"Lo grave de las palabras de la portavoz de EH- Bildu, Laura Mintegi,
en el Parlamento vasco no fue que calificase de “político” el asesinato
de Fernando Buesa, pues lo fue sin ninguna duda, sino que dedujera de
ello que se habría evitado si el Gobierno hubiera aceptado dialogar con
ETA.
La irritación provocada por esa banalización justificativa del
crimen enlazaba con la suscitada semanas atrás por Garikoitz Aspiazu,
Txeroki, al leer ante el tribunal de París que juzgaba a los últimos
dirigentes de la banda una declaración en la que lamentaba en nombre de
ETA el daño causado a quienes, sin tener “responsabilidad en el
conflicto”, habían sido víctimas de sus atentados. Lo que remite a la
distinción entre víctimas culpables y colaterales.
¿Figuraba Buesa entre las primeras por haber sido contrario a la
negociación?¿Y las 158 víctimas de atentados con coche-bomba,
indiscriminados por definición? ¿Y los concejales del PP y PSOE
asesinados?
“ETA ha definido bien sus objetivos”, declaraba el 16 de
marzo de 2001 al diario italiano La Repubblica el entonces dirigente de
la rama juvenil de ETA (y luego de Ekin) Ugaitz Elizaran:
“Concejales
del PP y del PSOE, por ejemplo, no caben dudas: son objetivos legítimos a
eliminar”.
José Luis Barrios, juzgado en 2000 por haber intentado volar la casa
cuartel de Granada, declaró que asumía las muertes de hijos y mujeres de
guardias civiles que hubieran podido producirse porque no eran “civiles
ni inocentes”.
En 1999, poco antes de ser condenado en firme, Barrios
sería presentado como candidato abertzale al Parlamento navarro. Es
seguro que Mintegi rechazaría la idea de que los hijos de guardias
civiles sean objetivos a eliminar, pero los suyos han considerado
durante años que era legítimo dejarlos huerfanos." (EL PAÍS 20/03/13, PATXO UNZUETA, en Fundación para la Libertad)
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