡Ya está bien, ja està bé ! 

¿Qué pensaríamos de una izquierda española radical que tuviese como norte y guía de sus actuaciones situar a Rajoy como presidente de gobierno, ante, por ejemplo, posibles o reales amenazas del BCE, la UE o del Imperio? ¿Uno vota a Macron porque Le Pen es muy malo?

Mientras tanto, este es el punto que suele olvidarse, el tema en el ágora nunca o casi nunca es la desigualdad creciente, la precariedad extendida, la explotación obrera, los trabajos alienantes, las mujeres asesinadas y maltratadas, los sueldos que no dan para vivir, los ritmos de trabajo imposibles, la vivienda otra vez por las nubes, la privatización de la sanidad, las listas con esperas imposibles, la situación de las personas más desfavorecidas y enfermas, etc etc. 

El tema, en términos mediáticos, siempre es el monotema. No hay más, no hay otras informaciones destacadas… aparte del Barça, la gran multinacional .Cat. Eso sí, la realidad, la vida, nuestra vida, la vida de las gentes menos favorecidas, sigue por otros senderos. (...)"                  (Salvador López Arnal , Rebelión, 27/01/18)

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