" (...) Sin embargo, el mayor revés a los independentistas escoceses -y, por
extensión, al secesionismo catalán- se conocía este viernes, cuando diversos medios se hacían eco de las palabras de un alto cargo del Gobierno británico:
"Un voto afirmativo en el referéndum sería
el inicio de un proceso, no el final. Empezaríamos entonces las
negociaciones, pero si Alex Salmond hiciera exigencias imposibles, no
nos doblegaríamos ni aceptaríamos todo lo que quisiera. Si no pudiésemos
alcanzar un acuerdo, el statu quo sería la opción por defecto.
No sería
una cuestión de desafiar los deseos del pueblo escocés. [Pero] como
Gobierno del Reino Unido, tendríamos el deber de representar los
intereses del pueblo de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte".
Curiosamente, la respuesta de Salmond ha sido muy similar a la de
algunos líderes independentistas catalanes: "Es una intervención
sorprendente e irresponsable. El establishment de Westminster
[el Gobierno británico] está ahora tan preocupado de perder el
referéndum que está amenazando con negarse a respetar la voluntad
democrática del pueblo de Escocia y desechar el Acuerdo de Edimburgo,
firmado con toda la buena fe con el primer ministro [británico]. [...]
Ahora dicen que, al parecer, podrían negarse a reconocer un resultado
afirmativo, lo que es impresionante. Demuestra un desprecio preocupante
del proceso democrático que está en marcha en Escocia". (Crónica global, 16/02/2014)
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