“La globalización empuja a los portugueses a acercar su ortografía a la variante brasileña.
Deben incorporar tres letras y suprimir las consonantes mudas. Los contrarios, lo ven como un sometimiento al "imperialismo" de la ex colonia. Un argumento a favor es evitar búsquedas duplicadas en Internet.
Los portugueses tendrán que escribir más a la brasileña. Tienen seis años para acomodar el idioma que emplean en la península a un acuerdo ortográfico que busca unificar las dos variantes escritas del idioma, la brasileña y la portuguesa. La aprobación en el Parlamento de Lisboa, con sólo tres votos en contra y varias ausencias, ha despertado una polémica vivísima.
Sus enemigos hacen dos reproches principales a este pacto lingüístico: sus "deficiencias" técnicas y un vergonzante sometimiento a la lengua de la ex colonia. Sus defensores argumentan que esta unificación permitirá enseñar el mismo idioma en cualquier país lusohablante, que en los organismos internacionales no haya una doble traducción de los documentos en portugués y que favorecerá la expansión del idioma en un contexto globalizado. (…)
Se calcula que los portugueses tendrán que modificar un 1,42% de sus palabras escritas mientras que a los brasileños les afecta en un 0,43% del vocabulario. (…)
En Portugal, Internet no ha centrado el debate sobre las razones de la reforma lingüística, pero sí se ha utilizado como herramienta de la polémica.
En ipetitions está abierto un manifiesto que ha reclutado más de 46.000 firmas dirigido a las máximas autoridades portuguesas contra el acuerdo y en él se argumenta desde la pérdida de identidad multisecular a la defensa de las consonantes mudas, que se leen aunque no se pronuncien, a las que atribuyen un valor etimológico indispensable para la comprensión de las palabras.
Otro manifiesto digital menos concurrido -suma algo más de 11.000 firmas, afirma que los ciudadanos quieren seguir escribiendo el portugués actual.
En el otro frente, la revista brasileña Veja publicó un monográfico sobre el tema el año pasado en el que se recogían distintas opiniones. Una de ellas argumenta contra los puristas. Es empobrecedor, dice, querer ignorar la revolución cultural de Intenet y el impacto que tienen las nuevas tecnologías en el contagio entre lenguas. "Uno de los mayores factores de enriquecimiento de los idiomas es la incorporación de vocablos de otras lenguas". Y recuerda que el idioma portugués creció cuando sus navegantes exploraron nuevos mundos. El portugués medieval tenía unos 15.000 vocablos. A mediados del XVI, con la expansión marítima, llegaría a 40.000.” (El País, Ciberpaís, 12/06/2008, p. 3)
¡Traición! ¡Venden nuestra historia milenaria! ¡Perderemos nuestra identidad! ¡La calidad no debe sucumbir ante la cantidad!
Y después nos pedirán unir la ortografía porto-brasileira a la española. Para seguir globalizando lenguas… ¡Vamos a tener que cambiar hasta las direcciones de Correos! ¡Hay que despertar y salvar… la nomenclatura.
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