"(...) Grandes historiadores catalanes y del resto de España muestran su
desacuerdo con los planteamientos de este congreso, que se celebra al
amparo de los fastos del 1714, en los que se conmemoran los 300 años de
la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas de Felipe V, y
coinciden en lo desafortunado del título y del planteamiento general del
encuentro.
Ricardo García Cárcel,
catedrático de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad
Autónoma de Barcelona y Premio Nacional de Historia 2012, considera que
“la celebración del congreso es en sí misma un error y, además, defiende
una tesis insostenible”. Según el historiador, el tema del congreso en
estos momentos “escandaliza a muchos, y a mí también”.
Para García Cárcel, que ha publicado un buen número de estudios sobre la
dialéctica Cataluña y España, no se puede hablar de un “enfrentamiento
continuo y una postura victimista de Cataluña frente a una España
permanentemente opresora y tiránica desde la noche de los tiempos”.
Presuponer esta actitud es “objetivamente repudiable por la historia
seria y objetiva”.Según García Cárcel, no se pueden criticar las
comunicaciones porque solo se conocen sus títulos y sus autores, pero
describir el papel de España “como si fuera la madrastra de Blancanieves
es algo infantil, y la historia no es un cuento de niños. Verlo así es
una visión maniquea que se destruye por sí misma.
Cataluña no es un
sujeto paciente de exterminio”, remarca. El problema, según él, “es que
se le está dando demasiada cancha”.Lo peor para el historiador es que
congresos como el que comienza hoy puedan representar un retroceso a
nivel historiográfico.(...)
“Los historiadores que participan no representan al gremio de los
historiadores. Hay mucho sociólogo y mucho político. No están todos lo
que tienen que estar, pero es normal. Cada año se celebran unos 200
congresos sobre Historia Moderna donde no participan todos los
especialistas”, remacha.
El catedrático de Historia Contemporánea de la
Universidad Autónoma de Barcelona, Borja de Riquer,
tras asegurar que no puede opinar porque no participa en el encuentro y
solo conoce los titulares de las ponencias y sus autores, no duda en
descalificar también el título del cónclave: “Me parece erróneo,
simplemente equívoco y poco prudente”, explica de forma lacónica. (...)
“Establece unas conclusiones antes de celebrarse, sobre una realidad
que siempre es compleja y cambiante. Se trata de un enunciado
apriorístico”. Además, “han sido grupos dirigentes los que en
determinados momentos han ido contra Cataluña, no España en su
conjunto”.
El problema, según Albareda, es que se “está confundiendo
política e historiografía, y cada cosa tiene que estar en su lugar y no
mezclarse, porque es muy contraproducente. La historiografía catalana ha
acumulado un enorme prestigio gracias a los maestros Vicens Vives,
Pierre Vilar o Josep Fontana” y planteamientos como los del congreso
“parecen poner en duda este gran bagaje científico”. (...)
Más beligerante es José Álvarez Junco,
catedrático de Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Para
él, “el titular no es equívoco, es clarísimo. Es una toma de posición
que un congreso científico nunca debe hacer”. Como Albareda, coincide en
que la reunión ya parte con unas conclusiones predeterminadas.
Falta sentido histórico, “porque España no es una unidad que ha
actuado siempre igual de forma homogénea, oprimiendo a Cataluña, que es
la víctima”. Para el historiador, “la España del siglo XVIII era
distinta a la actual; era una monarquía absolutista que nada tenía que
ver con la nación del siglo XXI.
Tampoco Cataluña funciona como una
unidad porque en la Guerra de Sucesión los catalanes estuvieron en los
dos bandos”, matiza.Para él no se puede hablar de un encuentro
científico, sino de un “alegato de parte a favor de una causa que
llegará, presumiblemente, a la culminación en el año 2014”.
Por eso,
según el historiador, no han invitado a historiadores de los dos bandos,
sino “a todos los que están dispuestos a defender esa tesis. Supongo
que nadie ha presentado una comunicación en el congreso contraria a la
misma. Y si lo ha hecho, la habrán rechazado”. (...)
Para Andreu Mayayo, catedrático de Historia Contemporánea de la
Universidad de Barcelona, también el título es desafortunado. “Si se
trataba de organizar un congreso académico y científico, ya que en este
mundo no se utiliza el blanco y el negro. Utilizar el concepto España
como algo centralista y casposo, es obviar a todos los españoles que han
intentado construir políticas democráticas y de autogobierno en
Cataluña”.
Tampoco comprende la utilización de conceptos como “expolio”,
por inadecuado.
“Los responsables se descalifican ellos mismos”, asegura.
Mayayo
defiende que puede entender que un historiador pueda aparecer en un
congreso en el que iba a participar que acaba teniendo un título
polémico que desconocía, pero “han pasado seis meses desde que se empezó
a hablar del tema y todos los que participan saben y aceptan el marco
en el que participan y cada uno de los participantes son los
responsables del título de sus comunicaciones”.
El historiador recuerda
que en la primera circular del congreso aparecía una comunicación sobre
la inmigración como factor de desnacionalización, que luego ha
desaparecido. (...)" (El País, 12/12/2013)
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