"(...) La Junta de Extremadura presentó ayer su balanza fiscal y en el diario de Godó ese toro es para Jordi Barbeta:
"Extremadura es la comunidad con menos
déficit y menos deuda, la que más energía aporta y el pulmón ecológico
de España y tiene la mayor presión fiscal a pesar de ser la gran
olvidada en inversiones, infraestructuras y gasto público. Cataluña, en
cambio, es la comunidad autónoma más beneficiada en el reparto de
recursos públicos... No es el mundo al revés.
Son las conclusiones del
documento 'Balanza de Extremadura', presentado ayer, con el que el
presidente regional José Antonio Monago (PP) ha decidido pasar a la
ofensiva en la batalla territorial que ya se ha empezado a librar ante
la negociación de un nuevo sistema de financiación autonómica que se
presenta más reñida que ninguna de las anteriores, por la escasez de
recursos y porque cualquier modificación implicará que unas comunidades
ganarán lo que perderán las otras.
La caída de ingresos por la crisis,
el proceso soberanista catalán que lleva implícita la reivindicación de
soberanía fiscal y las elecciones autonómicas a un año vista son
factores que han contribuido a cargar una atmósfera que amenaza
tormenta. Se enfrentan intereses opuestos de comunidades gobernadas por
el mismo partido que gobierna España".
En El País, el tono, el acento y la perspectiva son diferentes. Escribe María Fernández:
"Iba a ser la puesta de largo de sus
balanzas fiscales, pero se convirtió en un acto para demostrar que
Extremadura es 'la gran olvidada de España' con datos que nada tienen
que ver con el saldo entre los recursos que aporta la comunidad y los
que recibe.
Antonio Fernández, consejero de Hacienda del Gobierno que
preside José Antonio Monago, desgranó ayer lo que llamó la 'balanza
Extremadura', un compendio de cifras, la mayoría negativas para la
comunidad, que apoyan su petición de más recursos en el futuro reparto
de la financiación.
Su objetivo: impedir a toda costa 'que se utilicen
las balanzas fiscales para decidir el posible reparto del nuevo
sistema', que Montoro negociará este año".
Así pues, las cuentas de Extremadura no son la caricatura de La Vanguardia
sino una estrategia negociadora del "bellotari" Monago que se parece
mucho, por cierto, al tiki-taka nacionalista. La crónica de El País
se extiende en detalles:
"El texto destaca otros datos que muestran
Extremadura como el pozo negro del país, como que la región solo tiene
una empresa con más de 500 empleados frente a las '90 de Cataluña o las
72 de Madrid'. 'Muchas sociedades de capital no extremeño no tienen sede
fiscal en nuestra comunidad, lo que merma nuestra capacidad
recaudatoria', dice el documento".
La respuesta catalana está al final de la noticia: "El consejero de
Economía de Cataluña, Andreu Mas-Colell, afirmó que el documento es
'técnicamente un despropósito completo' y rechazó que se trate de 'unas
balanzas fiscales', sino un 'documento político'.
Por ello, Mas-Colell,
que ultima el cálculo de las balanzas para Cataluña, rehusó valorar sus
conclusiones y discutir con Extremadura", informa Lluís Pellicer.
O sea, lo que debió ser, más o menos, la respuesta de Mariano Rajoy a
Artur Mas hace dos años, cuando el segundo le dijo al primero que
concierto fiscal o Estado propio.
La Generalidad no se ve reflejada en el estanque, no es la Junta. Si
acaso, la Junta será la Generalidad, cuyo "copyright" sobre el memorial
de agravios nadie respeta.
El presidente de la Comunidad de Madrid,
Ignacio González, ha pedido la suspensión de los conciertos forales del
País Vasco y Navarra y Extremadura está en pie de guerra. Es una guerra
entre comunidades, pero parece una emboscada en Simferopol, con
uniformes de conveniencia y en la que es imposible saber si el de al
lado es rusófono, rusófobo o sólo tártaro. (...)" (Pablo Planas, Crónica Global, Jueves, 6 de marzo de 2014)
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