"Cambiarlo todo para que nada cambie. La vieja máxima le sienta como anillo al dedo a la nueva Generalitat. Cambió Artur Mas por Carles Puigdemont,
pero no algunas formas de ser y actuar.
El ejemplo lo tenemos en el
nombramiento del nuevo director de la Escuela de Administración Pública
de Cataluña (EAPC), un organismo autónomo que controla la función
pública de la comunidad. Este organismo es el encargado de realizar las
pruebas selectivas para funcionarios y el que organiza cursos de
formación y de reciclaje para el personal público.
El responsable de la
EAPC será Agustí Colomines,
exdirector de la Fundación CatDem, vinculada a Convergència Democràtica
de Catalunya (CDC). Colomines ha pasado, así, de cobrar las ayudas al
partido a dirigir la función pública catalana. Lo dicho: cambiarlo todo
para que nada cambie.
Agustí Colomines, uno de los más radicales
independentistas de CDC, dirigió la fundación del partido -en realidad,
llegó a director aun sin estar afiliado a CDC- en la época gloriosa, cuando el dinero entraba en ‘carretillas’,
sospechosamente proveniente de las ‘mordidas’ del 3% a las
constructoras que querían trabajar en tierras catalanas.
Su trayectoria
es como la de San Pablo: de comunista elitista de Bandera Roja, pasó a engrosar las huestes de la derecha más recalcitrante de Cataluña.
Pero antes que político, Colomines es independentista. En una entrevista
de 2010, no dejaba lugar a dudas de su opción: reclamaba una “revuelta
civil” y además se vanagloriaba de que había que “avanzar hacia la crisis constitucional que hemos de provocar como sea”.
En eso está ahora. Lo que vaticinaba era una avanzadilla del choque de
trenes que ahora puede protagonizar como mandamás de la función pública
en el Gobierno catalán. (...)" (Antonio Fernández. Barcelona , El Confidencial, 04/04/16)
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