"(...) Por si fuera necesario, dos breves apuntes para ver lo que se está ventilando realmente en Cataluña en estos momentos.
Interpelado por su filiación o preferencia sobre una supuesta secesión
de Cataluña, don Mas-Colell, un ex cuadro de la izquierda universitaria,
ha puntualizado recientemente que él es “soberanista” pero que no le
gusta utilizar “la palabra independentista”.
Lo ha justificado así:
“Estoy dispuesto a ceder mucha soberanía a Bruselas, mucha, más de la
que estoy dispuesto a ceder, en estos momentos, a Madrid. [...] Conozco a
Europa muy bien y sé que respetan la diversidad. [...] Mi identidad, mi
manera de ser, el ser catalán no estará nunca en cuestión, pero no
puedo decir lo mismo del Gobierno español” [2].
¿Está claro?
¡Sé que la Europa actual respeta la diversidad! El axioma señalado
-España, no; UE neoliberal, sí- está en el alma de muchos soberanistas o
independentistas catalanes. Decidir es decidir sobre su relación con
“España”, no sobre la permanencia en la Unión Europa neoliberal ni en el
euro.
De hecho, don Mas-Colell, lo ha manifestado abiertamente en
varias ocasiones, es un firme partidario del desmantelamiento y derribo
de nuestro demediado estado de bienestar, alma gemela por tanto de la
actual dirección político-económica europea.
El segundo apunte es histórico:
“Diversos hechos ayudaron a la rápida difusión del catalanismo. La
pérdida de las colonias, después de una sucesión de desastres, provocó
un inmenso desprestigio del Estado.
El rápido enriquecimiento de
Cataluña, fomentado por el gran número de capitales que se repatriaban
de las colonias perdidas, dio a los catalanes el orgullo de las riquezas
improvisadas, cosa que les hizo propicios a la acción de nuestra
propaganda dirigida a deprimir el Estado español y a exaltar las
virtudes y merecimientos de la Cataluña pasada, presente y futura."
¿El autor? Efectivamente, don Francesc Cambó [3], el mismo que apoyó
el golpe militar de 1936 y tiene una estatua a él dedicada en Via
Laietana, al lado de la Caixa, y una avenida que lleva su nombre a 200
metros, al lado de la Catedral barcelonesa. ¿A qué don Francesc lo tenía
clarito?"
Nota 2 ; nota 3: Memorias, 1876-1936, Alianza Editorial." (Salvador López Arnal , Rebelión, 07/08/2013)
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