“¿Y cómo se nos presenta el PSOE?... Pero es que, junto a ese bien valorado candidato a presidente, encabezan las cuatro provincias candidatos de peso. Probablemente nunca antes se han presentado unas listas como éstas, encabezadas por dos ministros, Elena Espinosa en Ourense y César Antonio Molina en A Coruña, y el secretario general del partido, José Blanco, en Lugo.… La oferta socialista es de peso pero, eso sí, se nos hace la misma oferta a los gallegos que en Burgos o Madrid. (…)
¿Es muy distinta la relación política con Galicia de esos ministros o responsables y las de otros ministros o gobernantes anteriores que también habían nacido en Galicia e incluso presentado a elecciones por Galicia? Sí, Franco era gallego, y su ministro de Información y Turismo, Fraga Iribarne, y Pío Cabanillas y Gonzalo Fernández de la Mora y el padre de Adolfo Suárez, y Mariano Rajoy..., ¿y qué? ¿De qué le sirvió a Galicia? Únicamente para que algún cacique local o provincial deambulasen por los pasillos a ver si conseguían alguna prebenda, algún favor para su diputación o alcaldía. Servilismo, clientelismo, basura política. Atraso.
(¡Hombre! Por esos pasillos también paseaban lo industriales vascos y catalanes, los que le pagaron la guerra, y ¡Claro! obtenían mejores prebendas para ellos. Sobre todo pedían respaldo policial para matar de hambre a los trabajadores gallegos, charnegos y maketos... para enriquecerse enormemente ¿Y también a Cataluña y al Pais Vasco?)
Y no es una responsabilidad particular de esas personas el establecer un vínculo político con esta sociedad, no es un asunto personal, sino asunto organizativo. Esas personas, con sus limitaciones humanas y sus capacidades, sólo pueden ser expresión e instrumento de la ciudadanía gallega si son los candidatos presentados por una organización gallega, por un Partido Socialista Galego. Por un ente político que piensa el país, que hace propuestas como tal a la sociedad y como federación dentro del partido estatal en que está integrado. Algo así existe en Cataluña, no es un algo tan raro.
¿Son los candidatos socialistas los del PSOE simplemente o los del PSdG? ¿Cómo lo podemos saber?” (SUSODE TORO: PSOE: fuerza y debilidad- el País, ed. Galicia, Galicia, 10/02/2008, p. 4)
Pues fácil de saber, si Aznar subió los precios de los pisos para hacer ricos a los del ladrillo (en Galicia o Burgos), en Barcelona no los bajó Pujol, precisamente. Si alguien los baja, hace una política de vivienda socialista, en Burgos, Galicia o Barcelona.
Si fortalece la sanidad pública, hace una política sanitaria socialista, en Burgos, Galicia, o Barcelona.
Si permiten que los niños estudien en su lengua materna, los galegofalantes en gallego, los catalanofalantes, en catalán, los castellanofalantes, en español, en Burgos, Galicia o Barcelona, hace una política lingüística socialista.
Si redistribuye mediante impuestos, las rentas ricas de Barcelona, Burgos o Galicia, para paliar las necesidades de la clase trabajadora de Burgos, Galicia, o Barcelona, construye la política del estado de bienestar socialista y solidario (aquí, allá, en todos lados).
Y el político que busca el privilegio de los de Barcelona sobre los de Galicia, y quiere que la renta de los ricos de Barcelona, no llegue a la clase trabajadora gallega, es un fascista (aquí, allá, en todos lados,) aunque sea del PSdeG. El vínculo político socialista y democrático es el del estado del bienestar, de todos, de Burgos y de Barcelona, sin privilegios de nadie. Ni de los trabajadores gallegos sobre los trabajadores vascos, ni de los ricos vascos sobre los ricos gallegos. Igualicos todos.
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