"Es el petróleo de Escocia": es uno de los eslóganes más fuertes de
la política escocesa. Utilizada por primera vez por el Partido Nacional
Escocés o SNP (Scottish National Party) en 1974, la noción de que
Escocia "posee" hasta el 90% de las reservas del mar del Norte sigue
siendo una de las principales quejas de los nacionalistas.
Y en los próximos dos años, cuando Alex Salmond convoque en el país
un referéndum sobre la independencia, probablemente se convertirá en uno
de los principales argumentos de los nacionalistas: creen que
contribuirá a decidir el destino de Reino Unido.
Desde que quedó claro que los yacimientos de petróleo del mar del
Norte generarían una riqueza inmensa, el SNP han insistido en que esa
riqueza la han despilfarrado los sucesivos Gobiernos en Westminster.
Señalan que Noruega, un país con una población similar a Escocia y con
menos de 5 millones de habitantes, ha ahorrado gran parte de sus
ingresos procedentes del petróleo: el superávit se invierte en el fondo
de pensiones del Gobierno, que ahora es el mayor propietario de acciones
de Europa y su valor asciende a unos 3,3 billones de kroner (434.900
millones de euros). (...)
El SNP alega que si se traza una línea hacia el este desde el punto
en el que la frontera de Escocia e Inglaterra llega a la costa norte de
Berwick, la división del fondo marino daría a Escocia el control sobre
casi todos los yacimientos de petróleo y gas del mar del Norte.
El Gobierno escocés, que está preparando un caso detallado para
sostener la reivindicación del 90% mientras los funcionarios se preparan
para el referéndum, afirma que el mar del Norte generará alrededor de
54.000 millones de libras [64.000 millones de euros] de ingresos en los
próximos cinco años, mientras que su "base de activos" está valorada en
alrededor de 1 billón de libras [1,19 billones de euros], incluidas las
reservas restantes.
Salmond asegura que con estos ingresos, combinados con los
importantes recursos energéticos marinos y eólicos en alta mar de
Escocia, así como con otras industrias como la del whisky, Escocia se
convertiría en la sexta nación más rica de la OCDE, de modo que el resto
de Reino Unido quedaría relegado a la posición 15. (...)
Una Escocia independiente, teóricamente uno de los Estados miembros
más pequeños de la UE, ¿podría igualar la influencia política y el poder
de Reino Unido en Bruselas o a nivel global?
También existe el problema de las licencias de excavación y
exploración de petróleo a largo plazo que el Gobierno de Reino Unido ha
concedido a las empresas petroleras: muchas de ellas tienen una duración
de 30 años. ¿Cómo se transferirían?
Pensemos también en cómo podría defender Escocia sus plataformas
petrolíferas del mar del Norte: ¿el Gobierno de Edimburgo podría
permitirse mantener una fuerza naval capaz de enfrentarse a un incidente
terrorista?
Aunque el sector petrolero también puede pensar que los Gobiernos
escoceses serían más dóciles en cuanto al sistema fiscal: la riqueza
petrolera del mar del Norte es mucho más importante para la economía
escocesa que para la de Reino Unido. (...)
Salmond se ha propuesto como objetivo que las energías renovables
suministren el 100% de la electricidad de Escocia para 2020 si las
condiciones son favorables y mantendrá una reserva de dos centrales
nucleares, así como las plantas existentes de combustión de carbón.
Pero
Hendry señala una serie de problemas: si Escocia es independiente en
2014, no podrá recurrir a los subsidios de Reino Unido destinados a las
energías renovables; tendrá que pagar la infraestructura de la red de
suministro para exportar e importar energía; y al mismo tiempo tendrá
que competir con los proveedores franceses, irlandeses y noruegos.
Un portavoz de John Swinney, secretario de Finanzas escocés, afirmó:
"Escocia posee una base de activos de 1 billón de libras [1,19 billones
de euros] en el mar del Norte (al mismo tiempo que la deuda nacional de
Reino Unido ha superado el 1 billón de libras [1,19 billones de euros]
por primera vez) con alrededor del 40% de las reservas restantes y más
de la mitad del valor aún por extraer.
Puesto que las previsiones
apuntan a que el precio del barril supere los 200 dólares [150 euros],
estas cifras destacan la necesidad de que Escocia asuma el control de
sus propios recursos con independencia, en beneficio del país a largo
plazo". (PressEurop, 29 marzo 2012, The Observer
Londres)
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