"Nos lo cuenta Ramón de España en su divertido El derecho a delirar.
Artur Mas no debería irse de rositas: ha enfrentado a Cataluña con el resto de España y a unos catalanes contra otros
para poder pasar a la historia como el segundo presidente mártir (¡y
sin riesgo alguno de ser fusilado!), se ha cargado la empresa familiar
(o sea, CiU) como su hermano a Panrico [fue director de Producción], ha agigantado a los iluminados de ERC y, sobre todo, ha hecho creer a una población ya asaz manipulada que la independencia de Cataluña estaba a la vuelta de la esquina, cosa que él era el primero en saber que era mentira.
La mezcla de estupidez y mala leche es letal.
Y aunque ya sé que no se puede meter a nadie en la cárcel por ser un
imbécil malintencionado y ególatra, creo que en el caso de Artur Mas se
podría hacer una excepción”. (p.99)" (Dolça Catalunya, 31/10/2014)
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