"Una de las peores cosas del proceso ha sido la degradación moral de la sociedad catalana: ha sacado lo peor de nosotros.
Voy a poner tres ejemplos. No en orden cronológico.
El primero, la decisión del juez de enviar toda la familia Pujol a excepción de la madre -aquejada de demencia senil- a juicio. Es cierto que, tras una instrucción interminable, la noticia era esperada. Pero tengo la sensación de que pasó relativamente desapercibida.
No cada día se envía a un expresidente de la Generalitat a juicio y a toda su familia.
En La Vanguardia no mereció honores de portada. Aunque dentro dieron una página entera con fotos de todos los procesados. En El Punt-Avui lo relegaron a cuatro columnitas en páginas interiores. No en vano Pujol entraba en el diario omo Pedro por su casa.
Quizá porque la confesión fue en el 2014. Han pasado casi siete años. Pero Pujol era algo más que un expresidente, era el expresidente por antonomasia. No en vano fue el primer presidente de la Generalitat restaurada. Estuvo en el poder nada menos que 23 años. Era más que eso: era un referente moral. Podría haber ejercido de padre de la patria.
El patriarca acaba de publicar ahora un libro que parece un intento desesperado para salvar su legado.Incluso a costa de los hijos: allá os quedáis con los problemas judiciales.
El segundo ejemplo es el 20º aniversario del atentado de Vic -diez víctimas mortales: cinco de ellas menores- el pasado 29 de mayo: pasó todavía más desapercibido. Sin pena ni gloria. Es decir, sin nada. Es verdad también que, en este caso, el nuevo gobierno catalán había tomado posesión apenas unos días antes, el 26. Pero hay descuidos que no se pueden atribuir a la falta de memoria sino a la mala fe.
El mismo día que el Govern guardaba silencio oficial tuvieron tiempo de hacer varias comparecencias ante los medios. El vicepresidente Jordi Puigneró fue entrevistado en el Preguntes freqüents de TV3. No me consta que saliera el tema. Por la manaña; el de Educación, Gonzàlez-Cambray, lo habían entrevistado también en El Suplement de Catalunya Ràdio. Ídem. Mientras que la titular de Cultura, Natàlia Garriga, entregaba unos premios literarios en Tarragona por la noche.
Nótese que el silencio fue también de los medios de comunicación públicos. Ni siquiera TV3 lo mencionó en su Telenotícies. Pero cómo va a mencionarlo si el jefe de informativos de la cadena, David Bassa, tiene un libro titulado “L’independentisme armat a la Catalunya recent”. Ojo, habla de “independentismo armado”, no de terrorismo.
Es verdad que se refiere a Terra Lliure, no de ETA. Pero el proceso ha servido también para blanquear la organización terrorista. He visto con mis propios ojos a Arnaldo Otegi ser recibido en el Parlament como una estrella de rock. En el último míting central de Esquerra; la secretaria general del partido, Marta Rovira, dijo que tenemos que “aprender mucho” de él.
En las redes tampoco es difícil encontrar fotos del líder de Bildu con familias enteras, incluidos niños. Se ha convertido, en efecto, en un referente para una parte de la sociedad catalana. Un poco como Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont, que está todo el día dando la vara en TV3. No he visto nunca que nadie le recuerde su vinculación con la banda armada. Fue condenado por colaboración en el secuestro del empresario Emiliano Revilla.
Yo cubrí ese secuestro: fue -hasta Ortega Lara- el más largo de ETA. 249 días encerrado en un cuchitril.
Y que conste los prefiero dentro de las instituciones que fuera pegando tiros.
En fin, el tercer ejemplo -y espero no aburrirles- es la elección de Laura Borràs no sólo como cabeza de lista de Junts para las últimas elecciones sino también como presidenta del Parlament, el segundo cargo institucional de Catalunya.
Incluso está mucho mejor retribuido que el de presidente de la Generalitat. La retribución anual supera los 164.000 euros anuales. Pere Aragonès se ha bajado el sueldo un 15%: 130.000. Aún así muy superior al de Pedro Sánchez, que está en los 85.000 aunque sus responsabilidades son mayores. Espanya ens roba.
Pero lo que más me sorprendió fue que, el pasado 29 de noviembre, fue elegida candidata gracias a los 2.954 votos de los militantes de JxCat. No les importó que estuviera acusada de cuatro delitos: malversación, prevaricación, falsedad documental y fraude a la administración por su gestión al frente de la Institución de las Letras Catalanas (ILC).
Por supuesto, vamos a otorgar a la presidenta del Parlament -como a los miembros de la familia Pujol- toda la presunción de inocencia que haga falta pero no son siquiera delitos relacionados con el proceso. Aunque ella ve a las “cloacas del estado” detrás son delitos de presunta corrupción.
Para más inri, el pasado el pasado 24 de marzo fue elegida presidenta de la cámara en segunda votación con 64 votos a favor: los de Junts y ERC, antaño el partido de les mans netes. La CUP votó en blanco pero de esta manera facilitaba también su elección. El pescado ya estaba vendido. Cuando un destacamento de los Mossos en uniforme de gala le rindió honores pensé en la paradoja que supone hacerlo a una persona que, tarde o temprano, se sentará en el banquillo.
Hay pues una pregunta qué me asalta con insistencia: ¿Cómo hemos podido caer tan bajo los catalanes? ¿En qué nos hemos convertido?
Más que una "degradación moral" que decía al principio -y perdonen el tono apocalíptico del artículo- es una caída en picado en toda regla.
Una sociedad sin referentes morales es una sociedad que va dando tumbos palos de ciego. Ustedes ya me entienden." (Xavier Rius, director de e-notícies, 26/06/21)
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